Por qué la cadena de valor de la soja argentina se adelantó a sus competidores para poder cumplir con la normativa europea antideforestación
A partir del 1 de enero de 2025 no podrán ingresar al territorio de la Unión Europea (UE-27) productos agroindustriales provenientes de zonas que hayan sido deforestadas luego del 31 de diciembre de 2020.
Los bienes comprendidos en la medida son aceite de palma, carne vacuna, soja, café, cacao, madera, carbón vegetal y caucho, así como productos derivados de los mismos. El primer país en implementar un sistema de trazabilidad integral para toda una cadena de valor fue la Argentina –a través dela plataforma Visec–, lo que no resulta extraño dada la elevada exposición de la industria oleaginosa en el mercado europeo.
“Tanto en volumen, como en valor exportado, la Argentina es el país que más orientado tiene a su complejo soja al mercado de la Unión Europea”, señala un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.
“En este sentido, el 21% del volumen exportado de poroto, harina y aceite de soja en 2022 se embarcó con destino a la UE-27. Esta participación se encuentra por encima de los otros grandes exportadores del complejo soja del mundo”, añade.
Cerca del 15% del poroto, harina y aceite de soja exportados por Brasil van a la UE-27, una participación que desciende al 11% en el caso de Paraguay y apenas al 7% en lo que respecta a EE.UU.
La elevada participación argentina en la UE se explica fundamentalmente por las exportaciones nacionales de harina de soja al bloque europeo. La Unión Europea es la principal compradora de este producto en la Argentina, además ser el principal importador del mundo.
“La UE es el principal socio comercial del complejo soja argentino. El bloque europeo importa tres veces más harina de soja argentina que Indonesia o Vietnam, los países que ocupan el segundo y tercer lugar entre los destinos de las exportaciones argentinas de harina y pellets. Por otro lado, si bien la Argentina es el principal proveedor no europeo de aceite de soja para la UE, su participación se ubica apenas en el 4% del consumo total del bloque”, explica el informe.
Alrededor del 60% del consumo de harina de soja de la Unión Europea se abastece con importaciones y el dato es que más del 80% del molienda de soja en la UE se realiza con soja importada (mayormente de EE.UU. y Brasil).
“El peso de la estructura industrial aceitera, localizada fundamentalmente en el Gran Rosario, también se ve a la hora de analizar las exportaciones de los principales complejos soja del mundo. Dentro de este grupo, Argentina es el país con mayor participación de productos industriales de soja en su estructura exportadora, con un consumo doméstico de menor relevancia relativa que en las naciones competidoras”, resume el documento.
Fuente: Valor Soja