Políticas de Estado para el campo: animarse a probar otro camino
A lo largo de la historia de nuestro país, continuos desaciertos han generado una errática relación entre el campo y distintos gobiernos. Aprender de nuestros errores es un desafío que nos exige pensar en nuevas alternativas para contribuir en el diseño de políticas de Estado, que fomenten una relación virtuosa entre lo público y privado.

Fue por eso que, junto con mis colegas de la Mesa de Enlace de la provincia de Córdoba, decidimos comenzar a estudiar y a aprender de lo que sucede en los países vecinos, que poseen políticas de Estado virtuosas, que incentivan a sus sectores productivos a crecer en forma sustentable y cuyos lineamientos van más allá de un gobierno de turno.
Así es que viajamos a Brasil para realizar un intercambio institucional con reconocidas organizaciones que impulsan el desarrollo sostenido del sector agropecuario. Allí nos reunimos con la Confederación Nacional Agropecuaria (CNA) y con su Servicio Nacional de Aprendizaje Rural (SENAR), que brinda formación profesional, capacitación técnica y asiste gratuitamente a productores.
La Confederación Nacional Agropecuaria (CNA) agrupa a una gran mayoría de los productores agropecuarios y está constituida por federaciones estaduales y asociaciones municipales.
En sus estatutos establece que defiende “solidaridad social, la libre iniciativa, el derecho de propiedad, la economía de mercado y los intereses del país”. Son sus objetivos la defensa del productor agropecuario y persigue la creación de condiciones favorables para que los productores puedan desempeñar con eficiencia su actividad.
Funcionamiento
Para esto, ejerce influencia en el gobierno federal, en el Congreso de la Nación y en el Poder Judicial, ámbitos a los que difícilmente el productor pueda acceder en forma individual.
En cuanto al poder Legislativo, la CNA publica una Agenda Propositiva del Sector Agropecuario con lineamientos para el aumento de la producción, el crecimiento de las exportaciones y la generación de empleo en el sector agropecuario.
Además, realiza un seguimiento muy estrecho de la agenda legislativa para influir en ella, especialmente a través de la bancada ruralista, un conglomerado de legisladores de diferentes partidos políticos pero que defienden los intereses agropecuarios.
Los resultados de estas interacciones virtuosas están a la vista: en los últimos 50 años Brasil pasó de ser importador a liderar los rankings mundiales de exportadores de varios de los productos del agro. Esto se logró de la mano de políticas pro mercado y del fomento a la actividad agropecuaria, generando además mano de obra y mucha “territorialidad” como dicen nuestros vecinos brasileros, es decir, impulsando el federalismo.
Los avances continuos de Brasil como abastecedor confiable de alimentos y energía verde al mundo pueden ser asimilables a nuestro país.
Solo debemos animarnos a construir una política de Estado que impulse el crecimiento sustentable con mejoras de competitividad sistémicas, que atraiga inversiones, genere nuevos empleos, arraigo, dinamismo económico en todo el territorio nacional y una relación amigable con el ambiente. Es hora de hacerlo, es hora de terminar con las crisis económicas, sociales y política reiteradas. Tenemos una gran oportunidad, comencemos a caminar un nuevo camino.
El autor es director de la Sociedad Rural Argentina (SRA) Córdoba
Fuente. Alejandro Ferrero – Diario La Nación