Las malezas en mapas: así se expandieron yuyo colorado y capín

El aumento de poblaciones de malezas resistentes y tolerantes es uno de los mayores problemas que presentan los sistemas agrícolas de la Argentina.

Estas especies cuentan con características adaptativas que le permiten colonizar distintos tipos de ambientes. Entender cómo las malezas se adaptan y forman parte de los distintos sistemas productivos es un factor importante en el manejo de esta problemática a largo plazo.

En esta línea, es importante conocer cómo son los procesos de invasión de una especie maleza en un ecosistema determinado. Las primeras fases de invasión ocurren a baja tasa y en forma lineal. Sin embargo, este proceso tiene un punto de quiebre a partir del cual la tasa de crecimiento se hace exponencial. En la etapa inicial del proceso las acciones de control son más eficientes, fáciles y de menor costo económico. En la segunda etapa, donde el avance tiene una tasa exponencial, las acciones son de baja efectividad y alto costo, en todo sentido.

Conocer las especies con mayor probabilidad/riesgo de aparición y cómo es su velocidad de avance en las distintas regiones productivas es un punto importante para la prevención y anticipación de este problema.

Desde julio de 2014, y anualmente, en el Proyecto Malezas CREA relevamos la percepción de los empresarios y técnicos CREA sobre el problema de malezas en sus sistemas agrícolas. Dicho relevamiento se realiza a través de la encuesta SEA CREA (Sistema de Encuestas Agropecuarias CREA). A partir de estos datos elaboramos mapas que muestran el estado actual y la evolución del problema de malezas a lo largo de diferentes campañas, dándonos una idea del impacto que genera esta problemática en las empresas CREA de las distintas regiones del país.

Dinámica

Las malezas de difícil control han mostrado en los últimos años una dinámica general expansiva, por un lado aumentando la presencia percibida en las regiones en las que ya se encontraban y, por el otro, dispersándose hacia otras zonas.

En un principio se podían identificar a algunas malezas con determinadas regiones, sin embargo hoy eso es más difícil, ya que la mayoría de las regiones declaran tener varias de estas malezas, lo que hace que su manejo sea un desafío muy complejo.

Si tomamos como ejemplo la primera imagen, vemos que en 2014 los primeros focos de Amaranthus sp. se encontraban hacia el sur de Córdoba y sur de Santa Fe. Para ese momento, el 14% de los lotes tenían problemas de Amaranthus y casi 1 de cada 10 lotes, en sur de Córdoba y en sur de Santa Fe respectivamente.

Cuatro años más tarde, más de la mitad de los lotes en el sur de Córdoba declaraban tener problemas con esta especie, mientras que hacia el sur de Santa Fe el problema ascendió a 64%. Además, otro aspecto importante es que la especie comenzó a aparecer y colonizar distintas zonas donde antes no estaba presente.

Otro es el caso de la gramínea Echinochloa sp., maleza que en 2014 no superaba el 10% lotes afectados por este problema, y que cuatro años más tarde pasó a representar un problema para casi el 50% de los lotes de Entre Ríos. Echinochloa hoy tiene declarada la resistencia a dos modos de acción diferentes en forma separada y como doble resistencia, lo que hace que la anticipación a su manejo cobre cada vez más importancia.

En este relevamiento, que un lote declare problemas con una maleza significa que es necesario realizar una acción específica para manejar dicha especie durante el ciclo productivo. Esto incluye prácticas como: cultivos de servicio, cambios en las rotaciones, cambios en las aplicaciones químicas, cambios estructurales del cultivo (fecha de siembra, distancia/densidad), o una combinación de ellas.

Si bien el uso de herbicidas sigue siendo la herramienta más utilizada para el control de malezas, desde CREA estamos trabajando con herramientas de manejo complementarias como rotaciones, cambio en el distanciamiento, cultivos de servicio, etc.

A partir de distintas experiencias zonales cuantificamos que el uso de prácticas sistémicas, tales como los cultivos de servicio, colaboran a disminuir la frecuencia de malezas problemas en un lote, con respecto al testigo en el que solo se hacen controles químicos. Esto confirma la complementariedad de las prácticas de manejo y la necesidad de tener una comprensión holística de los sistemas de producción.

Asimismo, vemos un creciente problema de fitotoxicidad (efecto de los herbicidas sobre el cultivo) y de permanencia de los activos en el suelo en la rotación de cultivos (Carry Over). En 2017, desde el Proyecto Malezas junto a las regiones CREA evaluamos el efecto de carry over de algunos herbicidas de amplia difusión sobre los cultivos de la rotación.

El trabajo confirmó la vigencia del problema y la importancia de decidir la aplicación de los distintos herbicidas teniendo en cuenta no solo el control inmediato o su complementariedad con el cultivo actual, sino también su efecto o posibles limitaciones en los cultivos sucesivos de la rotación.

Por lo expuesto, es importante anticiparnos al problema con la mirada puesta en el sistema. Estar atentos a cuáles son los problemas de mis vecinos -llevándolo a cualquier escala-, porque seguramente lo tendremos en algún momento.

Para la anticipación, es necesario un buen monitoreo, aumentando la frecuencia de visita a los lotes cuando se están por dar los picos de emergencia de las malezas problemas. Tomar las medidas adecuadas cuando está incipiente y con una población mínima, es una de las mejores maneras de manejar este problema.

Debemos aceptar que el desafío de las malezas es un problema complejo para los sistemas agrícolas y que tenemos que prepararnos y formarnos como sector para estar a la altura de este nuevo desafío. Solo así lograremos continuar aumentando la productividad de los sistemas, haciendo un uso más eficiente de los recursos y disminuyendo el impacto de nuestras prácticas sobre el ambiente.

Artículo de Fernando García Frugoni, Joaquín Bello y María Paolini

Equipo Proyecto Malezas CREA

Fuente: Diario La Nación