INCERTIDUMBRE EN LOS MERCADOS GLOBALES
Si la caída en la actividad económica de China se confirma, estamos ante las puertas de una tormenta perfecta.
Los contratos a futuro de la soja en Chicago perdieron más piso, cayendo por cuarto día consecutivo, mientras que el maíz y el trigo suben, en medio de una liquidación en los mercados de commodities que afectó solamente a la soja.
Si bien todo es consecuencia de la falta de definiciones políticas por parte de la Comisión Europea, que no hacen otra cosa que empujar cada vez más la crisis financiera en la Eurozona, el dato a tener en cuenta es que la demanda de soja a nivel global está centralizada en sólo dos destinos: China y la Unión Europea.
China es el primer importador mundial de poroto de soja por un volumen que, de acuerdo al último informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda), se proyecta para la campaña 2011/2012 en un récord de 56,5 millones de toneladas, equivalentes al 60 por ciento del comercio mundial de soja, estimado a su vez en 95 millones de toneladas.
Por su parte la Unión Europea es el primer importador mundial de harina de soja, por un volumen de 23 millones de toneladas, cifra que equivale al 40 por ciento del comercio global de ese producto. En términos de poroto de soja, lo que importa Europa de harina equivale a un volumen de 30 millones de toneladas.
Vemos entonces que entre China y la Unión Europea, el volumen de soja que involucra el comercio con dichos países es de casi 80 millones de toneladas.
Y sucede que estos dos países, o bloques en el caso de Europa, están pasando momentos muy difíciles por la incertidumbre que genera la falta de solución al problema de la crisis financiera internacional y fiscal en Europa.
En el caso de la Unión Europea, no hay dudas de que la situación de Grecia –y en lista de espera están España e Italia– está influyendo en forma directa sobre la evolución de los flujos financieros, la salida de los fondos de inversión, y la gran incertidumbre que todo esto genera.
Además, el mercado tomo nota que las últimas lluvias en Sudamérica auguran una producción de soja que en esta próxima campaña puede llegar a ser récord Y éste es un elemento de presión bajista para los mercados.
Analizando el caso de China, vemos que comienzan a aparecer algunos indicadores que hacen presumir cierta desaceleración en su ritmo de crecimiento económico.
Especialistas indican que los números están cayendo más rápidamente que lo previsto. Las ventas de propiedades inmuebles en septiembre y octubre, que son meses pico de compras, cayeron entre el 40 y el 60 por ciento en este último año. De la misma forma se está viendo que las acciones financieras e inmobiliarias, están en un 30 por ciento debajo de sus máximos, mientras que los precios del cemento y el acero están declinando.
Todo esto significa menor demanda, menores puestos de trabajo, menores horas trabajadas, menor demanda de bienes durables, cierta caída en el consumo global de alimentos.
Ya en el mes de mayo, el mercado había dado claras señales del exceso de oferta en China, principalmente de su sector inmobiliario comercial.
Se está armando entonces un escenario de menor demanda por parte del mercado chino. Si bien el golpe en el rubro alimentos no tendrá la misma magnitud que la que se proyecta para el mercado inmobiliario y las acciones bursátiles, es probable que el ritmo de crecimiento de la demanda de alimentos disminuya drásticamente.
Y en este escenario el primer producto que será golpeado será la soja, y como hemos visto hoy su demanda depende principalmente de dos mercados que además son potencias de la economía mundial.
Nosotros venimos indicando en nuestra columna, que toda soja arriba de 300 dólares por tonelada tiene un muy buen precio de venta, tanto disponible como futuro. El tren de la soja de 350 dólares por tonelada ya pasó hace mucho tiempo, y hoy todos los indicadores que en el mes de julio eran alcistas se han transformado en bajistas.
Si la caída en la actividad económica de China se confirma, estamos ante las puertas de “una tormenta perfecta”. Es que los principales compradores de soja del mundo, Europa y China, van camino a un ajuste, gradual o brusco, en sus economías. Por ejemplo, con la soja mayo en el Matba a 299,8 dólares por tonelada, muchos productores querrán vender arriba de 300 dólares. Y me pregunto: ¿y si el tren de los 350 ya pasó?
Fuente: Pablo Adreani, La Voz del Interior; Agrositio.