Nueva proyección cambió el escenario climático y se desplazó dos meses el impacto de un fenómeno
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señaló que las condiciones de La Niña serían ahora para los trimestres octubre/diciembre y noviembre/enero y que llevaría a un mayor riesgo a la soja de primera, dejando al maíz temprano un mejor panorama
Cuando faltan pocas semanas para que comience la siembra del maíz en la Argentina, los datos de las actualizaciones más recientes por los organismos internacionales muestran un significativo corrimiento en el tiempo de los valores más bajos de enfriamiento en el Pacífico. Se desplazó dos meses el impacto del fenómeno ligado a La Niña.
Según los especialistas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), esto cambiaría el impacto de “La Niña” sobre la gruesa 2024/25 y “se plantea un mejor escenario para el maíz temprano y más riesgo para la soja de primera en el país”.
Para la entidad, tras cuatro años de lluvias decepcionantes, hay mucho miedo del productor a sembrar maíz, por lo que sigue sin reactivarse la venta de insumos para implantar el cereal. “Las encuestas manifiestan una caída que es disruptiva para el sector, ya que el cultivo ha crecido año a año durante los últimos nueve ciclos y la caída interanual sería de un 30% para la región núcleo y un 21% a nivel nacional”, advirtieron en la BCR.
Entre varios factores negativos, aparte de la chicharrita que impone la necesidad de sembrar en forma temprana, “está el miedo a la falta de agua durante la implantación”. En este contexto, se analizó las lluvias de septiembre próximo para la región central que mostró que ha cambiado con la última proyección de los organismos internacionales para los meses claves del maíz y la soja en la Argentina.
Vale recordar que las lluvias de septiembre en los últimos cuatro años para la región núcleo tienen un promedio mensual en torno a los 50 milímetros. En el oeste las lluvias van de los 20 a 30 milímetros y; en el este, sobre todo en el área bonaerense, los valores trepan hasta los 60 y 70 milímetros.
“En las lluvias del último fin de semana de septiembre del 2020, Buenos Aires volvió a ser la gran ganadora, recibió lluvias por encima de los 50 mm. Santa Fe y Córdoba en cambio volvieron a tener un nuevo revés que se suma a casi un semestre de déficit hídrico”, recordaron y detallaron que “en 2021, después de un inicio generoso, en ese septiembre, la dinámica atmosférica no logró aprovechar la alta disponibilidad de humedad; tampoco octubre arrancó como se esperaba”.
“En 2022, septiembre terminó con muchas localidades, con récord o casi récord, con falta de lluvias, sobre todo en el norte bonaerense. En promedio, la región núcleo recibió 13 milímetros cuando debería haber recibido como media estadística de casi 50 milímetros, o sea llovió casi una cuarta parte. En 2023, en tanto, ese mes faltaba por sembrar el 50% del maíz temprano en la región y los suelos estaban más secos que hacia un año en esta pre-siembra maicera”, agregaron.
En ese sentido, el organismo bursátil indicó que el año pasado, con un escenario de “Niño fuerte”, las lluvias cumplieron con las estadísticas en el centro de la región pero no en el resto. Y, saliendo de tres “Niñas” consecutivas “se marcó más que nunca la falta de agua en los perfiles a la siembra”.
Esto lleva, observó la entidad rosarina, “a un temor más que justificado por parte del productor a la falta de agua en septiembre en un año dónde los márgenes no incentivan a tomar mayores riesgos y se le suma el problema del spiroplasma”.
“El productor ha entendido muy claramente que significa sumar a todo esto la posibilidad de una Niña. Pero cada Niña es distinta e impacta de diferente manera. Y la última actualización muestra un cambio de comportamiento favorable para el maíz, ya que hay un retraso significativo en la aparición de La Niña”, subrayaron.
La última actualización de agosto
La actualización al 20 de agosto del 2024 para la evolución del Niño, La Niña y la Oscilación del Sur, ENOS “muestra que las condiciones neutrales persisten en el Pacífico ecuatorial occidental”. Sin embargo, el consultor de la BCR, Alfredo Elorriaga, remarcó que los modelos predictivos ENOS/IRI prevén condiciones neutrales hasta el trimestre agosto/octubre de 2024.
“Las condiciones de La Niña se pronostican ahora para los trimestres octubre/diciembre y noviembre/enero. La neutralidad resurge como la categoría más probable durante el otoño e invierno de 2025″, dijo.
Según detalló, los modelos predictivos dinámicos de la NOAA/NCEP/CPC y el IRI muestran un significativo corrimiento en el tiempo de los valores más bajos de enfriamiento en el Pacífico, respecto de lo proyectado en mayo y julio 2024.
“Hay un claro corrimiento de la curva actual respecto a la de hace 30 días. Se desplazó dos meses hacia adelante. Esto significa que las anomalías más bajas se producirían a partir del 2025. Es decir, surge la probabilidad de un menor grado de severidad del evento Niña durante septiembre, octubre y noviembre de 2024 y uno mayor a partir de enero 2025″, dijo Elorriaga.
Qué se sabe de “La Niña”
Si bien hace un mes atrás se preveía que comience su acción entre septiembre y noviembre, los estudios actualizados muestran que ”La Niña” comenzaría más tarde. Ahora la predicción del ENOS del IRI pronostica ENSO neutral hasta agosto/octubre de 2024. “La Niña se convierte en la categoría más probable recién a partir de octubre/diciembre de 2024″, señaló.
“Septiembre tiene altas chances de quedar por fuera de la acción La Niña. De los cuatro meses en los que se proyecta su acción más negativa, el mes más afectado no sería diciembre sino enero. La intensidad de La Niña sigue siendo moderada, tal como se decía un mes atrás. Y, a diferencia de lo que sucedió en la última Niña (2022/23), en esta no se potenciará la escasez de agua por la neutralidad del Dipolo del Índico.
En primer lugar, dijo la BCR, para el productor significa que “las lluvias de septiembre tienen una alta probabilidad de acercarse a los valores normales y estarán supeditadas a efectos regionales” y en segunda lugar, hay que tener en cuenta este cambio respecto a lo que es elección de cultivos y fechas de siembra, ya que resulta positivo en el efecto de las lluvias para el 2024 y negativo para 2025: con un agravamiento en el régimen de lluvias para los primeros dos meses del año entrante”.
“Esto favorecería las siembras tempranas de maíz pero pone en mayor riesgo a los cultivos de soja de primera que cumplan su período crítico entre enero y febrero”, afirmaron.
Fuente: Diario La Nación