EL VALOR DE LOS MERCADOS DE GRANOS
La comercialización de granos en nuestro país ha sufrido transformaciones en los últimos años. Los cambios tuvieron que ver con la evolución ocurrida en los sectores que conforman el sector agroindustrial -producción, acopio, corretaje, cooperativas, molinos, exportación.
La agricultura fue expandiéndose en la búsqueda de economías de escala. Así, se dio una integración vertical entre eslabones de la cadena de valor avanzando en funciones que cumplían otros sectores y se desarrollaron nuevas figuras prestadoras de servicios. Además se adoptaron otras modalidades comerciales en función de nuevas situaciones, como el uso de silos bolsa, la velocidad de recolección o las necesidades de financiamiento del productor.
Por otra parte, la intervención oficial con medidas de limitación, cuotificación y direccionamiento de cupos de exportaciones en los mercados de maíz y trigo, provocó grandes dificultades para que los productores puedan vender sus cosechas. Se generó sobreoferta y falta de competencia en la demanda para exportación y con los compradores para consumo interno, lo cual repercutió en descuentos importantes de precios en estos últimos cinco años. Estos cambios se tradujeron en notables transformaciones en las formas y modalidades de negociación de los cereales y oleaginosas mostrando hoy características estructurales de mercado que no se veían tiempo atrás. El fenómeno más evidente fue el crecimiento de la entrega de granos oleaginosos en depósito o en condiciones "a fijar" y el de los negocios directos sin pasar por los mercados institucionalizados.
La tendencia que hoy se observa es marcada: mientras se limita el volumen de granos que llega a las Bolsas para intervenir en la dinámica de formación de precios, crece el volumen de negocios que toman como referencia los precios del mercado disponible para determinar el valor de la transacción (arrendamientos, canje, compras de insumos y maquinarias, etc.). En otras palabras, cada vez es mayor el número de agentes que utilizan los valores de la "pizarra" para el "pricing" de sus negocios sin aportar tonelaje al mismo y, por lo tanto, no contribuyendo al proceso de formación de los precios.
Existen otras alternativas de operaciones que no tienen las debilidades de los negocios a fijar precio por pizarra. Una de ellas puede ser recurrir a los negocios a fijar precio por futuros como los que ofrece Rofex, donde las partes tienen que realizar operaciones de compra y venta efectivas en el mercado, colaborando con la formación de precios.
El contar con precios públicos de los granos negociados constituye un valor social. Basta observar los problemas que enfrentan los productores de países que no cuentan con mercados concentradores para la formación de precios como el que poseemos. En estos casos, toman valores de mercados externos y las partes negocian diferenciales -primas- de manera bilateral, sin difusión ni transparencia, en ámbitos no institucionalizados, sin marco arbitral y sin estándares públicos de calidad y condición.
Es aquí donde reside la importancia de que existan las Bolsas con mercados institucionalizados que brinden precios de referencia en forma transparente y con acceso a todas las personas que participan de la cadena agroindustrial.
Desde la Bolsa de Rosario estamos convencidos de que el fortalecimiento de los mercados de granos debe surgir de los propios usuarios. El riesgo de no hacerlo es exponerse a mayores distorsiones, a acentuar más las deficiencias del marco regulatorio y, por ende, a alejar la posibilidad de un desarrollo genuino y equilibrado de los mercados concentradores que son la máxima referencia de precios que conformen a toda la cadena.
Fuente: Cristian Amuchastegui, La Nación; FyO.