"LAS MEDIDAS ERRÓNEAS DEL GOBIERNO: SE RETRAJO LA FAENA Y EL CONSUMO DE CARNE".
La entidad informó una menor oferta de proteínas de origen animal, con menores volúmenes de comercio internacional y con una importante retracción del consumo total y por habitante.
El siguiente informe económico fue elaborado por la Cámara de la industria y comercio de carnes y derivados de la Republica Argentina (CICCRA), a través de su director, Miguel Schiaritti:
En abril de 2011 la faena vacuna continuó ubicada en niveles mínimos ‘históricos’, de acuerdo con nuestras estimaciones. En particular, desde 1980 en adelante, sólo en tres ocasiones la faena mensual resultó inferior. Nos referimos a octubre de 1982, febrero de 1983 y marzo de 2008 (esta última, directamente relacionada con el paro agropecuario que desató la tristemente célebre Resolución Nº 125/08).
El contexto de bajísimo nivel de actividad, elevada capacidad ociosa y reducción de los puestos de trabajo ocupados que exhibe la industria frigorífica desde el año pasado está explicado por la reducida oferta de animales para enviar a faena, producto de la reducción del stock de madres que se produjo entre 2006 y 2009 y de la caída de los índices de eficiencia en la producción ganadera, lo que se explica por la creciente pérdida de atractivo económico que sufrió fundamentalmente la actividad de cría vacuna desde finales de 2005 en adelante, de la mano de las contraproducentes regulaciones y prohibiciones que fue estableciendo el gobierno nacional, en el nombre de defender ‘la mesa de los argentinos’.
Y la escasez de animales para enviar a faena es la que hizo que el valor de la hacienda en pie y de la carne crecieran en forma sensible a partir de la primavera de 2009, proceso que lógicamente se vio retroalimentado por los productores pecuarios que nuevamente decidieron retener hembras, con el fin de aumentar la producción de terneros a mediano plazo. Recordemos que las hembras funcionan como bien de cambio y de capital.
En abril se habrían faenado alrededor de 815 mil cabezas, lo que marcaría el cuarto mes del año con menor faena de los últimos 32 años. En comparación con marzo, se habría registrado una caída de 11,7%, en tanto que en comparación con abril de 2010 la baja ascendería a 16,4%.
Con estos guarismos, en el primer cuatrimestre del año la faena total se habría ubicado en 3,47 millones de cabezas y habría acumulado una contracción de 17,0% interanual (710,1 mil cabezas). Y si comparamos contra el triste récord alcanzado en igual lapso de 2009, la faena se contrajo en casi un tercio (-1,66 millones de cabezas).
Junto a ello, nuestras estimaciones indican que los productores pecuarios continúan respondiendo a las señales de precios, lo que permitió que la fase de retención de hembras cumpliera un año en abril de 2011. En el referido mes la participación de las hembras en la faena total fue de 39,2%. Y cuando consideramos el primer cuatrimestre del año, la participación de las hembras en la faena total marcó un promedio de 39,1%, el más bajo de los últimos 22 años.
El consumo promedio de los primeros cuatro meses del año fue de 51,6 kilogramos/habitante/año y con relación a un año atrás experimentó una baja de 9,4% (21,9% si contrastamos con enero-abril de 2009). En tanto en abril el consumo promedio móvil de los últimos doce meses se ubicó en 55,4 kilogramos/habitante/año, guarismo que resultó 14,7% inferior al de abril de 2010 y 20,2% menor al de abril de 2009.
Cabría esperar que, a través de las relaciones de sustitución que desencadenan los cambios de precios relativos, el encarecimiento de la carne vacuna diera lugar a un aumento del consumo de carnes alternativas.
Aunque la compensación (en volumen) lógicamente no podría ser perfecta, debido a que los consumidores se desplazan de un mercado a otro a una velocidad muy superior a la que los oferentes de carnes alternativas pueden responder con mayores volúmenes ofrecidos, dando lugar también al encarecimiento de las carnes alternativas con relación al conjunto de los bienes y servicios consumidos.
Pues bien, en el primer trimestre de 2011 el promedio de los precios de los principales cortes vacunos se duplicó con relación al vigente en el cuarto trimestre de 2009 (y subió 95%, al excluir al cuadril, al lomo y al peceto). En tanto, el precio del pollo subió 27,1% (regulado) y el precio del pechito de cerdo experimentó un alza de 57,2%. Por su parte, las estimaciones privadas señalan que el nivel general de los precios al consumidor subió alrededor de 32% entre los períodos considerados.
Por lo tanto, podemos observar que la carne vacuna se encareció con relación a las otras dos alternativas y al nivel general de precios (+27,2% con relación al pechito de cerdo; +57,3% contra el pollo entero y +51,9% respecto al IPC), pero debemos señalar que la carne de cerdo también subió de precio con relación al conjunto de los bienes y servicios que son demandados por los consumidores (+19%).
Si bien es cierto que las carnes aviar y porcina se producen en plazos de tiempo sustancialmente menores que la carne vacuna (49 días y 193 días, respectivamente, vs. 3 años), la dificultad de los oferentes de carnes alternativas para responder a la velocidad que cambian de mercado los consumidores, se debe a que en cortos períodos de tiempo los sectores productivos enfrentan restricciones de tipo operativo.
Sintetizando, a través de una sucesión de medidas equivocadas y costosas con las cuales el gobierno nacional afectó el funcionamiento del mercado de hacienda y de carne vacuna, con el fin de proteger la ‘mesa de los argentinos’, en la actualidad nos encontramos con una menor oferta de proteínas de origen animal, con menores volúmenes de comercio internacional y con una importante retracción del consumo total y por habitante de este tipo de proteínas.
Recordemos que en 2006 el consumo de proteínas de origen animal había logrado recuperar todo el terreno perdido luego de la crisis de 2002, acercándose nuevamente a los 100 kg/hab/año (64 de carne vacuna, 27,8 de carne aviar y 7,4 de carne porcina). En 2009 el consumo de proteínas de origen animal llegó a 109,8 kg/hab/año (+10,8% con relación a 2006; +10,71 kg/hab/año), habiendo explicado la carne vacuna 42% del crecimiento registrado (+7,0%; +4,5 kg/hab/año).
Luego descendió bruscamente a los 99,6 kg/hab/año en 2010 (-9,2% anual), debido esta vez exclusivamente a la contracción del mercado de carne vacuna (-16,4% anual; -11,2 kg/hab/año), que sólo fue parcialmente contrarrestada por mayores consumos de carne aviar y porcina (en este caso, con una mejora marginal).
Y en los primeros meses de 2011, los guarismos señalan un nivel de consumo de 96,2 (-0,5% anual), nuevamente explicado por un menor consumo de carne vacuna, por un estancamiento del consumo de carne porcina y por un mayor consumo de carne aviar, que compensa parcialmente la caída.
En abril de 2011 el Senasa certificó exportaciones de carne vacuna por un total de 12.901 tn peso producto (tn pp), con lo cual el primer cuatrimestre cerró con un volumen de 53.360 tn pp de carne vacuna exportadas.
En comparación con abril de 2010 se observó una suba de 62,4%, debido a que el año pasado las exportaciones habían llegado un piso de sólo 7.944 tn pp. Pero, la comparación con enero-abril del año pasado arrojó una baja de 29,7%. Y si comparamos con el primer cuatrimestre de 2009, las exportaciones de carne vacuna acumularon una caída de 53,6%.
Con respecto a las exportaciones de cuota Hilton, será este el tercer año consecutivo en el que no se alcanzará a cumplir con la cuota asignada, producto de la política de selectividad o discrecionalidad en la entrega de los permisos de exportación (ROE), por lo que se estima que quedarán alrededor de 2.000 tn pp sin embarcar.
Los embarques de cortes Hilton alcanzaron un nivel de 9.544 tn pp, resultando 37,9% superiores a los del primer cuatrimestre de 2010 (aunque se mantuvieron 28,0% por debajo de los registrados en el primer cuatrimestre de 2009). Entre los trimestres analizados casi se duplicó su importancia relativa en el total, ya que pasó de 5,9% a 10,5%.
Fuente: CICCRA, Agrositio.