LA PÉRDIDA LLEGÓ A CHICAGO, POR PABLO ADREANI
El mercado de la soja comienza a percibir que la oferta es muy superior a la demanda, ante una cosecha récord en Brasil y la segunda mayor de la historia en Argentina.
Esta semana se fue consolidando una sostenida baja en los precios de los precios agrícolas en el mercado de Chicago, principal referente de la oferta y demanda mundial de alimentos.
¿Qué fue lo que hizo cambiar tanto el humor de los mercados? Por el lado de la demanda, la misma sigue con tendencia firme, tanto para el trigo, la soja y el maíz.
Por parte de la oferta, el volumen de producción de maíz y soja en los Estados Unidos todavía no está definido, si bien la mejora en el clima fue el factor disparador de las bajas de esta semana.
Hay que destacar que el maíz comenzó a frenar su baja ante la consistente demanda tanto interna como externa en los Estados Unidos.
No así en el caso de la soja, que comienza a percibir que la oferta es realmente muy superior a la demanda ante una cosecha récord en Brasil y la segunda cosecha mayor de la historia en Argentina.
Aquí tiene mucho que ver el comportamiento de la demanda de China, que ya canceló varios barcos de soja provenientes de Sudamérica, para promover la utilización de las existencias internas de soja que hoy dispone dicho país.
Con respecto al análisis macro, los motivos de la baja, siempre tienen explicación una vez sucedida, pero en este caso hay un sinnúmero de factores tanto internos como externos que están sobrevolando Chicago.
Comenzamos por factores de índole psicológicos; podemos decir que la tendencia sostenida a firme de los mercados en algún momento sufre fatiga, y esto es lo que estamos viendo.
Aquellos factores alcistas que influían en el momento de la siembra de soja y de maíz en los Estados Unidos, dando fundamentos a los fondos a tomar posiciones compradoras alcistas, hoy el buen clima y su impacto favorable en la evolución de los cultivos actúa como uno de los principales factores bajistas.
Además, ayer era el último día para salir de posiciones de opciones de julio; la última opción para liquidar posiciones abiertas y/o ejercer las opciones con toma de ganancias.
Lo externo y lo interno. A todo esto hay que sumar factores de índole externo de la economía internacional: la caída en el precio del petróleo que, en definitiva, refleja la potencial baja en la actividad económica global; la frágil situación de Grecia, que amenaza con desestabilizar toda la zona euro; los indicadores poco favorables del empleo y crecimiento en los Estados Unidos; los pronósticos de una potencial reducción en el ritmo de crecimiento de China; el fantasma de la inflación sobre los países emergentes.
En definitiva, todos los astros que durante estos últimos cinco años jugaron a favor y consolidaron la suba de los precios internacionales, hoy aparecen como las principales amenazas del actual nivel de los precios agrícolas.
Si bien debemos destacar que las perspectivas de los precios para maíz y soja, en este segundo semestre del 2011 y primer trimestre del 2012, dependen exclusivamente de lo que suceda con el clima en los Estados Unidos durante los próximos 45 días.
Sucede que durante julio y agosto, pleno verano en el hemisferio norte, tendrá lugar el período más crítico para el desarrollo de los cultivos de cosecha gruesa
A todo este análisis externo debemos agregar la situación local en la Argentina, donde la tendencia bajista en los precios del trigo y del maíz tiene su correlación directa negativa con las desacertadas políticas aplicadas por el Gobierno.
No se pueden mantener cerrados los registros de exportación de trigo y de maiz, si van a sobrar ambos cereales en el mercado interno, como lo demuestran los análisis de oferta y demanda de cada uno de estos productos.
El daño que están haciendo al mercado es muy grande, no sólo porque genera una fuerte caída en el ingreso de los productores, sino que el Gobierno al mismo tiempo no brinda un mínimo de certidumbre para el corto a mediano plazo.
En este escenario, el productor no puede tomar decisiones acertadas de siembra, principalmente en el caso del trigo.
En este sentido, sin intervención oficial, la superficie de trigo podría aumentar en un millón de hectáreas, lo que generaría un mayor ingreso de divisas, mayor recaudación por retenciones. Además, una mayor producción de trigo aleja el fantasma de “la falta de pan en la mesa de los argentinos”.
Fuente: La voz del interior, Agrositio.