De Benedictis. El riesgo más grande en la actual coyuntura no es tanto quedarse sin agua, sino que aparezcan heladas tardías
La posibilidad de que en algún momento del segundo semestre de este año se presente un evento ENSO “La Niña” no necesariamente representa un riesgo para los cultivos de cereales de invierno en la región pampeana argentina.
Así lo indicó el meteorólogo Leonardo De Benedictis durante una charla ofrecida esta semana en una jornada técnica de trigo organizada en la Sociedad Rural de Venado Tuerto por la región CREA Sur de Santa Fe.
A la fecha casi el 70% de los modelos gestionados por los principales centros climáticos internacionales prevén que en el trimestre comprendido entre octubre y noviembre de este año podría instalarse una fase ENSO “La Niña”.
El fenómeno Niño-Oscilación del Sur (ENSO por sus siglas en inglés), que comprende la variación de parámetros meteorológicos del Océano Pacífico ecuatorial, influye de manera determinante en los regímenes de precipitaciones de diferentes regiones del mundo.
“La zona sur de Santa Fe tiene una relativa buena correlación con el evento ENSO”, indicó De Benedictis, para luego señalar que, de acuerdo al registro histórico de las últimas seis décadas, en más de la mitad de los años “Niña” se registraron precipitaciones inferiores a las normales.
“De todas maneras, el mayor registro histórico de la serie (1576 milímetros) en la región ocurrió durante una fase ‘Niña’ a causa de un evento de precipitaciones puntual que se dio de manera localizada en la zona”, explicó en un artículo publicado por Contenidos CREA.
El meteorólogo recordó que el aspecto determinante para el desarrollo del trigo en la zona es la cantidad de agua útil presente al inicio del ciclo del cultivo más que el régimen de lluvias previsto en el transcurso del año.
“El panorama no es malo, en términos agronómicos, para el trigo, porque aquellos que cuenten con un nivel de agua útil en el perfil de al menos 150 milímetros tienen gran parte de la campaña asegurada”, aseveró.
De Benedictis además mostró que en años “La Niña” las lluvias suelen retrasarse en el mes de octubre respecto del promedio histórico para luego retomar a partir de noviembre, pero con una gran variabilidad de situaciones.
La Niña también tiene influencia en las temperaturas, las cuales suelen ser más favorables para los cereales de invierno en comparación a lo que sucede en los eventos El Niño”, remarcó.
Sin embargo, los registros muestran que en fases “La Niña” se incrementan en la región sur de Santa Fe los riesgos de heladas tardías en el mes de octubre. “El riesgo más grande en la actual coyuntura no es tanto quedarse sin agua, sino que aparezcan heladas tardías”, concluyó.
Fuente: Valor Soja