Por restricciones en la importación resulta escasa la oferta de semillas forrajeras
Las importaciones de semillas forrajeras están trabadas, igual que las de agroquímicos y fertilizantes, y hay pocas semanas para desbloquearlas, si se considera que los ganaderos comienzan las compras a fines de año para utilizarlas a partir de febrero-marzo
“Desde el otoño de 2022 se liberaron poquísimas SIRA para estos productos, lo que provocó una interrupción de los embarques desde los países proveedores”, crítica Enrique Bayá Casal, titular de un comercio del ramo.
“El 90% de la semilla de alfalfa que se utiliza en la Argentina es importada, mientras que el 50% de la festuca y del pasto ovillo tiene el mismo origen”, agrega. Las demás semillas forrajeras –cebadilla, raigrás, avena, cebada, tréboles y lotus– son de producción nacional. La cosecha empieza en los próximos días y no se prevén inconvenientes para el abastecimiento si el clima sigue acompañando.
Las restricciones para importar también se sufrieron en la campaña pasada, pero el efecto fue menor porque la seca pulverizó las intenciones de siembra de muchos ganaderos. En el presente ciclo la situación cambia porque hay poquísimo carry y se prevé un marco climático favorable para las implantaciones.
Expectativas positivas
Bayá Casal estima que la liberación de SIRA seguirá con cuentagotas hasta el 10 de diciembre, pero que el resultado de las recientes elecciones animará a muchos importadores a embarcar mercadería en origen, en el entendimiento que las SIRA serán liberadas a mayor ritmo por las nuevas autoridades.
Mientras tanto, los valores que se manejan en el mercado son: festuca, de 5,8 a 7 dólares por kilo; pasto ovillo, de 5,9 a 6,15; agropiro, a 6,1, y cebadilla, de 2,3 a 2,5 dólares por kilo. La semilla de alfalfa se encareció en el mundo, localmente, las variedades de grupo 6 a 9 se venden a US$11 por kilo; las de grupo 9, de 10,5 a 15; trébol blanco, de 6,3 a 6,5; trébol rojo, de 7,7 a 8; lotus tenuis y corniculatus, a 11,5; avena, de 0,65 a 0,85; el centeno, muy afectado por seca y heladas, se comercializa de 0, 7 a 0,8; vicia, de 1,9 a 2, y raigrás anual, de 2,3 a 2,5 dólares.
Hacia adelante, el empresario estima que con el correr de los días cobrarán fuerza las ventas para la campaña de siembra de pasturas por las buenas perspectivas para los precios ganaderos, la necesidad de recuperar la oferta forrajera tras la sequía y por una disponibilidad comercial que no será holgada por el retraso de las importaciones.
Fuente: Diario La Nación