Producirán biofertilizantes a partir de residuos de cerveza artesanal
Los fertilizantes químicos son necesarios para la tierra pero a la vez son objeto de polémica por los nocivos efectos medioambientales que producen. Los pequeños productores, como los huerteros, necesitan de ellos y a los productores de cerveza les sobra materia prima que serviría para fertilizar la tierra.

Los fertilizantes químicos son necesarios para la tierra pero a la vez son objeto de polémica por los nocivos efectos medioambientales que producen. Los pequeños productores, como los huerteros, necesitan de ellos y a los productores de cerveza les sobra materia prima que serviría para fertilizar la tierra. Este fue el puntapié que originó el trabajo de investigación que se centra en el desarrollo y producción de un biofertilizante agrícola elaborado a partir de residuos de la cerveza artesanal.
Para conocer más sobre este proyecto dialogamos con la biotecnóloga Telma Scarpeci, quien trabajó como investigadora en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR, CONICET-UNR) y desde hace un par de meses trabaja en el CIT (Centro de Investigaciones y Transferencia de Villa María perteneciente al CONICET Córdoba) donde paralelamente incursionará con el biogás.
“En Argentina se sabe muy poco acerca de esta energía renovable. Al producír biogás (metano + dióxido de carbono) el residuo que es remanente se puede usar como biofertilizante que hoy no se está utilizando porque no está chequeado que contenga bacterias que sean patógenas”, expresó la investigadora.
El origen del proyecto se remonta al 2006 “cuando cursaba el doctorado, trabajé con plantas viendo cómo respondían a nivel molecular a los diferentes tipos de estrés ambiental, tanto abióticos, sequía o altas temperaturas; como bióticos, los microorganismos que pueden causar enfermedad, ya sea hongos o bacterias. Los mecanismos de defensa de las plantas son similares, entonces lo que hice fue tratar a las plantas con extracto de hongos para que estuvieran preparadas y disminuir los daños que pudieran causarles. Así pensé qué podía hacerse con un residuo económico y relacioné el hongo con las levaduras cerveceras, me puse en contacto con los cerveceros rosarinos y me interioricé de la cantidad de residuos que acumulaban”, relató Scarpeci.
De un productor a otro
En 2015 la biotecnóloga se contactó por primera vez con la cervecería rosarina Daniel O y con la Finca del Paraná de Fighiera que produce de forma orgánica, quienes también son dueños de la cervecería Zahlen y no contaban con suficiente materia prima para producir compost para la finca. En sus propias palabras “les enseñé cómo utilizar residuos de la cervecería para hacerlo, y cómo incorporar consorcio bacteriano o microbiano proveniente de la misma finca que ya están adaptados al clima y suelo para acelerar el proceso de compostaje”.
Luego de “ir al campo”, como se dice en términos científicos, en 2017 la investigadora acudió a la Cámara de Cerveceros de Rosario (CRAC) quienes afrontaban la problemática de no saber qué hacer con los residuos de la producción artesanal y el gasto que conlleva deshacerse de ellos. “En promedio unas 3 cervecerías generan 6500 kilos de cebada y 2 mil litros de levaduras al mes aproximadamente, que para deshacerse de ellos tiene que afrontar gastos y es materia orgánica que no está bien utilizada“, remarcó.
Por otro lado, Telma contactó a la Secretaria de Producción de la Municipalidad de Rosario que cuenta con un programa de Cinturón Verde el cual involucra a 20 huerteros y tiene el objetivo de enseñarles a producir de manera agroecológica, sin ningún tipo de agroquímicos. Uno de los objetivos de este proyecto es “vincular a los huerteros con la CRAC para que le brinden la materia prima compuesta por bagazo (el resto de cebada que queda luego de hacer el mosto para la cerveza) y la levadura que les resta”.
Ventajas de producir de manera agroecológica
En general en el país las levaduras no se reutilizan, por eso el objetivo de este trabajo es reutilizar las levaduras para generar compost para fertilizar la tierra.
Entre las ventajas de producir de manera agroecológica, la entrevista enumera:
· No se utilizan agroquímicos: no hay contaminación de verduras y frutas que se consumen, ni de las napas de agua.
· No es necesario utilizar fertilizantes químicos: contaminan, son más costos que los biofertilizantes que ya presentan los minerales suficientes.
· Regenera el suelo aportándole materia orgánica y minerales
· Incorpora microorganismos al suelo que hacen una simbiosis con las plantas haciéndolas más resistentes a las plagas.
· Disminuye los gastos para el productor
¿Podemos aplicar biofertilizantes en grandes extensiones?
Se trata de un proyecto que estudia microorganismos, es decir bacterias y hongos, que se aplica a cultivos intensivos para producir compost cuyo fin social es realizar una transferencia a los huerteros para que no dependan de los investigadores y sea sustentable. Si bien se podría aplicar a grandes extensiones, esto implicaría más mano de obra.
Igualmente, la investigadora está trabajando con hidrolizados proteicos que se producen a partir de levaduras o de sangre de ganado mediante un tratamiento químico para que las proteínas se puedan fragmentar en aminoácidos y puedan ser absorbidos por las plantas para actuar como biofertilizante líquido que sería un biofertilizante más apropiado para los cultivos extensivos.
La científica hace referencia que actualmente hay algunas empresas radicadas en Argentina que elaboran biofertilizantes, como por ejemplo Dupont, que entre sus fungicidas tiene además aminoácidos que ayudan a la nutrición de la planta.
Puente cultural
Según Scarpeci esta propuesta de producción más sustentable “en Europa es muy común porque la mentalidad es agroecológica, en cambio en Argentina tiene que producirse un cambio de paradigma en la forma que se está cultivando, ya que implica invertir en más mano de obra y no cualquiera está dispuesto”.
En su opinión “los estudiantes de agronomía ven al suelo como inerte, como un soporte de la planta, cuando el suelo es algo vivo”, Sin embargo Telma reconoce “hay una gran movida entre los jóvenes para que se implementen materias relacionadas con la agroecología”.
La investigadora considera que es una cuestión complementaria para producir de manera agroecológica que lleva varios años y no siempre un productor está dispuesto a que su rendimiento disminuya, aunque a largo plazo lo beneficie.
Entre lo agroecológico y lo transgénico
Paradójicamente a su tendencia de producción agroecológica, la biotecnóloga asume que durante muchos años dictó clases sobre plantas transgénicas, a lo que hace alusión “creo que se confunde entre lo transgénico con el glifosato. La planta transgénica no es mala en sí, lo malo es la selección para utilizarlas. El glifosato es un herbicida que elimina todas las plantas menos las transgénicas. Pero se podría hacer plantas transgénicas que no usen glifosatos”.
En tanto fundamenta “lo ideal al producir es generar un equilibrio entre lo agroecológico y lo transgénico. pero no quiere decir que al dejar de usar glifosato no se produzcan plantas transgénicas, se pueden conservar con biofertilizantes”.
La ciencia aplicada
Los investigadores plantean triangular a los cerveceros de la CRAC, con los huerteros y la Municipalidad de Rosario para que ésta sea el nexo asumiendo el compromiso de recolectar el compost de los cerveceros y trasladarlo hacia los huerteros. Para ello le transferirán el conocimiento a la Municipalidad sobre el modo de armar el compost y hacer un escalado del consorcio microbiano, del laboratorio a mayores escalas, para que sean autosustentables.
El estado del proyecto se encuentra en su fase preliminar ya que recién cuentan con un pequeño subsidio otorgado por la UNR. Todavía tienen que armar el consorcio microbiano para armar el compost y probarlo en las plantas.
Telma es parte de un equipo de investigación interprovincial, en Rosario participan Mariana Martín, investigadora adjunta de Conicet que trabaja en CEFOBI, y Fernanda Rodríguez investigadora adjunta de Conicet; en Buenos Aires, Agustina Fernandez docente e investigadora de la UBA; además por parte de la Municipalidad de Rosario el ingeniero agrónomo Raúl Terrile y el licenciado en Alimentos Nicolás Paz; y representando a la Cámara de Cerveceros de Rosario (CRAC) Guillermo Martinez.
Ciencia y cerveza
A escala nacional, el Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales (IPATEC, CONICET-UNCO), liderado por su director e investigador Diego Libkind, quien dio origen a las levaduras que se utilizan para la producción de cerveza artesanal, organizó en 2017 el evento itinerante Ciencia y Cerveza, un espacio destinado a propiciar la interacción entre el sector científico-tecnológico y el socio-productivo.
El evento incluye diversas actividades de índole técnico y social que nuclean a los actores más relevantes del sector como productores cerveceros artesanales de Argentina y países limítrofes, investigadores, profesionales, estudiantes y funcionarios públicos.
El año pasado más de mil productores cerveceros, investigadores, becarios y personal de apoyo del CONICET participaron de las ediciones de Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Bariloche, Córdoba, Litoral (Corrientes), Santa Fe-Rosario y Buenos Aires (Universidad Nacional de San Martín).
Fuente: Agrofy Agency