La industria de los fertilizantes teme un apagón tecnológico ante las desfavorables condiciones que presenta el negocio agrícola
Los integrantes de la cadena de valor de los fertilizantes comenzaron a preocuparse ante la posibilidad de que la campaña fina argentina 2024/25 sea un auténtico desastre comercial.
“El panorama del mercado local de fertilizantes esta semana ha sido notablemente desafiante, caracterizado por una demanda prácticamente inexistente y una perspectiva desalentadora para el próximo período de siembra fina 2024”, señala el último informe de la consultora IF Ingeniería en Fertilizantes.
“La falta de interés en la fertilización y la tendencia a reducir el uso de tecnología sugieren un marzo marcado por la inactividad en este sector”, añade.
Además de las distorsiones cambiarias aún vigentes, que complican la operatoria de los contratos forwards –a pesar de los esfuerzos privados por resolver ese problema–, se suma una progresiva y constante caída del precio del trigo.
“Los indicadores actuales no ofrecen motivos para un optimismo inmediato, ya que los precios de los granos no muestran signos alentadores que impulsen la demanda, con los actuales precios de los fertilizantes”, remarca el documento.
“El análisis de la relación insumo-producto sugiere que, de mantenerse en los niveles actuales, es improbable que el mercado alcance las expectativas de volumen de ventas”, proyecta IF Ingenería en Fertilizantes.
La consultora estima que, con relaciónes insumo-producto tan desfavorables, es factible proyectar que las cifras de ventas oscilen más cerca de los 4,0 millones de toneladas que de los 5,0 millones esperados por la industria de los fertilizantes.
“Ese pronóstico pesimista persiste a pesar de la relativa fluidez en las importaciones de fertilizantes, que no se reflejan en la baja necesaria de los valores de fertilizantes”, apunta el informe.
“El comportamiento del productor agropecuario es un factor determinante en esta ecuación. Donde tenemos sobrada experiencia que ente escenarios similares a actual, adopta una actitud conservadora hacia la adopción de tecnologías, y se inclina más hacia estrategias de mitigación de costos en lugar de inversiones destinadas a aumentar la productividad”, resume.
Fuente: Valor Soja