SOJA: ¿REBOTE O MÁS CAÍDA?
Estamos transitando un tiempo de aversión al riesgo sobre todo a cualquier cuadro ligado a lo financiero.

La enorme deuda de las principales economías y la posibilidad, cada vez más cierta, de una fuerte retracción mundial siguen alimentando los temores de los operadores y, en consecuencia, los fondos buscan presurosamente una salida.
Los fondos no comerciales tienden a disminuir su posición neta comprada y los especuladores que, también abarcan los fondos de cobertura, continúan acentuando su posición neta vendida.
Estamos transitando un tiempo de aversión al riesgo sobre todo a cualquier cuadro ligado a lo financiero.
Y, en este cuadro de incertidumbre, buena parte del ahorro busca la seguridad de una moneda respaldada por una potencia como es EE.UU. Porque en el país de los ciegos, el tuerto es rey.
De esta forma, la fuerza inversora pasa al dólar como refugio de valor, aunque sea un fenómeno momentáneo, y por ello la moneda norteamericana tiende a una parcial recuperación.
El efecto de este comportamiento es doble. Por una parte, las ventas de los fondos presionan a la baja de los valores. Y por otra, la apreciación del dólar incide negativamente sobre los precios de la soja.
Pese a lo que sucede, no es cuestión de entrar en pánico.
En todo caso, el problema es más agudo para las finanzas públicas que están alineadas con el valor de la soja.
Debemos recordar que acaba de iniciarse la cosecha de maíz en el primer productor mundial, EE.UU. Además, los motores de las cosechadoras, allí, están prendidos para la soja.
Lógico es que, entonces, los precios tiendan a perder el elevado nivel alcanzado durante el período de pre-cosecha.
A favor de una recuperación, aunque sea parcial, está el cuadro de oferta y demanda mundial.
Muy especialmente, hay que tomar en cuenta la ajustadísima situación que experimenta EE.UU. con el maíz, sobre todo.
Cuando salga el próximo informe del USDA veremos la reacción del mercado.
Fuente: Manuel Alvarado Ledesma, Agrositio, ON 24.