Carne vs. inflación: la cadena ganadera no es la culpable.
Los aumentos se tratan de una recuperación de lo que se perdió en 2022 por una mayor oferta de animales, la sequía pasó factura. La cadena ganadera no es la culpable de la inflación en los mostradores de las carnicerías. Cada vez que suben los precios de la carne, se la responsabiliza del aumento de la inflación.

Hay muchos factores que inciden en la formación del precio de la carne. Algunos de ellos son la oferta de ganado apto para el consumo, el valor de los subproductos y los costos de faena, transporte y alquileres, entre otros. El año pasado, los precios del ganado se mantuvieron retrasados respecto de la inflación general, principalmente debido al impacto de la sequía.
Las demás variables -salvo el valor de los subproductos- subieron acorde a la inflación, lo que impidió que los precios del mostrador reflejen el estancamiento del precio del ganado. El año 2023 comenzó con una brusca recomposición de precios del ganado, situación que se reflejó en los mostradores en el mes de febrero.
Los factores climáticos afectaron severamente la producción de carne, generando un aumento cuantitativo de la oferta por falta de capacidad de los campos para retener hacienda. De cara al futuro, este escenario reflejará bajas en la oferta de terneros y, por lo tanto, menos producción y oferta de carnes.
Para aumentar de manera significativa la producción de carnes, la cadena de valor necesita reglas de juego claras y previsibilidad. Así, podremos planificar las inversiones y minimizar el impacto adverso de los factores externos, como el clima. La producción de carnes no depende exclusivamente del campo. Lo que sostiene al negocio es la capacidad de pago de la cadena industrial y comercial, por un lado, y el bolsillo del consumidor, tanto en Argentina como en el resto del mundo.
Como hemos reiterado en otras ocasiones, es necesario convocar a representantes de las esferas públicas y privadas, para generar los consensos que permitan crear las condiciones de estabilidad necesarias, para un normal funcionamiento de los mercados. Los matarifes somos responsables de más del 60 % del abastecimiento interno, con participación en los mercados externos.
Ponemos a disposición de las autoridades y de los demás integrantes de la cadena de valor nuestro conocimiento de los mercados y las distintas propuestas técnicas que hemos elaborado, para impedir la evasión impositiva. Esto impide el ordenamiento del resto de la cadena, y la mejora de las cuestiones sanitarias y tecnológicas que nos permitan avanzar en la evolución del consumo, con la inclusión de todos los sectores involucrados en la cadena de valor de las carnes.
Fuente: Agrofy News