Esto no va a estar nada bueno la premonición de un productor que anticipó un desastre nunca visto
En un campo de Balcarce, Pablo Vigil registró en solo 12 horas tres fuertes episodios de granizo que dejaron importantes pérdidas en cultivos y daños materiales. “Esto no va a estar nada bueno”. Esto fue lo pensó el productor agropecuario Pablo Vigil al observar la avalancha de nubes que se dirigían hacia su campo en la localidad bonaerense de Balcarce.
En un campo de Balcarce, Pablo Vigil registró en solo 12 horas tres fuertes episodios de granizo que dejaron importantes pérdidas en cultivos y daños materiales
“Esto no va a estar nada bueno”. Esto fue lo pensó el productor agropecuario Pablo Vigil al observar la avalancha de nubes que se dirigían hacia su campo en la localidad bonaerense de Balcarce. No estaba equivocado: las nubes llegaron cargadas con lo que fue la segunda pedrada del día y la penúltima de las tres que registró en menos de 12 horas en el establecimiento, entre el viernes y el sábado último. Un tridente que barrió 400 hectáreas de soja, 250 de girasol, 120 de maíz y 40 de papa.
“Piedras han caído toda la vida, pero tres [veces] en menos de doce horas y que arrasen con 600 hectáreas, nunca”, contó el productor, quien aún no puede salir de su asombro ante la magnitud del temporal.
Vigil dijo que la primera granizada cayó la tarde del domingo mientras viajaba con parte de su familia por la ruta nacional 226, que une Mar del Plata con Balcarce. Hasta ese momento, todo transcurría relativamente normal. Sin embargo, al llegar al campo el cielo llamó su atención. “Me pareció raro porque conozco de memoria el recorrido que suelen hacer las tormentas, que generalmente vienen del oeste y se dirigen hacia el este, donde está el mar. Pero esta vez fue raro porque, después de pasar, parecía que dio la vuelta y regresó como si viniera del sur”, explicó.
A las pocas horas se desató un diluvio acompañado de vientos fuertes y granizo. “Hizo un desastre”, dijo el productor que, al amanecer del día siguiente se levantó temprano con la intención de recorrer el campo y evaluar las pérdidas. Se encontró con 250 hectáreas de girasol devastadas, 40 hectáreas de papa arrasadas y 150 hectáreas de maíz casi destruidas. Además, descubrió una casilla desparramada por el campo y un pivote de riego volteado. “Nos desanimamos muchísimo, y eso que no sabíamos que todavía faltaba más”, indicó.
Lo que Vigil desconocía en ese momento era que a las 14 vendería la tercera pedrada que afectó la parte del campo que había resistido los dos episodios anteriores. “Cayó granizo duro entre 30 y 40 minutos. Tengo 52 años, he visto muchas pedradas, pero nunca una como esta”, expresó.
En ese sentido, explicó que quedó impactado por la cantidad de tiempo y el espacio que abarcó. “Fue como si hubiese pasado un tornado. Generalmente, son mangas de granizo que caen sobre una parte del lote, esto fue sobre todo. Demasiado grande”, sostuvo.
“El niño está siendo violento”, agregó el productor, que recordó los fuertes vientos de más de 100 km y, en algunos casos, tornados, que arrasaron con campos de trigo, cebada y maíz en el partido bonaerense de Olavarría hace dos semanas. A eso se suma el temporal con vientos de más de 140 kilómetros que afectó Bahía Blanca y parte del sur y oeste bonaerense y en el este de La Pampa. Respecto de las pérdidas, comentó: “Un 25% de la facturación está complicada; vamos a ver cuánto se recupera. Vamos a hacer una evaluación ahora y en 20 días”.
En ese sentido, detalló que en el girasol sufrió un 100% de daño. En cambio, en el caso de la soja tiene que esperar aproximadamente 15 días para determinar qué parte de lo que quedó logra recuperarse. En cuanto a la cebada, la parte pendiente de cosecha estimó que se perdió por completo. “La parte que ya habíamos cosechado estaba dando 6500 kilos y creo que ahora, si levantamos 2000, es un milagro. Fue una pedrada muy grande”, afirmó.
Vigil, desde hace más de 30 años en la actividad, está al frente del campo, que su familia materna produce desde 1837. Son aproximadamente unas 3000 hectáreas. “Esto golpea mucho anímicamente porque se invierte mucha plata y hay un montón de horas de trabajo por detrás y en este país los politicos no te ayudan. Cuando te va mal es problema tuyo, pero cuando te va bien quieren que repartas”, señaló.
Fuente: Diario La Nación