El momento del campo una realidad acuciante que demanda decisiones urgentes
El contexto actual con bajos precios y una presión impositiva que se mantiene exige una mayor atención del Gobierno sobre el sector
Unas 200.000 hectáreas con soja menos versus lo previsto inicialmente y alertas que siguen dando cuenta de una preocupación: el negocio agrícola, sobre todo en campos alquilados, está en una zona de riesgo que requiere atención no solo de la cadena, sino del mismo Gobierno. Cuando algo pasa mejor observar los síntomas y actuar en consecuencia. Por el lado del Gobierno, quizá sería conveniente pensar en que la prometida baja de las retenciones tenga que acelerarse antes de que pueda ser tarde para muchos productores que, además, vienen sobrellevando una situación compleja desde la última sequía.
Hace unos días, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires puso en agenda que, si bien registrará una suba del 6,4% para llegar a 18,4 millones de hectáreas, la superficie del cultivo de soja quedará con 200.000 hectáreas menos de lo que se aguardaba inicialmente. Directo, sin vueltas, apuntó a la razón de esta revisión del área: habló de una “consecuencia de márgenes ajustados”.
La consultora AZ Group, por su parte, viene de brindar un panorama con números sorprendentes para la producción en campos alquilados en la zona agrícola núcleo. Señaló que en la región con 40 quintales por hectárea se consigue un margen neto, después de impuestos, de solo 21 dólares por hectárea con la soja de primera. Este número ya de por sí magro se tendría si el clima acompaña, ya que en varias zonas otra vez hay ruego para que lleguen más lluvias. El cálculo se hizo a partir de la información que releva la plataforma agbi.com. Pero hay más: la Mesa de Enlace de Entre Ríos, con datos en campos alquilados de la Bolsa de Cereales provincial, detalló que, en soja de primera, mientras el rendimiento promedio histórico es de 23,9 quintales por hectárea (qq/ha), el rinde de indiferencia con arrendamiento se ubica en 28,8 qq/ha. “Esto proyecta un quebranto de 4,9 qq/ha”, apuntó. Añadió que en soja de segunda el promedio histórico es de 19,8 qq/ha frente a un rendimiento de indiferencia de 22,1 qq/ha, lo que implica una pérdida de 2,3 qq/ha.
Para la Mesa de Enlace entrerriana, la principal causa de estos quebrantos “está vinculada a la retracción de los precios internacionales, pero también pone de manifiesto el excesivo peso impositivo que los productores agropecuarios deben soportar desde hace décadas, de manera injusta y discriminatoria”.
En las últimas semanas, en redes, por ejemplo, se intensificó el reclamo de los productores para que se quiten las retenciones y así aliviar la carga en un momento donde todavía resta ver el desenlace del clima, y además, con precios que están en niveles muy bajos. Muchos canalizan por ahí lo que la dirigencia gremial en bloque no insiste como consideran lo debería hacer.
Para la Mesa de Enlace entrerriana, la principal causa de estos quebrantos “está vinculada a la retracción de los precios internacionales, pero también pone de manifiesto el excesivo peso impositivo que los productores agropecuarios deben soportar desde hace décadas, de manera injusta y discriminatoria”Marcelo Manera - LA NACION
En algunas entidades, por ejemplo, son conscientes de que la situación de los números para la soja es mala, mientras resumen con un “más o menos” el escenario del maíz y el trigo. Esto al tiempo que siguen, no obstante, de cerca la actividad. Ponen el acento en que, en tanto, puede haber buenas perspectivas para el negocio ganadero este año. Focalizan en la recuperación que tuvo la hacienda y que se tienen reglas de juego sin ningún tipo de intervención como, en cambio, ejercía el gobierno anterior.
La hacienda, vale recordar, venía demasiado atrasada con respecto a la inflación. “Entre diciembre de 2023 y octubre de 2024, el precio de la hacienda aumentó, en promedio, un 41%, y el de la carne al consumidor un 59%, mientras que el IPC registró un incremento del 107%”, había alertado en noviembre pasado la Sociedad Rural Argentina (SRA) en un reporte.
En tanto, en el actual contexto, que se ve potenciado por los defaults de Los Grobo Agropecuaria, Agrofina y Surcos, en el mercado se mira el cuadro. Un experimentado hombre del sector analizó que hoy se vive una situación marcada por un dólar oficial sin grandes movimientos, una inflación en dólares creciente, precios de los granos en baja y retenciones que agravan todo. ¿Qué les queda a las empresas del agro en general? Según este especialista, “la estrategia financiera es particular de cada empresa. Aquellas que quieren expandir sus operaciones con un leverage (apalancamiento) financiero alto están expuestas a los vaivenes del mercado local que no tiene líneas de largo plazo por lo que cualquier retracción del mercado de crédito se traduce en un sofocón financiero en empresas con alto nivel de deuda y escasos activos líquidos”. Según esta fuente, si el mercado crediticio (ON, pagarés, fideicomisos) se pone “áspero” va a complicar a toda la industria.
Fuente: Diario La Nación