El presupuesto salarial del Inase representa un promedio de 35.000 pesos mensuales para un total de 252 empleados
Un instituto con una estructurada acotada respecto de otros organismos del área agroindustrial.

Si bien en la última década las dotaciones de personal del Ministerio de Agroindustria, Senasa e INTA crecieron de manera sustancial, el organismo encargado de asegurar la calidad de las semillas tiene una estructura laboral acotada en función de las responsabilidades que tiene a su cargo.
Para el presente año 2018 el Instituto Nacional de Semillas (Inase) tiene asignado un presupuesto para personal de 105,8 millones de pesos (M/$), según datos publicados en sitio oficial Presupuesto Abierto.
La mayor parte de la partida corresponde a personal efectivo con 56,2 M/$, mientras que los trabajadores contratados tienen asignado un presupuesto de 43,6 M/$. Los 6,0 M/$ restantes corresponden a partidas para contratar “servicios extraordinarios”.
Al contar con una plantilla total de personal (efectivo + contratado) de alrededor de 252 personas, la partida asignada para 2018 representa un salario promedio bruto del orden de 35.000 pesos mensuales.
La mayor parte de los salarios están asignados a los 152 trabajadores del Inase que trabajan en la ciudad de Buenos Aires, mientras que los 100 restantes están localizados en los centros regionales de Gran Cuyo, San Juan, NEA, NOA, Pampeana Norte, Pampeana Sur y en las oficinas de Balcarce, Pergamino y San Pedro.
Buena parte del presupuesto del Inase se financia con recursos provenientes de recursos generados a partir de servicios prestados a compañías semilleras. El costo de inscripción de materiales en el Registro Nacional de la Propiedad de Cultivares –cuya última actualización fue realizada en julio de 2016– es de 12.000 pesos, mientras que la anualidad para mantener al cultivar en ese registro es de 4815 pesos.
Además de asegurar la calidad de todo órgano vegetal destinado para la siembra, plantación o propagación, el Inase tiene entre sus atribuciones la obligación de proteger y registrar la propiedad intelectual de las semillas y creaciones fitogenéticas y biotecnológicas.
Fuente: Valor Soja