El Inase deshabilitó de facto el “uso propio” de semillas de garbanzo y desató la furia de los productores
Las autoridades del Instituto Nacional de Semillas (Inase) inhabilitaron de facto el uso de semilla de uso propio de garbanzo por medio de una metodología que enfureció a los productores de esa legumbre.

Tres semanas atrás, productores comenzaron a recibir intimaciones del Inase para que presenten la factura de compra de las variedades de garbanzo sembradas este año.
Esa metodología, que es habitual en soja y trigo, resulta insólita en el caso del garbanzo porque las propias estadísticas del Inase muestran que el 65% de la superficie nacional sembrada en 2023/24 (último dato oficial disponible) se hizo con dos cultivares inscriptos en 1998 y 1992, los cuales hace años que ya no cuentan con propiedad intelectual vigente
“Los productores que declaramos (en el SISA) superficie de siembra de garbanzo comenzamos a recibir pedidos para demostrar el origen legal de la semilla”, explicó a Bichos de Campo Gonzalo Blasco, presidente de la Asociación de Productores del Norte (Apronor). “Esto es un ataque por parte del Estado”, añadió.
La normativa vigente habilita el “uso propio” de semillas de propia multiplicación siempre y cuando el usuario pueda demostrar que la semilla original fue adquirida legalmente. La cuestión es que, con cultivares tan viejos, es una auténtica “misión imposible” saber dónde puede llegar a estar la factura de una compra realizada dos o tres décadas atrás, cuando la digitalización de comprobantes era “ciencia ficción” por entonces.
Bichos de Campo consultó al Inase para poder determinar cómo procederá el Estado ante el requerimiento de un documento que probablemente nadie tiene en su poder.
“Según la reglamentación, podría haber multas o apercibimientos por no acreditar el origen legal de semilla, pero es una última instancia; previamente, hay espacio para descargos del productor, evaluación interna de Inase, instancias de mediación, y, finalmente, si se considera que corresponde una multa, tiene que ser aprobada por la Comisión Nacional de Semillas”, señaló un vocero del Inase.
“La multa es una última instancia cuando se agotaron otras vías de solución, ya que el objetivo no es punitivo, sino de ordenamiento del mercado legal de semillas. El requerimiento que se hace sobre garbanzo es el mismo que se hace sobre todas las especies del SISA”, añadió.
Es decir: el Inase tiene todas las herramientas para poder aplicar multas, pero también puede no hacerlo y emplear el mecanismo como instrumento de “ordenamiento del mercado”.
La medida obligará en 2025 a los productores de garbanzo a adquirir semillas fiscalizadas de la legumbre, lo que puede eventualmente representar un problema en caso de que la oferta de semilla de garbanzo sea limitada o tenga un costo que no pueda ser afrontado.
Existen apenas once cultivares de garbanzo con propiedad intelectual vigente, los cuales pertenecen a INTA, la Estación Experimental Obispo Colombres (EEAOC), la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Córdoba y las empresas Granaria SA y Quimarsem SA.
A través de la resolución 744/2023, el Inase dispuso que desde este año la única semilla de garbanzo que puede comercializarse es la fiscalizada con el propósito de frenar la proliferación del hongo Ascochyta rabiei, responsable de causar la enfermedad conocida como “rabia del garbanzo”.
Fuente: Bichos de Campo