LAS ESTRELLAS SON LA VACA Y EL NOVILLO
Falta novillo pesado, que busca la industria exportadora que, pese a que los embarques están muy reducidos, necesita de esta categoría para cumplir planes mínimos de faena para sus plantas.
Oferta reducida, que no lo es más aun por la salida abundante de ganado liviano de los feedlots que mantiene bien abastecido el consumo de las grandes ciudades.
De acuerdo con la estacionalidad de la oferta de los últimos años, octubre es un mes de oferta alta, que da lugar en los meses subsiguientes a una caída gradual en la faena que culmina con los "idus de marzo", momento crítico de alta demanda y baja oferta.
Los feedlots están en estas semanas sacando lo que encerraron en el período junio-julio pasado, cuando todavía la oferta y el valor de la invernada eran convenientes.
Este año se encerró menos que el año pasado (-41 por ciento) y mucho menos que en el 2009 (-58 por ciento), y los mismos engordadores proyectan una caída muy importante de la oferta de ganado de corral para los próximos meses. Porque hace ya dos a tres meses que es más lo que se vende que lo que se repone.
Rumbo a fin de año. Si bien hay feedlots que todos los años procuran tener gordo para las fiestas de Fin de Año, esta temporada son mucho menos los anotados para esa apuesta, después del fiasco del año pasado, cuando el mercado en la última quincena de diciembre fue literalmente tapado de carne de pollo y de vacuno, dando lugar a una baja de precios y a un "atracón" de carne que no se pudo digerir hasta bien entrado el año.
Para este fin de año se puede prever una faena menor (10-12 por ciento), pero hay una oferta abundante de sustitutos y además todo indica que la economía ha comenzado a desacelerarse.
Con respecto a noviembre del año pasado, cuando el novillo promedió los ocho pesos por kilo vivo, el valor del ganado ha subido entre 11 y 12 por ciento, contra un 20 a 22 por ciento de la inflación estimada. Los valores reales siguen siendo muy favorables y, pese a que la demanda hace meses que le ha puesto un límite al precio de la carne (al mostrador), los precios de toda la economía crecen a un ritmo del 25 por ciento anual. Por lo que habría que desconfiar -así lo indica la experiencia histórica de períodos inflacionarios- sobre el valor real de una variable que comienza a atrasarse: se va a recuperar, total o parcialmente, pero no va a avisar cuándo.
Protagonistas de peso. Las estrellas del mercado siguen siendo el novillo y la vaca. Falta novillo pesado, que busca la industria exportadora que, pese a que los embarques están muy reducidos, necesita de esta categoría para cumplir planes mínimos de faena para sus plantas, que están hoy con matanzas bien por debajo de su punto de equilibrio.
Los cierres de industrias se han dado hace ya varios meses, y hoy las grandes plantas exportadoras están luchando por captar la reducida disponibilidad de novillo pesado que hay.
Debe recordarse que la última campaña de vacunación contra la aftosa reveló que hay en el país 35 por ciento menos de novillos que hace cuatro años atrás.
En cuanto a la vaca, que hay mucho menos por la retención en marcha y por la época del año en que estamos, es buscada por el consumo de menor poder adquisitivo, por los exportadores a los que todavía les cierra algún negocio, o por muchas plantas que no consiguen suficiente novillo y completan la anémica faena con vaca.
Hay una alta proporción de vaca gorda en relación a conserva o manufactura; esta relación se acentuará con el avance de la primavera y el verano.
Como consecuencia de los menores precios de los cueros, los frigoríficos que prestan servicios de faena intentan por estos días bajar entre un 10 y un 15 por ciento los "recuperos" pagados a sus usuarios.
Fuente: Ignacio Iriarte, La Voz del Interior; Cuenca Rural.