Hartazgo: un paro nacional de transportistas autoconvocados hizo que la clase política brasileña aceptase reducir la carga impositiva sobre el gasoil
Un paro nacional de transportistas autoconvocados –que viene hace una semana realizando más de 590 piquetes con control de cargas en rutas federales– logró que la clase política brasileña se movilice con rapidez para promover una reducción de la carga impositiva vigente en los combustibles.

Frente a la crisis, que está provocando desabastecimientos generalizados de mercaderías en las principales urbes brasileñas y obstaculizando las exportaciones agroindustriales, el presidente Michel Temer aceptó subsidiar el costo del gasoil para aplicar una rebaja de 0,46 reales por litro (equivalente a 0,13 u$s/litro) durante un período de 60 días (esto es posible porque la principal compañía petrolera en Brasil es la estatal Petrobras). También anunció la exención del costo de peaje para camiones de carga.
En otro orden, luego de que fuese aprobado en la Cámara de Diputados la semana pasada, avanza en el Senado brasileño un proyecto legislativo para eliminar hasta fin de año la aplicación de dos impuestos (Programa de Integração Social y Contribuição para o Financiamento da Seguridade Social) sobre el precio final del biodiesel. La medida está orientada a empresas de 56 rubros económicos usuarios del combustible.
Si bien el proyecto fue habilitado para tratarse esta noche en el recinto del Senado brasileño, no todos los legisladores brasileños están de acuerdo en aprobar la iniciativa porque consideran que podría desfinanciar programas públicos.
Temer dijo ayer lunes que tiene la “absoluta convicción” de que el paro de transportistas finalizará hoy martes luego de llegar a un acuerdo con dirigentes de las principales entidades de transportistas, según indicó el medio oficial Agencia Brasil. Sin embargo, al tratarse de un paro instrumentado en gran parte por autoconvocados, no es sencillo coordinar la desactivación de cada uno de los piquetes de camiones.
El paro constituye un factor alcista de corto plazo en el mercado global de soja y maíz, dado que muchos embarques programados de ambos productos se encuentran demorados a la espera de la resolución del conflicto.
Fuente: Valor Soja