EL MERCADO NO ENCUENTRA RESPIRO
China se muestra muy tranquila en el mercado, aun siendo el principal comprador de poroto de soja del mundo.
Habíamos anticipado el potencial efecto bajista que la actual crisis de la Unión Europea podría tener sobre el precio de las commodities agrícolas. El avance de la cosecha de soja y de maíz fue consolidando la baja en el mercado de Chicago, a pesar del anunciado programa de salvataje para Grecia por parte de las autoridades europeas. Incluso el mismo día en que las Bolsas de Europa recuperaban más de seis porciento, luego del anuncio del salvataje, Chicago cerró con una de las mayores bajas diarias desde comienzos del mes; trigo, siete dólares; maíz, ocho; y soja 14.
No hubo cambios de importancia en el análisis del balance de oferta y demanda, tanto en Estados Unidos como a nivel global.
Maíz. El mercado ya había comenzado a racionar la demanda, por su elevado precio interno. Todas aquellas actividades que se relacionan con el consumo de maíz están comenzando a reducir su volumen de producción. La menor demanda está comenzando a tener efectos directos sobre el mercado, ayudado además por la salida de los fondos que van en busca de activos mucho más atractivos. El avance de la cosecha estadounidense y el buen clima ayudan a consolidar la baja del mercado.
El comienzo de la crisis en Europa ha quitado liquidez al mercado, a través de la salida de los fondos de sus posiciones compradas. Ante este nuevo escenario, coyunturalmente bajistas, los fondos se quedaron sin argumentos para seguir sosteniendo sus posiciones compradas.
Soja. China se muestra muy tranquila en el mercado, aun siendo el principal comprador de poroto de soja del mundo. Dejó que sea Europa, el principal comprador de harina de soja, quien pudiera marcar el camino bajista ante el agravamiento de la crisis. Hay que tener en cuenta que la crisis financiera de Europa todavía no se ha mostrado en su real magnitud y, en estos momentos, el mercado se está anticipando a una eventual caída de la demanda global. No por la caída del consumo, sino por la retracción en el comercio generada por la crisis. Mientras tanto la demanda global, liderada por China, India, y demás países de África y Asia Pacifico, sigue con el mismo ritmo y crecimiento, pero tomando ventaja de las circunstancias.
Guerra de monedas. A todo lo que está sucediendo con la economía del mundo hay que agregar la silenciosa guerra de monedas que está comenzando a insinuarse, y tiene como uno de los principales actores regionales la fuerte devaluación del real en Brasil. El país vecino sufrió en forma directa el primer efecto de la crisis, una fuerte salida de capitales que operaban en la Bolsa de San Pablo y la caída de la inversión extranjera directa, lo que le produjo una sensible salida de dólares, y disminución del ingreso de los mismos. En forma indirecta, esta situación fue muy beneficiosa para el gobierno brasilero, pues produjo una suba del dólar que le permitió compensar la fuerte caída del valor de los granos.
En Argentina, los productores no han sentido de lleno el efecto caída de los precios agrícolas, ya que la baja en los mercados domésticos no tuvo la misma magnitud que en la plaza internacional.
En el caso del maíz, los precios a futuro (abril 2012) se mantienen en el mismo nivel, incluso con algunas subas en comparación con la baja de 50 dólares que sufrió el cereal en Chicago.
En cambio, la soja comenzó a sentir la presión bajista; por un lado, al ingreso de la cosecha estadounidense se le suma la crisis europea y la retracción de la demanda de harina de soja; en el plano local, la industria que venía operando a contramargen está buscando un nuevo precio de equilibrio para el poroto, que le permita comenzar a operar con márgenes positivos. Con respecto a las previsiones de precios, el tren ya pasó. Por el momento hay que acostumbrarse a ver una soja por debajo de los 300 dólares la tonelada, a menos que alguna circunstancia de peso haga cambiar esa tendencia.
No nos equivocamos en nuestra visión del mercado y en las sugerencias que hemos realizado en estos últimos cuatro meses: vender la soja y no el maíz. Y ahora tenemos el fantasma de una soja de 250 dólares.
A diferencia del gobierno del Brasil, que devaluó el real para dar más competitividad a su sector agroexportador, no vemos a nuestro gobierno pensando en esa misma dirección, y más cuidando que el dólar no suba, al menos hasta el próximo 23 de octubre.
Fuente: Pablo Adreani, La Voz del Interior; Cuenca Rural.