Lapidario informe del USDA sobre la situación de los biocombustibles en la Argentina. La falta de incentivos políticos es significativa y digna de mención
Un informe del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) sobre la situación de los biocombustibles en la Argentina resultó lapidario para el gobierno nacional. El potencial de los biocombustibles como herramienta de mitigación del cambio climático puede y debe respaldarse de manera más efectiva a través de cambios de políticas
Un informe del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) sobre la situación de los biocombustibles en la Argentina resultó lapidario para el gobierno nacional.
“Los biocombustibles siguen desempeñando un pequeño papel en apoyo del compromiso asumido por la Argentina en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030. El programa de biocombustibles se ha estancado y no ha avanzado de manera significativa para lograr sus objetivos de manera más efectiva”, indica el informe.
“El potencial de los biocombustibles como herramienta de mitigación del cambio climático puede y debe respaldarse de manera más efectiva a través de cambios de políticas”, añade.
El documento hace referencia a la Ley de Biocombustibles (Nº 27.640) que reemplazó en 2021 a la primera legislación en la materia (Nº 26.093), por medio de la cual, si bien se mantuvo la tasa de mezcla obligatoria de bioetanol con nafta en un 12%, se redujo el corte obligatorio de biodiésel con gasoil del 10% al 5%.
“La falta de incentivos políticos para reducir la intensidad de carbono de los biocombustibles comercializados (así como de los combustibles fósiles) es significativa y digna de mención”, remarca el informe del USDA.
“Igualmente preocupante es que no existen políticas que promuevan la comercialización de nuevos biocombustibles, como es el caso del biodiésel renovable (por el biodiésel hidrotratado o HVO), que permite avanzar aún más en la descarbonización al no tener límites de mezcla (porque es equivalente el gasoil de origen fósil), o del combustible de aviación sostenible (SAF), que descarboniza significativamente el transporte aéreo”, afirma.
“Avanzar en todas estas políticas lograría efectivamente todos los objetivos mencionados y reduciría el daño a la salud humana causado por las emisiones tóxicas de combustibles fósiles”, sostiene el USDA.
El documento pronostica que el consumo de bioetanol en 2023 será de 1170 millones de litros –el más alto registrado en términos históricos–, la mayor parte de los cuales provendrán del biocombustible elaborado en base a maíz.
Se espera que la producción de biodiésel alcance los 1000 millones de litros –un mínimo histórico– debido a la escasez de materia prima, baja demanda de gasoil y derrumbe de las exportaciones de biodiésel en la UE-27.
La tasa promedio de mezcla de biodiesel en 2022 fue del 5,9% y se proyecta que sea del 5,6% en 2023. La mezcla de bioetanol en 2022 fue del 11,7% y se proyecta que se mantenga sin cambios en 2023.
Fuente: Valor Soja