Baja de retenciones: una decisión que le da oxígeno a la campaña agrícola
La sequía y la caída de los precios internacionales de la soja afectan el resultado del ciclo 2024/25; hay expectativa por el impacto que pueda tener la medida en el mercado de granos
Con sequía, precios internacionales en baja respecto de años anteriores y una presión impositiva que se mantenía inmutable, el escenario para gran parte de los productores agrícolas era de quebranto. La campaña de granos gruesos (soja, maíz y girasol) se estaba quedando sin aire. La medida de baja de Derechos de Exportación (DEX), mal llamados retenciones, le da un poco de oxígeno.
Aunque en la Casa Rosada haya un representante de “Las Fuerzas del Cielo” no tiene, todavía, poder suficiente como para lograr que llueva. Tampoco puede mover la aguja de los destinos del mercado de Chicago, el principal punto de referencia de las commodities agrícolas. Allí, a cada segundo, las decisiones las toman los fondos de especulación e inversión que mueven miles de millones de dólares para comprar o vender futuros agrícolas. La Argentina no es un jugador menor, pero en las pantallas de gráficos e informes están atentos a lo que pasa en Estados Unidos, Brasil o China.
Pero donde sí Javier Milei tiene capacidad de sacudir el tablero es en la presión impositiva que ejerce el Estado. Y lo hizo. Por esa razón, las primeras reacciones fueron positivas. “El anuncio es una muy buena noticia. Es algo que estaba siendo esperado, independientemente de la sequía, era una promesa de campaña”, dijo, en el medio de la recorrida por un lote de soja, Santiago del Solar, productor agropecuario y exfuncionario en Agricultura durante la gestión de Mauricio Macri. “De un gobierno liberal esperábamos que hubiera un esquema de baja de retenciones”, añadió. “Estábamos todos pensando cómo pagar las cuentas en mayo”, dijo, en referencia al momento de la cosecha de soja.
No obstante, Del Solar explicó que el hecho de que la baja sea temporal, hasta el 30 de junio, puede provocar un aluvión de ventas de soja que genere una caída en el precio a los productores. “Se rompe el hechizo y te convertiste en calabaza”, advirtió.
En tanto, para Pablo Adreani, analista del mercado de granos, “el Gobierno tomó nota de que la exportación y la industria aceitera no habían registrado casi nada de declaraciones juradas de venta al exterior” y, en consecuencia, “la liquidación de divisas iba a ser muy baja” en los próximos meses. “Era una tormenta perfecta; se iba a una parálisis de toda la cadena de la soja y a un ingreso de divisas que iba a caer en forma estrepitosa hasta abril, o hasta el momento en que se anunciara la baja de las retenciones”, consideró. Respecto del impacto de la baja de los DEX, especialmente en la soja, Adreani calculó que podría llegar a 11 dólares por tonelada, de los US$280 actuales a US$291.
Más allá de las consideraciones económicas, el Gobierno comenzaba a enfrentar un riesgo político. Los propios productores que apoyaron a Milei en la campaña electoral de 2023 por su promesa de cambio de rumbo, de un regreso a las condiciones de libertad de mercado y de respeto de la propiedad privada, que incluía la eliminación de las retenciones, eran los que comenzaban a levantar la voz y recordar aquellas palabras. Es cierto que Milei nunca dio fecha precisa sobre cuándo iría a bajar las retenciones, pero el discurso del libertario claramente se contradecía con la simple realidad que marcaba que, de cada tres camiones de soja que un productor mandaba al puerto, uno iba a parar a manos del Estado. Ahora, el Presidente parece mostrar la intención de renovar ese contrato con su propio electorado. En un año en el que va a poner en juego en las urnas su gestión, esa decisión tampoco parece ser casual. La política tiene su peso específico.
Fuente: Diario La Nación