El sur también existe para la soja: en una chacra en la Patagonia lograron 64 quintales de rinde
La chacra Aapresid Valles Irrigados de Norpatagonia alcanzó una nueva marca inédita, tal como lo consiguió antes con trigo y maíz. Cómo es el modelo productivo que se aplicó en el establecimiento "Kaitaco", ubicado al este de Río Negro.
En la Patagonia, los esquemas de riego en agricultura permiten lograr rindes que no tienen nada que envidiar a los mejores esquemas de la zona núcleo.
La chacra Aapresid Valles Irrigados de Norpatagonia es una muestra y han conseguido trigos de 10.000 kilos por hectárea, maíz de 15.000 kilos y vicias de 6.000 kilos de materia seca.
El último “batacazo” de la entidad vino con la soja, con una productividad que llegó a los 6.400 kilos por hectárea.
En el establecimiento “Kaitaco”, ubicado a 50 kilómetros de la ciudad de General Conesa (Río Negro), se obtuvieron rendimientos de lote de hasta 5.600 kilos, con picos de hasta 6.400 kilos.
Según explicó Alfonso Cerrota, responsable técnico de Desarrollo de la Chacra, se utilizó la variedad DM 3312, con una densidad de 300.000 plantas por hectárea.
En el planteo se logró una altura de planta de 1,6 metros, un promedio de 47 vainas/planta; 3 granos por vaina y un peso de 1.000 granos que superó los 150 gramos.
MANEJO PRODUCTIVO
Estos rindes excepcionales fueron el resultado de un manejo productivo eficiente y un clima que jugó a favor, con ausencia de heladas tardías, temperaturas y radiación superiores a la media y ausencia de enfermedades que suelen afectar al cereal. A la adecuada elección varietal, se sumó el uso de fechas de siembra más tempranas de lo normal.
Además, hubo una buena implantación a partir de los bajos niveles de cobertura del antecesor, teniendo en cuenta que el exceso de cobertura suele ser un problema en planteos bajo siembra directa para estos ambientes.
“Es clave mencionar que los lotes vienen de doce años de agricultura de los cuales 4-5 tuvieron soja en rotación con doble dosis de inoculación, situación que favorece la progresiva nodulación de los nuevos cultivos y la performance del lote” agregó Cerrota.
HISTORIA DE LA CHACRA
El establecimiento surgió en 2011 a raíz de que un grupo de productores se unieron tras el desafío de impulsar una agricultura “generativa” en el desierto Norpatagónico y transformar la región en un polo de desarrollo productivo.
El Valle donde se sitúa la chacra presenta precipitaciones anuales que rara vez superan los 200 mm y suelos de escaso desarrollo, heterogéneos y salinos. Pero por otro lado, es una zona de altísimo potencial, dadas las condiciones de temperatura y radiación, y la disponibilidad de agua de buena calidad proveniente del Río Negro.
Fuente: Infocampo