Picada en riesgo en 10 días la industria de chacinados podría comenzar a quedarse sin insumos estratégicos
El entorpecimiento que se ha generado en los distintos rubros de la economía por los problemas para importar insumos sigue golpeando en la industria de chacinados, que la semana pasada ya había realizado una fuerte advertencia. Según alertaron en el sector, necesitan aditivos ingredientes y tripas para la elaboración de fiambres.
Las empresas elaboradoras están en una situación apremiante porque tienen que pagar compromisos con el exterior y no lo pueden hacer
El entorpecimiento que se ha generado en los distintos rubros de la economía por los problemas para importar insumos sigue golpeando en la industria de chacinados, que la semana pasada ya había realizado una fuerte advertencia. Según alertaron en el sector, necesitan aditivos ingredientes y tripas para la elaboración de fiambres. Si bien la situación varía de una empresa a otra, hay firmas que tienen stock de insumos para 10 días, mientras que otras pueden llegar a los tres meses, según la diversificación de su producción.
“Sin estos insumos la industria no puede trabajar. Hace más de un año venimos gestionando las importaciones mínimas y necesarias para que la industria funcione, pero desde hace más de un mes se frenaron los pagos al exterior y el acceso al MULC [Mercado Único Libre de Cambio]. Los exportadores [proveedores del exterior] ya están perdiendo la confianza en nosotros como empresas. No podemos seguir trayendo mercadería sin pagar la anterior”, indicó Martín de Gyldenfeldt, gerente de la Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Afines (Caicha) a LA NACION.
La situación para la liberación de las SIRA [Sistema de Importaciones de la República Argentina] es similar a varios rubros de la economía. En este caso, dijo el directivo de Caicha, hay atrasos de hasta 200 días, mientras que este sistema establece una fecha de 90 días para su liberación. Pero, por el problema de la falta de dólares, estas fechas terminan siendo “reperfiladas” varias veces, por lo que se genera un entorpecimiento en la cadena.
“En pocos días habrá empresas que se pueden quedar sin insumos y otras tienen hasta dos o tres meses, pero los productos son muchos. Estamos perdiendo seriedad en el mundo. La consecuencia de esto es que no llega el insumo a la fábrica, que debe tratar de dosificar lo poco que le queda para poder continuar en el tiempo, o de continuar la producción de una línea y poder seguir con otras. Cada empresa hace lo que puede porque nos estamos acercando al límite del stock cero”, adelantó.
En total son 526 fábricas las que operan en esta industria, la mayoría son pymes, aunque también hay 12 jugadores grandes que son importadoras.
Las de menor escala necesitan importadoras para abastecerse. “El problema se acentúa día a día porque el exportador ya no confía en nosotros. No sabemos cuál es la solución. Nos aprobaron SIRA, trajimos la mercadería, ya se elaboró, ya se vendió y todavía no se puede pagar. Hay una desconfianza total en el país”, puntualizó. Los aditivos ingredientes que faltan son alrededor de 20 o 30, y a esto se le suman las tripas. Todos estos productos vienen desde Alemania, Estados Unidos, España, Finlandia, Brasil y Chile.
“Cuando llegan los 90 días y vas al banco te dicen que no por distintos motivos. Son motivos administrativos que no son. Sabemos que no hay dólares, pero en la página de AFIP te ponen inconsistencias, que resultan ser eufemismos para no aclarar que no hay dólares. Estamos en una situación en la que dejás de importar. Yo me comprometí a pagar y ahora no puedo acceder al mercado para poder pagar”, contó.
Frente a esta situación, las empresas paran la producción de un ítem o aumentan la de otros para no cortar la cadena y que los insumos alcancen.
En 2014-2015 la industria tuvo que hacer un análisis sobre la valoración de las importaciones también por restricciones. “En 2014 necesitábamos 100 millones de dólares para insumos para la importación, hoy no podemos decir que necesitemos lo mismo, porque todo ha aumentado en dólares”, explicó.
La industria del chacinado tiene pocas exportaciones porque la actividad es poco competitiva frente a los grandes mercados internacionales, como España. El tipo de cambio se ha convertido en uno de los principales problemas para producir para la exportación, según alertan. “Tenemos el perfil de la industria para elaborar fiambres y cortes frescos porcinos para vender al mundo, pero necesitamos medidas financieras viables: un tipo de cambio que favorezca la exportación”, planteó. La Argentina enviaba jamón crudo a Rusia, cortes frescos a China; actualmente se envían chacinados a Paraguay.
Fuente: Diario La Nación