El informe del USDA trajo un inesperado palazo bajista para los precios
El informe mensual de estimación de oferta y demanda mundial de productos agroindustriales del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) resultó ser un “baldazo de agua fría” para los precios de los granos gruesos en el CME Group (“Chicago”).
La proyección de cosecha de maíz en EE.UU. pasó de 387,7 millones de toneladas el mes pasado a 389,1 millones en el informe del USDA del presente mes de julio. Sin embargo, la oferta exportable estimada se mantuvo en 53,3 millones debido a que el organismo ajustó a la baja el stock final de maíz de la campaña 2022/23 (que finaliza el próximo 31 de agosto). En lo que respecta a la cosecha de soja de EE.UU., la nueva proyección es de 117,0 millones de toneladas versus 122,7 millones previstas un mes atrás.
Tales ajustes comprenden el aumento de superficie de maíz y la disminución de área de soja reconocido por el USDA el pasado 30 de junio. Sin embargo, un dato contenido en el informe difundido hoy cayó mal en el mercado.
La cuestión es que los técnicos del USDA estiman que las restricciones hídricas que afectaron a ambos cultivos al comienzo de la campaña no tendrán mayor impacto en los rendimientos.
En el caso del maíz, el USDA estimó este miércoles un rinde promedio nacional de 119,4 qq/ha, apenas por debajo de los 122,1 qq/ha previstos un mes atrás, mientras que en soja mantuvo la proyección inicial de 35,0 q/ha. En ambos casos se trata de rendimientos promedio superiores a los logrados en 2022/23.
Eso indica que, si bien el propio organismo reconoce que en gran parte de las regiones agrícolas estadounidenses las situaciones de ambos cultivos no es la mejor, las lluvias que vienen en camino lograrían restablecer las condiciones del maíz y la soja.
En cuanto a la demanda, el USDA redujo en un millón la proyección de importación de poroto de soja por parte de China, de 100 a 99 millones de toneladas, además de ajustar a la baja la importación de poroto a escala global.
Gracias a ese mecanismo, el USDA pudo ajustar la estimación de oferta exportable de soja estadounidense 2023/24 para poder mantener una expectativa de stock final de 8,1 millones, lo que contribuye a promover la hipótesis de una recomposición de las existencias internas de la oleaginosa.
Al conocerse el informe, no fueron pocos los analistas estadounidenses que consideraron que los técnicos del USDA –tal como vienen haciendo en los últimos años– “acomodaron” los números para provocar un “enfriamiento” del mercado para luego sincerar las cifras cuando la cosecha de granos gruesos esté bien avanzada en octubre o noviembre próximo
Fuente: Bichos de Campo