CON UNA CRISIS MUNDIAL EN PUERTAS… ¿QUÉ PUEDE PASAR CON LOS GRANOS?
El cuadro mundial, cada vez más grave, inquieta a los operadores.
A medida que transcurren los días, caemos más en la cuenta de que el mundo está ingresando en una etapa de menor crecimiento.
El famoso viento de cola parece que amengua.
¿EE.UU. puede caer en default?
Algo impensable, hace unos meses atrás, es hoy una posibilidad. Improbable, pero posible.
¿Es probable un default en la gran potencia del mundo? Difícilmente, pues el problema más bien resulta ser político. De puja entre demócratas y republicanos. Algo que, seguramente, se resuelva sobre el límite.
Un cuadro así de grave, daría por tierra con el valor del dólar y de las acciones y bonos.
Y el oro se iría a las nubes. Hoy está en más de 1.600 dólares la onza.
Es más factible que se de una situación intermedia. Ni el caos, ni la el crecimiento registrado hasta ahora.
Más probable es que la deuda de este país abandone la calificación AAA, algo que, ciertamente, convulsionaría el mundo.
Entre los acreedores, los países que están más expuestos son China y Japón, los mayores tenedores de bonos de EE.UU. Y le siguen Gran Bretaña, la OPEP y Brasil. Este último se dirige a una situación particularmente compleja, ya que su moneda se encuentre en un nivel sobrevaluado.
Un escenario de fuertes turbulencias, así, llevaría a una contracción de la demanda en el mundo. Los emergentes, en general, y China, en particular, sufrirían la restricción de sus exportaciones hacia los países avanzados.
A consecuencia de ello, la demanda de éstos se vería afectada. Por ejemplo, Brasil y China, principales destinos de las exportaciones argentinas, podrían verse perjudicados. En este contexto, es posible que el real brasileño tienda a devaluarse y ello afectaría seriamente nuestra competitividad.
Sin embargo, en este cuadro tan negativo, vale recordar que a la hora de decidir, la demanda prioriza el alimento, por lo que si hubiese una contracción generalizada la realidad es que ella sería menor en el rubro de los granos.
Que la Argentina se vería en serios aprietos, no cabe duda.
Porque no es cierto que el país esté blindado para los golpes externos. Si bien es verdad que la imposibilidad de acceder al crédito internacional ha dejado al país más o menos independiente de la oferta financiera mundial, ello no quiere decir que la restricción en la demanda de productos no lo afectaría. Claro que sí: si la capacidad importadora de los países compradores se redujera, las exportaciones se resentirían.
Sobre todo en aquellos sectores ligados a la capacidad de importación de países como Brasil.
Pero a diferencia de productos muy industrializados, los commodities provenientes del agro, por ser destinados a la alimentación, no deberían sufrir tanto.
Fuente: Manuel Alvarado Ledesma, Agrositio.