Mal momento crisis en un sector donde las máquinas pueden llegar a valer más de US$1 millón
El sector de los contratistas de servicios agrícolas está pasando por un mal momento económico. Adalberto Sanz, titular de un comercio de maquinaria en el oeste de Buenos Aires, ve que están muy muy afectados por las bajas tarifas de los servicios prestados, consecuencia de la gran competencia.
Los contratistas de equipos agrícolas advierten que, por los altos costos y bajas tarifas, se ven impedidos de reponer los productos que tiene desgastes
El sector de los contratistas de servicios agrícolas está pasando por un mal momento económico. Adalberto Sanz, titular de un comercio de maquinaria en el oeste de Buenos Aires, ve que están muy muy afectados por las bajas tarifas de los servicios prestados, consecuencia de la gran competencia. “Muchos compraron un tractor e implementos y salen a trabajar, por lo que sobran los oferentes de servicios en muchas comunidades; también juegan en contra los contratistas de otros distritos que buscan trabajo fuera de su zona”, observa.
Leandro Pacaloni, un contratista de siembra y cosecha coincide: “En 2024, una cosechadora axial nueva, con draper de 45 pies, vale 1,2 millones de dólares. Hace cuatro años, cuando compré una parecida, costaba la mitad. En el mismo período, la tarifa de cosecha no se duplicó en dólares, con lo cual debería trabajar muchas más hectáreas que antes para acceder a una máquina nueva”. Según el contratista, lo ideal es trabajar 6500 horas y renovar la cosechadora antes de que aparezcan problemas de desgaste del motor o de otras partes, pero esa instancia deberá demorarse porque hoy el costo financiero de la permuta es inabordable.
Maquinaria
Por otro lado, muchos concesionarios de venta de maquinaria agrícola están de capa caída en lo que va del año. La reducción de ventas tiene su causa principal en los tres años de sequía que azotaron a productores y arrendatarios, pero también se potencia con la escasez de crédito a tasas y plazos acordes con la amortización de la máquinas agrícolas. “Al no vender equipos nuevos, la crisis de las fábricas se traslada a los concesionarios”, admite Sanz.
Uno que representa a una gran fábrica de tractores e implementos, con locales en varias provincias, está muy preocupado porque no puede mantener sus 350 empleados -entre mecánicos, vendedores de piezas, encargados de logística y de administración- con la venta exclusiva de repuestos y reparaciones.
La contrapartida de las reducidas ventas de maquinaria agrícola se da con los equipos para reserva de forraje. “El mes pasado coloqué varias enrolladoras y máquinas para movilizar rollos; a los ganaderos les están cambiando las cuentas, tienen algunos excedentes y empiezan a reponer implementos que ya estaban muy viejos, luego de un largo letargo de abstinencia de compras”, diferencia Sanz.
Fuente: Diario La Nación