El precio de la soja trepó hasta un 3% en Chicago por las inundaciones en el sur de Brasil
El contrato mayo de la oleaginosa pasó de 424,67 a 437,25 dólares por tonelada; en Rio Grande do Sul están en riesgo entre 4 y 5 millones de toneladas de la cosecha 2023/2024
Cuando el mercado empezaba a redireccionar su atención de Sudamérica al medio oeste de los Estados Unidos, por la volatilidad que suele marcar la relación entre el clima y el avance de la siembra de granos gruesos en ese país, las imágenes de campos y de ciudades bajo el agua en Rio Grande do Sul, en el extremo sur de Brasil, provocaron hoy subas de hasta el 3% para los precios de la soja en Chicago por las pérdidas que los excesos de humedad provocarán sobre las zonas que todavía no fueron cosechadas en el Estado que en la actual campaña ocupa el segundo lugar entre los mayores productores de la oleaginosa brasileña, detrás de Mato Grosso.
Al cierre de las operaciones, las pizarras del mercado estadounidense reflejaron alzas de US$12,58 y de 10,57 sobre los contratos mayo y julio de la soja, cuyos ajustes pasaron de 424,67 a 437,25 y de 429,99 a 440,56 dólares por tonelada. La misma tónica alcista se replicó para el valor de la harina de soja, con mejoras para las posiciones antes citadas de US$12,58 y de 17,53, tras una transición de los valores de ajuste de 377,64 a 393,63 y de 384,70 a 402,23 dólares por tonelada. Además de ser el principal proveedor mundial de grano de soja sin procesar, Brasil es el segundo mayor exportador de harina, pero cada vez más cerca del liderazgo de la Argentina.
Las inundaciones que afectan buena parte de Rio Grande do Sul, que ya provocaron la muerte de 29 personas y que fueron calificadas por el gobernador, Eduardo Leite, como el “mayor desastre climático que nuestro Estado haya enfrentado jamás”, tuvieron su origen en lluvias que en los últimos tres días dejaron acumulados mayores a los 400 milímetros.
El Servicio Nacional de Meteorología de Brasil indicó que hasta mañana el escenario seguirá siendo crítico y que la tendencia es que las lluvias comiencen a perder intensidad durante el fin de semana. Sin embargo, la crisis hídrica continuará por un tiempo más prolongado por las consecuencias que el exceso de precipitaciones generó sobre el caudal de los ríos, con desbordes que provocaron numerosos eventos de deslizamientos de tierra, pérdida de infraestructura y rutas cortadas.
Cosecha atrasada y, ahora, bajo el agua
Si bien en el nivel país la cosecha de soja de Brasil progresó sobre el 90,5% del área apta, según informó el lunes la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), dependiente del Ministerio de Desarrollo Agrario, Rio Grande do Sul es de los últimos Estados en cerrar su ciclo agrícola. Hoy la Empresa de Asistencia Técnica y Extensión Rural (Emater) de Rio Grande do Sul relevó el avance de la recolección de la oleaginosa sobre el 76% del área apta. Este organismo manejaba una expectativa de producción para el cierre de la campaña de 22,25 millones de toneladas, un volumen que sería récord histórico para el Estado y que marcaría un fuerte contraste con los 13,34 millones recolectados en 2023.
“En los próximos días evaluaremos la situación de estos cultivos afectados y tendremos que hacer ajustes en el área que será cosechada, en productividad promedio y en producción estadual. Pero en este momento podemos decir que están en riesgo entre 4 y 5 millones de toneladas de producción. Naturalmente, si hay recortes en la producción de Rio Grande do Sul tendremos un ajuste importante en el volumen final de la cosecha brasileña, que hasta el momento estimamos en 151,30 millones de toneladas”, dijo a LA NACION Luiz Fernando Gutiérrez Roque, de la consultora Safras & Mercado.
El especialista agregó que el panorama no luce alentador para los trabajos de campo. “Aún tendríamos por delante otros 10 días con lluvias que podría agravar el problema. Hoy vemos que habrá áreas que no se van a cosechar y otras que se recolectarán con mucha humedad; granos quemados y pérdidas de calidad. Sin haber entrado aún a relevar la magnitud de los daños, podemos decir con cierta seguridad que Rio Grande do Sul ya no obtendrá la cosecha abundante que preveíamos”, lamentó.
Cabe recordar que en su informe de abril la Conab proyectó el volumen de la cosecha brasileña de soja en 146,52 millones de toneladas, mientras que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos calculó la producción en 155 millones de toneladas. Estos organismos actualizarán sus estimaciones el 14 y el 10 del actual, respectivamente.
En opinión de Vlamir Brandalizze, especialista en el mercado de granos de Brandalizze Consulting, “las pérdidas podrían superar los 2 millones de toneladas de soja respecto de las expectativas iniciales para Rio Grande do Sul e, incluso, podrían agravarse porque todavía quedan unos 4,5 millones de toneladas en los campos del Estado que en este momento están sufriendo los excesos de lluvias”. Explicó a LA NACION que la cosecha tenía potencial para ubicarse entre los 22,50 y los 25 millones de toneladas, “pero ahora podría estar en el rango de 20 a 21 millones y quizás, si el clima continúa con lluvias, Rio Grande do Sul finalice la campaña con una producción inferior a los 20 millones de toneladas”.
Ana Luiza Lodi, especialista en el mercado de soja de StoneX Brasil, dijo a LA NACION que hay preocupación por el impacto de los excesos de lluvias sobre los cultivos aún no cosechados en la mitad sur del Estado, pero señaló que todavía no es posible hacer una evaluación concluyente. “Sigue lloviendo mucho y se prevé que continúe el mal tiempo en los próximos días. Por lo que habrá que esperar a que pase este evento climático para poder valorar el tamaño del posible impacto. Pero, efectivamente, hay preocupación”, aseguró.
Con la misma cautela, Daniele Siqueira, analista de la consultora AgRural, explicó a este medio que aún es demasiado pronto para medir la magnitud de las pérdidas, “pero éstas deberían producirse, tanto por el abandono de algunas zonas inundadas, como por la reducción de la productividad y de la calidad del grano”.
Fuente: Diario La Nación