Números preocupantes la producción de leche marcó una baja histórica y sufre por el arrastre de un fenómeno
Pese a los mejores precios para los tamberos y el efecto positivo de la quita definitiva de las retenciones, en la actividad se soportan, como en zonas productivas de Santa Fe, problemas de la última sequía, entre otros factores
A pesar de los precios favorables para su materia prima y la eliminación definitiva de las retenciones a la actividad por parte del Gobierno, los productores lácteos aún enfrentan números difíciles debido al impacto de la sequía y otros factores. Los tamberos se vieron obligados a realizar ventas forzadas de vaquillonas, reduciendo así los rodeos. Por la falta de recursos forrajeros disminuyó la producción en un contexto afectado por condiciones climáticas adversas. Esto se reflejó en los datos: durante los primeros seis meses del año, la producción disminuyó un 12%, el menor registro en 17 años, tanto en términos absolutos como por habitante.
En diálogo con LA NACION, Javier de La Peña, directivo de la Asociación Unión Tamberos Cooperativa Limitada y miembro del Foro de Lechería de Coninagro, mencionó que los precios actuales, aunque mejores que en años anteriores, no cubren las pérdidas acumuladas durante tres años de trabajo deficitario. En dólares el precio promedio de la leche es de aproximadamente US$0,40 por litro, en comparación con US$0,28 a 0,30 centavos de dólar en años anteriores, lo que facilita la compra de insumos dolarizados a pesar de la devaluación.
No obstante, advirtió que esto no es suficiente para aliviar la situación crítica que enfrentan muchos productores. Una de las razones de estas dificultades es la escasez de alimentos, lo que ha llevado a ventas forzadas de vaquillonas debido a las dificultades para acumular reservas por la falta de precipitaciones en los últimos años y las recientes temperaturas bajas. Además, en regiones como la zona central y occidental de Santa Fe, y el este de Córdoba, el impacto de la chicharrita sobre los cultivos de maíz - que se usa para la alimentación animal- ha sido significativo, empeorando las dificultades acumuladas.
“El clima no fue favorable. El calor fuera de temporada, seguido por un frío repentino, nos afectó mucho. Vimos que las vacas que parieron en el primer semestre no alcanzaron un pico de lactancia, lo que significa que los rendimientos están entre dos y tres litros por debajo de lo esperado”, dijo De La Peña. Reconoció que hay áreas donde las condiciones han sido más favorables, como en el sur de Córdoba y el sur de Santa Fe, donde las precipitaciones adecuadas permitieron mejores reservas y el maíz no se vio significativamente afectado por la chicharrita.
En este contexto, De La Peña resaltó el apoyo del Gobierno, no solo por la eliminación de las retenciones, sino por una mayor apertura a conocer los problemas del sector y tomar medidas. “Con este Gobierno notamos una mayor disposición para abordar algunos de los problemas que afectan a la cadena. Se está proporcionando información precisa y rápida sobre la situación del sector, lo que facilita la toma de decisiones, además de abrir líneas de crédito a valor de producto, una opción que no se había considerado antes por ningún gobierno”, subrayó. “También se evidencia una clara voluntad de trabajo en las provincias para resolver problemas de infraestructura en general, como la energía eléctrica, los caminos, los canales y la conectividad, que son pilares fundamentales para la producción actual. En Santa Fe estos aspectos estaban bastante descuidados, mientras que en Córdoba la situación es menos crítica. En Buenos Aires también enfrentan desafíos significativos con los caminos. Ahora se observa un esfuerzo por encontrar soluciones a todas estas problemáticas”, agregó.
Por otro lado, señaló que persiste el desafío de asegurar la continuidad generacional en la producción, con la necesidad urgente de implementar tecnologías que motiven a las nuevas generaciones.
Informe
En tanto, los datos de la disminución de la producción láctea fueron reflejados en un informe de José María Romero, exsubsecretario de Ganadería, para el Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino, que conduce el exministro de Agricultura Julián Domínguez. De acuerdo con los datos del primer semestre de 2024, la producción de leche en la Argentina tuvo una caída interanual del 12.6%, llegando a los 4567 millones de litros, en contraste con los 5223 millones registrados en el mismo período del año anterior. Estos datos indican un punto crítico para el sector lácteo argentino, siendo esta producción la más baja en términos absolutos de los últimos 17 años y también el menor nivel por habitante en la historia del país.
El informe también examinó el eslabón industrial del sector, compuesto principalmente por pequeñas y medianas empresas. De las 680 empresas analizadas, el 46% procesa menos de 5000 litros diarios, mientras que solo el 3% maneja más de 250.000 litros diarios. Buenos Aires concentra el 44% de estas empresas, seguida por Córdoba con el 27%.
En lo que respecta a las exportaciones, Romero relevó un aumento del 6% en toneladas y del 13% en litros equivalentes en el primer semestre de 2024, aunque las divisas generadas por estas ventas disminuyeron un 2,4% debido a la baja de los precios internacionales y la menor diferenciación de los productos exportados. La leche en polvo y los quesos fueron los productos más destacados, con incrementos del 16% y 12,5%, respectivamente en volumen exportado.
La Argentina sigue siendo uno de los mayores consumidores de leche del mundo, pero ha visto una reducción en el consumo per cápita durante el primer semestre de 2024. Se registró una disminución del 17,3% en toneladas y del 14,4% en litros equivalentes en comparación con el mismo período del año anterior, situando el consumo anualizado per cápita en 156,3 litros, frente a los 194 litros al cierre de 2023.
Fuente: Diario La Nación