Daniel Urcía, dirigente de los frigoríficos, cree que hay que volver a hablar sobre la evasión impositiva y sanitaria en la cadena de la carne
La industria frigorífica exportadora cerró 2023 con un récord de ventas al extranjero de casi 1 millón de toneladas de carne, que espera repetir este año. La noticia de que los derechos de exportación se iban a incrementar del 9% al 15% generó un manto de dudas sobre la evolución del negocio, en un contexto de menor oferta y sobre todo de vacas, lo que en consecuencia encarecería la materia prima.
Los anuncios del ministro Luis Caputo del viernes pasado llevaron cierta tranquilidad a los industriales, quienes de todos modos no se conforman con lo que hay. “Lo que hace falta es ir a un esquema de reducción de derechos de exportación. Se debe fijar una escala hasta su eliminación porque es un impuesto distorsivo que resta competitividad e ingresos a la cadena”, dijo Daniel Urcía, vicepresidente de Fifra. “Esto es importante para la industria pero también para la ganadería, que es una actividad de ciclo largo, de tres a cuatro años. Tener en claro un futuro de eliminación definitiva de los derechos de exportación sería un aliento para futuras inversiones. Recordemos que venimos de una seca que castigó al rodeo, sobre todo de cría, que es el que produce los terneros que luego se transforman en novillos para la faena”, agregó. El dirigente de Fifra dijo que con esta discusión de las retenciones no se acaban ni se resuelven los problemas del sector. Simplemente se logró eliminar un mal mayor, pero los temas siguen pendiente de solución y son varios.
“Durante la campaña electoral dijimos que había que trabajar en tres ejes: el sanitario, el comercial y el impositivo. Respecto del primero, creo que es positivo que en la ley Bases se incluya la determinación de un status nacional (en materia sanitaria). En cuanto al eje comercial, creo que se puede trabajar directamente desde la Secretaría de Agricultura y más específicamente con la Dirección de Control Comercial Agropecuario. El eje impositivo es una materia pendiente en varios aspectos”. En tal sentido recordó que falta definir un encuadre fiscal para las carnicerías. En su momento se analizó la posibilidad de que exista una especie de “monotributo carnicero” para que los comercios no deban figurar ante AFIP como autónomos, porque eso los lleva a la evasión, ya que su facturación es alta pero su ganancia muy chica. Además, hay diferentes alícuotas de ingresos brutos en las provincias, lo que genera costos impositivos distintos y los desórdenes consecuentes para que su peso sea el menor posible. “Hay que abordar este tema porque hace a la transparencia del sistema. En situaciones de crisis económica y social como la que atravesamos la marginalidad crece y hay que estar atentos primero para proteger la salud de los consumidores, para proteger las industrias formales, los comercios formales, porque es una manera de sostener también el empleo”, finalizó Urcía.
Fuente: Bichos de Campo