Conflicto en SanCor. El gremio arrió una bandera y la empresa alerta que hay riesgo de que se pierdan 3 millones de litros de leche
En medio de las medidas de fuerzas llevadas a cabo por los trabajadores lecheros del gremio Atilra en seis plantas y un centro de distribución en Don Torcuato de la cooperativa láctea SanCor, fuentes de la empresa advirtieron que existe el riesgo de tener que tirar al menos tres millones de litros de leche
La cooperativa enfrenta asambleas del gremio Atilra en sus plantas que frenan la producción; cruces por un fideicomiso y los salarios
En medio de las medidas de fuerzas llevadas a cabo por los trabajadores lecheros del gremio Atilra en seis plantas y un centro de distribución en Don Torcuato de la cooperativa láctea SanCor, fuentes de la empresa advirtieron que existe el riesgo de tener que tirar al menos tres millones de litros de leche. Esta cifra incluye la materia prima que aún no fue recolectada en los tambos, la leche almacenada en camiones que no pudo ser descargada y el remanente sin procesar al momento del inicio del conflicto. En tanto, en el gremio respondieron que “no hay ningún motivo para tirar leche porque las plantas no están bloqueadas”.
Ayer la cooperativa informó que sus operaciones estaban siendo gravemente afectadas como consecuencia de que se registran asambleas, interrupciones y hasta “bloqueos” en las distintas dependencias de SanCor por el sindicato. Según detallaron, las medidas de fuerza se dan de manera dispar, en algunas de las plantas la actividad es intermitente, mientras que el Centro de Distribución en Don Torcuato “está bloqueado”.
Fuentes de la empresa dijeron hoy a este medio: “Existe un riesgo importante de que haya que desechar leche porque en las plantas quedó un remanente sin procesar de antes del bloqueo y que se está envejeciendo dentro de los silos. Por otro lado, hay muchos lugares en donde los camiones de recolección no pudieron descargar. Hay riesgo de que se eche a perder dentro de los camiones o en los tambos porque no la pueden ir a retirar”.
Aunque hasta el momento se estima que son aproximadamente tres millones de litros de leche en peligro, si el conflicto persiste esta cifra podría aumentar y existe la posibilidad de que afecte la distribución de los productos lácteos.
En diálogo con LA NACION, fuentes del Atilra negaron la existencia de bloqueos, pero reconocieron que la actividad está siendo interrumpida. Por cada turno de trabajo de duran ocho horas hay una asamblea de cuatro horas durante la cual se para la actividad. “No hay ningún motivo para que se tire leche porque las plantas no están bloqueadas”, indicaron. Agregaron que “si hay sobrante pueden venderlo a otra industria láctea”.
Argumentaron que la cooperativa láctea no está colaborando en la puesta en marcha de un fideicomiso de salvataje para la compañía. Por otro lado, reclamaron que “hace muchos años que [los trabajadores] no vienen cobrando sus salarios como corresponde”. Precisaron que la empresa “retiene los aportes de los trabajadores y no los depositan”.
El fideicomiso al que hace referencia el sindicato es una iniciativa presentada hace dos años por un grupo de empresarios de diferentes sectores, quienes se acercaron a la cooperativa con la propuesta de establecer un fideicomiso para la administración de la empresa. Este proyecto demandaba una financiación de 60 millones de dólares. Para ello el grupo interesado presentó la propuesta de emitir un bono de cotización pública por el valor mencionado, con el objetivo de que tanto el Estado como empresas privadas puedan suscribirlo.
Aunque han obtenido la aprobación del directorio del BICE como fiduciario del “Fideicomiso Financiero Sancor Láctea”, responsable de la emisión de los valores representativos de deuda (VRD), ahora esperan la aprobación de la Comisión Nacional de Valores (CNV) para poder ingresar al mercado de capitales y buscar financiamiento.
En este contexto, el gremio ayer denunció que la empresa no está colaborando con los pasos necesarios para activar el fideicomiso y tampoco ha presentado un requerimiento ante la CNV para emitir valores que respaldarían la inversión económica. Además, destacó que se llevan 45 días de indefinición sobre la firma de un documento relacionado con este asunto.
En tanto, en la cooperativa respondieron que la empresa “hizo todo” lo que tenía que hacer para este mecanismo. En este contexto, en un comunicado la cooperativa amplió: “SanCor se abrió a escuchar propuestas de negocios con actores económicos y/o empresas interesadas en participar de la actividad. En este sentido, hace más de dos años se iniciaron conversaciones con un grupo de personas de negocios que proponían la constitución de un fideicomiso de administración. En la idea del mismo, SanCor dispondría de algunos de sus activos y los interesados externos se comprometían al aporte de capitales necesarios para solventar obligaciones y promover el crecimiento”.
También se refirió al grupo de inversores que se acercó a la empresa: “En tal sentido, y pese a que transcurrieron más de dos años desde la firma de una “carta de intención”, no se cumplió ninguna de esas obligaciones por parte de los terceros. Más aún, del aludido “grupo empresario” no se conoce con precisión quiénes lo integran, no existió diálogo directo con ningún potencial inversor ni hubo otra relación como no sea con quienes cumplen un rol de intermediarios técnicos. En todo este tiempo, Atilra tuvo conocimiento profundo de cada una de las alternativas que se fueron suscitando y planteando”.
Por otro lado, respecto a los salarios, según pudo saber este medio desde hace seis años, cuando la empresa entró en una crisis, empezó a haber retrasos en los pagos. Luego se pasó a abonar el sueldo en cuotas semanales, algo que el gremio habría aceptado.
En un reportaje a Héctor Ponce, secretario general de Atilra, que difundió el mismo sindicato, el gremialista dijo: “Los trabajadores y las trabajadoras de SanCor que prestan servicios en distintos sectores del país, hace muchos años que no vienen cobrando sus salarios como corresponde. Años. Nos estamos hablando de atrasos, nos estamos hablando de un determinado tiempo. Años que no cobran sus salarios como realmente deberían cobrarlos, es decir, que los están cobrando con quitas y reducciones que al resto de las y los trabajadores lecheros de todo el país, no les pasa”. Agregó: “Ahora bien. Estos trabajadores que no perciben la totalidad de sus salarios, que sus remuneraciones son recortadas, sufren todos los descuentos de ley. Aportes y contribuciones, se les descuentan para la obra social, no obstante esos descuentos, los aportes y contribuciones se utilizan para otra cosa, porque la empresa no realiza esos aportes y contribuciones a nuestra organización, a nuestra obra social”.
La empresa tiene actualmente unos 1450 operarios que están en convenio con el gremio. Luego de entrar en crisis en 2017, ingresó en un proceso de reestructuración y venta de activos en los últimos años. De ser líder en procesamiento diario de leche, con más de 3,5 millones de litros, pasó a un nivel en torno de los 700.000 litros diarios, si bien su capacidad instalada es para 1,5 millones de litros. Asimismo, de más de una docena de establecimientos se quedó con seis ubicados en Sunchales, Gálvez, San Guillermo, Balnearia, Devoto y La Carlota.
Fuente: Diario La Nación