EN MAYO, LA VENTA DE MAQUINARIA CAYÓ 74%
Sólo 13 cosechadoras se vendieron el mes pasado, debido a las restricciones para ingresar esos equipos y tractores. Las fábricas admiten que la demanda supera largamente a la oferta.
A pesar del acuerdo suscripto entre Argentina y Brasil para destrabar el ingreso de automóviles argentinos al vecino país, y que contemplaba como prestación argentina flexibilizar la importación de maquinaria agrícola, los tractores y cosechadoras brasileños siguen demorados en la frontera.
Las cifras de ventas domésticas durante mayo muestran que el arribo al país de estos equipos sigue siendo escaso, muy por debajo de la demanda.
En el quinto mes del año, el mercado argentino absorbió 109 unidades (13 cosechadoras y 96 tractores), 74 por ciento menos que en igual mes del año anterior, cuando se habían vendido en ambos rubros 424 unidades, de acuerdo con los datos difundidos por la Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores (Afat). En los primeros cinco meses del año, el mercado se achicó en 247 unidades (14 por ciento) respecto a 2010.
Demanda insatisfecha. Según las empresas consultadas por La Voz del Interior , la demanda por parte de los productores está muy por encima de la cantidad de equipos que el Gobierno autoriza a ingresar. Mientras tanto, las fábricas nacionales no están por ahora en condiciones (por falta de capacidad de producción) para absorber los requerimientos.
El mercado nacional de tractores y cosechadoras está dominado por las multinacionales. El 80 por ciento de lo que se comercializa viene del exterior, en especial de Brasil, donde son fabricados por John Deere, y los grupos Agco (comercializa las marcas Agco Allis, Challenger, Massey Ferguson y Valtra) y Case-New Holland (CNH).
Las limitaciones al ingreso de equipos ha colocado a la demanda doméstica en los peores registros de los últimos cuatro años.
Durante el mes pasado, el nivel de adquisiciones de tractores y cosechadoras fue inferior, inclusive, al registrado en mayo de 2009, cuando el sector de la maquinaria agrícola soportó los coletazos de la crisis del campo. En mayo de 2008, y en plena puja entre el agro y el Gobierno por la resolución 125, sólo John Deere había vendido 40 cosechadoras; Agco, 19 y el grupo CNH, 18.
En marzo de 2009, el Gobierno nacional dispuso la instrumentación de un sistema de licencias no automáticas, un instrumento a través del cual regulaba la aprobación de importaciones, en función del monitoreo del mercado interno.
Sin embargo, en los últimos meses del año pasado y durante los primeros de 2011, los ingresos se paralizaron. A tal punto que hoy hay concesionarias de marcas extranjeras que hace seis meses que no realizan nuevas operaciones y que tienen pendientes, desde el año pasado, la entrega de equipos. Subsisten con la venta de repuestos y con los servicios mecánicos. Sólo de la red de comercialización de Massey Ferguson en el país viven más de tres mil familias.
Usados, en alza. La imposibilidad de adquirir unidades nuevas ha revalorizado en los últimos meses el mercado de equipos usados, cuyo interés en algunas potencias de tractores ha crecido hasta 40 por ciento.
Con el freno al ingreso de los equipos, la estrategia del Ministerio de Industria fue equilibrar la balanza comercial del rubro, que es deficitaria en alrededor de 450 millones de dólares. El objetivo oficial es que las empresas extranjeras se instalen en el país y sustituyan importaciones por fabricación nacional.
Este es el caso de CNH, perteneciente al grupo Fiat, que acordó con el Gobierno comenzar el año próximo con la fabricación de tractores y cosechadoras en la planta de Iveco en la ciudad de Córdoba, a cambio de poder importar tractores y cosechadoras desde Brasil.
El convenio de importación suscripto hasta fin de año está siendo cumplido por el Gobierno, según indicaron desde la compañía. Aunque admiten que la cantidad de equipos autorizados es mucho menor a la demanda.
Fuente: La voz del interior, Agrositio.