El efecto susto sigue impulsando la recaudación por derechos de exportación gracias al mecanismo del cobro anticipado
En febrero pasado la recaudación nacional descendió en términos reales –creció por debajo de la inflación anual del 254%–, con la excepción de los impuestos sobre el comercio exterior que contribuyen a descapitalizar a los sectores exportadores y aislar a la Argentina del mundo.
En febrero pasado la recaudación por derechos de exportación –generada en su mayor parte por colocaciones de productos agroindustriales– fue de 280.581 millones de pesos, una cifra nominal 476% superior a la registrada en el mismo mes de 2023.
Ese crecimiento notable se explica por el efecto “susto”, dado que –tal como ocurrió también en diciembre y enero pasado– muchos exportadores de productos agroindustriales están registrando embarques futuros para cubrirse de la intención del actual gobierno de aumentar derechos de exportación (intención frenada por el Congreso pero aún vigente).
Eso porque la resolución 78 del ex Ministerio de Agricultura, vigente desde octubre de 2019, determina que los exportadores de productos agroindustriales están obligados a abonar al menos el 90% del derecho de exportación correspondiente dentro de los cinco días hábiles desde la registración de las DJVE-360, lo que implica, en los hechos, que el impuesto debe pagarse por adelantado.
La legislación dispone además que la alícuota vigente del derecho de exportación es la correspondiente al momento del registro de la operación, más allá de que el embarque efectivo sea realizado en un plazo posterior de hasta un año.
Si a esa situación se le suma el hecho de que los precios FOB de los productos agroindustriales –la base imponible del derecho de exportación– cayeron mucho en las últimas semanas, entonces se presenta el “combo” perfecto para adelantar declaraciones de embarques y, por extensión, también recaudación por retenciones.
Por otra parte, el IVA aplicado sobre el comercio exterior sumó el mes pasado 945.779 millones de pesos para registrar un crecimiento interanual nominal del 408%, al tiempo que por derechos de importación y tasa de estadística se generaron otros 219.430 millones de pesos (+307%).
El cuadro de honor, de todas maneras, fue para el “impuesto PAIS”, el cual, con la nueva alícuota del 17,5%, logró recaudar 575.917 millones de pesos para transformarse el mes pasado nada menos que en el tercer impuesto en importancia (por detrás del IVA y Ganancias).
Es decir que, ya sea por el impuesto que desincentiva las exportaciones como por los tributos que encarecen las importaciones –entre las cuales se incluyen muchos equipos e insumos necesarios para producir bienes y servicios exportables–, el funcionamiento del Estado se sustenta de manera creciente sobre los sectores generadores de divisas (con el agro a la cabeza).
En lo que respecta al principal tributo como fuente de recaudación, el IVA DGI, el mismo fue en febrero de 1.747.399 millones de pesos, una cifra que registró un crecimiento interanual inferior a la de la inflación, lo que evidencia la contracción del consumo en el mercado interno.
Fuente: Valor Soja