EL PRINCIPAL OBJETIVO ES FRENAR LA CAÍDA EN LA PRODUCCIÓN PRIMARIA
Apuntan a reforzar la oferta de energía y carne vacuna. La producción de gas, petróleo y de ganado bovino retrocedieron fuerte en los últimos años. Son clave para frenar la inflación y cuidar la balanza comercial. La caída en la producción tiene su correlato en las reservas. De acuerdo con los ex secretarios, las de petróleo cayeron un 11% durante el kirchnerismo, mientras que las de gas se desplomaron 43%.

Más allá del tinte político que pueden tener algunas enunciaciones contenidas en los planes estratégicos que anunciará el Gobierno en los próximos dos meses, en términos económicos el mayor objetivo es remontar la caída en la producción primaria de algunos sectores, en especial entre los productores ganaderos y la energía, una de las patas débiles del kirchnerismo.
Sucede que la ampliación de la oferta local en ambos ítems está directamente vinculada con otros puntos sensibles de la salud económica del país, como la contención de la inflación a mayor oferta, precios más bajos y el freno a las importaciones de gas y electricidad, elementos clave para contener la fuga de divisas por importaciones energéticas.
En la arena energética el diagnóstico es inevitable.
De acuerdo con números de la cartera de Energía, que dirige Daniel Cameron, entre 2003 y 2010 la producción de petróleo disminuyó 18% y la de gas 8%, con un agravante: el tropiezo, el primero en la historia de la industria petrolera argentina en una década, se dio en un contexto de demanda interna creciente y precios internacionales en alza.
La caída en la producción tiene su correlato en las reservas. De acuerdo con los ex secretarios, las de petróleo cayeron un 11% durante el kirchnerismo, mientras que las de gas se desplomaron 43%. Pero en Planificación aseguran que el stress que sufrió el sector energético se debe al crecimiento de la economía a tasas chinas. Aunque les resulta difícil explicar cómo una economía en franco crecimiento no atrajo las inversiones necesarias.
En el tema ganadero, las restricciones a las exportaciones se iniciaron en 2006. Se mantuvieron pisados los precios de la hacienda en pie durante cuatro años y la sequía de 2009 diezmaron el stock ganadero, que se ubicaba en 60 millones de cabezas, lo que garantizaba cortes de calidad a precios accesibles.
La retracción de la oferta ganadera, en torno a las 10 millones de cabezas, derivó en un incremento en los precios del ganado en pie y también al mostrador, que se duplicaron en menos de un año. A la vez, las exportaciones se resintieron: entre enero y mayo cayeron 52% interanual.
Fuente: El Cronista, Cuenca Rural.