Terminó el debate y volvieron a quedar claras las prioridades de Massa. Se publicó la extensión del Dólar Soja, pero nada de la quita de retenciones lácteas
Menos de una hora había pasado desde el final del primer debate de los candidatos a la Presidencia en Santiago del Estero, donde el ministro de Economía y delfín del oficialismo, Sergio Massa, volvió a expresarse a favor de un país con un fuerte perfil productivo y exportador
Menos de una hora, y ya se había publicado el primer Boletín Oficial de la semana, en el que volvieron a quedar claras las prioridades del oficialismo. Se hizo lugar allí a la extensión del Dólar Soja 4, pero no apareció ni una línea de la prometida suspensión de las retenciones lecheras.
En el primer diario oficial de octubre, por cierto, aparece publicado en primer término el Decreto 492/2023, que establece en su primer artículo que “prorrógase, hasta el 25 de octubre de 2023, inclusive, el Programa de Incremento Exportador creado por el Decreto 576 del 4 de septiembre de 2022 y restablecido en último término por el Decreto 443 del 4 de septiembre de 2023”.
Se trata de la extensión del programa llamado vulgarmente como Dólar Soja, porque lo que hace es establecer un tipo de cambio más elevado para que la industria exportadora de soja y sus derivados obtenga un tipo de cambio más elevado, para que así acelere sus declaraciones de exportación, anticipe impuestos por retenciones y además liquide las divisas por esos negocios en el mercado cambiario controlado por el Banco Central. Como en las anteriores ediciones, el principal beneficiado de este operativo cambiario es el gobierno, que así extiende la frágil y delicada situación cambiaria hasta las elecciones, evitando una devaluación que pulverizaría las chances de Massa como candidato.
Necesitado de reservas, el ministro que inventó esta devaluación a medida para el sector que más divisas genera para la economía recurrió al Dólar Soja 4 a principios de septiembre y ya la semana pasada había anticipado su prórroga hasta después de las elecciones que se realizarán el 22 de octubre, y en las que Massa se juega su suerte política. Ya había apelado a este mecanismo para obtener divisas urgentes para el Banco Central a principios de su mandato, en septiembre de 2022, en diciembre de ese mismo año, y en abril de 2023. Luego, además, instrumentó un dólar especial para el maíz y las economías regionales.
Todo con tal de estirar este periodo de agonía cambiaria, donde la brecha entre el dólar libre y el oficial es de más del 100% y provoca múltiples distorsiones en la economía. Y sin medir los costos de cada una de estas decisiones, que implican una suba artificial del precio de la soja, y en consecuencia un encarecimiento de los costos de producción de muchas actividades, como la lechería. Se estima que para los tambos, los sucesivos Dólar Soja implicaron un aumento del 20/30% en los costos de alimentación de las vacas lecheras.
En esta ocasión, el aumento artificial del precio de la soja (que le permitió hasta aquí a Massa capturar unos 2.000 millones de dólares adicionales del sector sojero) se logró con una fórmula diferente a las anteriores, cuando directamente se definió un tipo de cambio diferencial para las exportaciones de una docena de empresas aceiteras. Esta vez, en cambio, se habilitó a que ese sector pueda disponer libremente del 25% de sus divisas, que así toman el valor del dólar Contado Con Liquidación y mejoran el poder de compra del sector exportador, que se traslada a una mejora de los precios internos de la oleaginosa.
Este decreto fue firmado por el presidente Alberto Fernández y todos sus ministros, incluyendo a Massa. Perfectamente entonces podía el gobierno motorizar un segundo decreto, que es la norma que se necesita para disponer una rebaja de las retenciones a los productos lácteos por 90 días, que es lo que Massa prometió hace ya diez días a un sector productivo, el tambero, que vive una emergencia porque la suba de sus costos (por la sequía, la devaluación pero también y sobre todo por la aplicación de tantos Dólar Soja) supera a los precios que se cobran por la leche.
Massa, el miércoles de la semana anterior y frente a toda la cadena lechera, había asegurado que esa suspensión de las retenciones a la exportación de lácteos iba a permitir liberar unos 7.300 millones de pesos de recaudación del Estado para que las industrias lácteas pudieran de ese modo mejorar sus precios a los productores, para evitar un quebranto generalizado de los tambos. Pero de ese decreto, que iba a regir por 90 días, desde principios de octubre a fines de diciembre, no hubo por ahora noticia.
El ministro candidato también había prometido mejorar un 20% el programa de compensaciones a los tambos llamado Impulso Tambero 2, que justamente se implementó para amortiguar el impacto de los sucesivos Dólar Soja 1, 2, 3 y 4 sobre la estructura de costos de esa actividad. Tampoco se conocer por ahora la reglamentación de dicha medida.
En definitiva, luego del debate presidencial y las declaraciones altisonantes, las prioridades de Massa volvieron a quedar expuestas con claridad en el Boletín Oficial: salió el decreto que le permite al gobierno seguir recibiendo divisas para seguir controlando el mercado cambiario hasta después de las elecciones, pero del otro decreto que debía atender las urgencias de miles de productores, bien gracias.
Fuente: Bichos de Campo