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FUERTE RECHAZO EMPRESARIAL AL PROYECTO DE REPARTO DE GANANCIAS.
Es una iniciativa que impulsa la CGT, con apoyo del Gobierno. Y fue criticada ayer por la Unión Industrial, los bancos, la Bolsa, la Construcción y el Comercio. Dicen que afecta el derecho a la propiedad y da excesivo poder a los sindicatos. Así, mientras la CGT señala que el proyecto de ley instrumenta el artículo 14 bis de la Constitución, los empresarios basaron su crítica en el artículo 14 de la Carta Magna.
Los principales referentes de la industria, el campo, la Bolsa, los bancos, el comercio y la construcción salieron, en bloque y mediante un comunicado, a rechazar la iniciativa de la CGT que apunta a que las empresas distribuyan sus ganancias entre los trabajadores.
En ese texto las entidades que integran el denominado Grupo de los Siete señalaron que " rechazan categóricamente los proyectos en cuestión". Dicen que " avanza hacia un poder de interferencia sindical que choca contra los principios constitucionales de derecho de propiedad y de ejercicio de toda industria lícita al otorgar a los sindicatos facultades de fiscalización y de información ajenas a su cometido, y muy superiores a la de los propios accionistas".
Así, mientras la CGT señala que el proyecto de ley instrumenta el artículo 14 bis de la Constitución, los empresarios basaron su crítica en el artículo 14 de la Carta Magna.
El proyecto de reparto de ganancias con los trabajadores surgió del corazón de la CGT, que conduce Hugo Moyano, y lo escribió de su puño el diputado kirchnerista y abogado del dirigente gremial, Héctor Recalde. La iniciativa, que ya tiene estado parlamentario (ver pág. 4 ) fue respaldada por el Gobierno nacional. Recalde también impulsa ahora una reforma en la Carta Orgánica del Banco Central (ver pág. 20 ).
El comunicado, el primero que el G-7 logra difundir en los últimos tres años, surgió luego de un almuerzo que se realizó en Adeba, la sede que agrupa a los bancos nacionales y que timonea el banquero kirchnerista Jorge Brito.
"En los últimos 30 días ingresaron al Congreso 21 proyectos de contenido laboral, incluyendo al de Ganancias que es sólo uno en ese paquete de iniciativas inconsultas con otros sectores", sintetizó ante la consulta de Clarín uno de los integrantes de la mesa. Estuvieron Héctor Méndez, titular de la UIA; el anfitrión Jorge Brito; el titular de la Cámara de Comercio, Carlos de la Vega; el de la Bolsa, Adelmo Gabbi; el de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, y el de la Construcción, Carlos Wagner.
Según reza el comunicado del G-7 el proyecto de participación laboral de las ganancias y control sindical de los resultados "fue la cuestión dominante del encuentro ".
"Los dirigentes pusieron de relieve que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dispone la consulta tripartita (Gobierno, trabajo, empleadores) y es un compromiso del rango constitucional asumido por Argentina, porque el acuerdo constituye un mecanismo indispensable para resolver toda cuestión como la planteada", agregó el documento de los hombres de negocios.
"Lo que más afectará será las inversiones en un momento en que la Argentina precisa atraerlas ", explicó Biolcati. De la Vega calificó al tono del documento como "firme, más que duro", ante la consulta de este diario.
En rigor, puertas adentro los empresarios también c ompartieron su preocupación por la extensión de los bloqueos y otras acciones gremiales en algunas empresas, aún cuando se han cerrado los acuerdos de paritarias.
Allí se mencionó el conflicto por Siderar y otros como el que protagonizó Arcor meses atrás. Lo que les preocupa a los comensales que ayer compartieron la mesa es que todos estos conflictos responderían a una misma matriz: el corrimiento de reglas de juego ya fijadas, dijeron.
En esa misma línea, ayer se habría mencionado en el encuentro de los dirigentes que el propio Recalde les habría prometido a dirigentes de la UIA que antes de enviar el proyecto sobre ganancias al Congreso, lo consultaría con algunos empresarios amigos. Eso no ocurrió, y los "empresarios amigos" habrían pagado el costo políticos de esa promesa no cumplida con sus pares.
Fuente: Alejandra Gallo, Clarín; Cuenca Rural.
