China firmó las reglas sanitarias para que la Argentina le pueda exportar trigo. Será posible hacer ese negocio
La Secretaría de Agricultura informó este jueves que firmó con China una serie de protocolos sanitarios para permitir la exportación de productos del agro. El más prometedor de esos acuerdos tiene que ver con el trigo, cereal del cual los chinos son los terceros importadores del mundo, con casi 10 millones de toneladas anuales.
La Argentina en los últimos años logró abrir con dispar suerte ese colosal mercado asiático para diferentes cereales (como el maíz, el sorgo y la cebada), tiene una producción cercana a 15 millones de toneladas y es uno de los mayores exportadores de trigo. Pero le será difícil hacer pie en ese país, pues la demanda existente es cubierta por varias potencias trigueras como Australia, Estados Unidos, Canadá, Francia y Kazajastán.
Acompañando la comitiva del presidente viajero Alberto Fernández a aquel país, el secretario de Agricultura Juan José Bahillo trató de imprimirle algo de emoción a los acuerdos firmados, que de todas maneras eran parte de una negociación prevista desde julio pasado. Tristemente en el comunicado oficial no le otorgó el mérito de la negociación a los pacientes diplomáticos argentinos que desde hace años batallan contra la muralla china. Según Bahillo, todo se lo debemos a “la decisión del ministro de Economía, Sergio Massa, de llevar adelante una estrategia comercial destinada a ampliar la exportación de alimentos”.
Como sea, en el caso del trigo, el protocolo firmado entre amos países permitirá el inicio de las exportaciones de Argentina a China (tercer importador mundial de ese cereal con 10 millones de toneladas por un valor de U$S 3.800 millones). “Actualmente Australia (con 5,7 millones de toneladas) y Canadá (con 1,8 millones de toneladas) son los dos principales abastecedores del mercado chino”, reconoció la información pública.
Los otros acuerdos firmados por Bahillo son menos espectaculares y hasta algo mentirosos. En un encuentro con el viceministro de la Administración General de Aduanas de China (GACC), Wang Lingjun, se avanzó con distintos protocolos de exportación también para lana y menudencias y subproductos bovinos. La paradoja es que para las menudencias China es actualmente el principal cliente de la Argentina, aunque la mercadería llega allí triangulada a través de Hong Kong. En rigor, en 2022 Argentina exportó 153 mil toneladas por un valor de 254 millones de dólares, siendo Rusia y Hong Kong los principales destinos.
“En cuanto a la lana, la firma del protocolo es un requisito establecido por China para continuar exportando, brindando mayor previsibilidad a las ventas de nuestro país. Argentina exportó al mundo un valor de 20 millones de dólares en 2022 y China representa un 75% de ese total”, se agregó en la gacetilla de Agricultura.
Adicionalmente ambos países firmaron un Memorando de Cooperación en materia de Inocuidad y Sanidad. Por el mismo”se crea un ámbito periódico de encuentros bilaterales para tratar temas de agenda de acceso y cooperación con la Aduana China, estableciendo además un mecanismo de cooperación e intercambio de información sanitaria e investigaciones científicas, que agilizará los procesos de apertura de nuevos mercados”.
En estos avances acordados hace meses y concretados en el que sería -por fortuna- el último viaje de Alberto Fernández como presidente, el gobierno trató de disimular el gran fracaso de estas gestiones sanitarias, pues sigue sin lograrse la reapertura de China a los productos aviares de origen argentino. Ese comercio está cerrado desde el brote de Influenza Aviar Altamente Patógena que sufrió el país en febrero pasado, y a pesar de que los focos de esa enfermedad ya han sido controlados.
“Continúan las negociaciones para la reapertura de la exportación aviar”, concede el comunicado oficial. China también era le principal importador en ese rubro -especialmente de las garras de pollo- pero se muestra inflexible, a pesar de que el vicepresidente del Senasa, Rodolfo Acerbi, viajó extensamente a ese país hace unos meses tratando de convencer a las autoridades chinas de revertir esa prohibición.
Fuente: Bichos de Campo