Ángeles Naveyra. La reforma impositiva es el centro en el que debemos poner el foco durante 2025
Para la presidenta de la Fundación Barbechando, “es clave trabajar un plan en el que se entienda que los DEX son uno de los peores impuestos que existen”
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El agro argentino enfrenta un escenario desafiante, con factores climáticos adversos, presión impositiva y una economía inestable. En un contexto de cambios políticos y económicos, los productores buscan previsibilidad y estabilidad para sostener su actividad. “Necesitamos reglas claras y sostenibles en el tiempo que permitan al sector proyectarse a futuro”, afirmó Ángeles Naveyra, directora de la Fundación Barbechando.
“Los factores climáticos adversos y precios internacionales a la baja como la carga impositiva excesiva limita completamente la rentabilidad, lo que genera quebrantos y desincentiva nuevas inversiones como el uso de la tecnología”, destacó.
“En la fundación siempre decimos: los caminos rurales no son sólo el espacio por donde sale la producción o el vehículo por donde salen los granos o el ganado. Es por donde entra el progreso y el desarrollo”, agregó.
Desde hace tiempo el sector en general alerta que la alta presión impositiva a nivel nacional, provincial y municipal impacta directamente en la competitividad del sector, lo que afecta su capacidad de crecimiento. En este marco, Naveyra apuntó: “La reforma impositiva es, sin duda, el centro en el que debemos poner el foco durante 2025. Dentro de ella, por supuesto que está incluida la eliminación de los derechos de exportación. Es clave trabajar un plan en el que se entienda que los DEX son uno de los peores impuestos que existen. También está la necesidad urgente de mejorar la infraestructura y la conectividad”, señaló la contadora pública.
“Sabemos que el déficit fiscal no se negocia, y estamos totalmente de acuerdo en esto. Pero es necesario empezar a contar con mediciones de impacto, que verifiquen y ratifiquen que una reducción gradual no compromete los ingresos públicos. Es insostenible que un productor agropecuario asuma los riesgos e invierta atravesando campañas tras campañas con pérdidas y que el Estado continúe percibiendo ganancias sin importar el resultado por el que está atravesando el productor agropecuario”, continuó.
A esta situación se suma el impacto de los costos de producción, que han aumentado en los últimos años mientras los ingresos se mantienen por debajo del promedio de las últimas campañas. “Los costos han captado muy bien la inflación, mientras que los precios de los cereales y oleaginosas no lo hicieron en la misma proporción”, advirtió Tomás Furmento, ingeniero agrónomo y asesor de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA).
“La mayoría de los productores, ya sea por el amor a la tierra y a su producción, deciden volver a invertir. Pero cada vez son más los casos de aquellos que quedan en la mitad del camino con sus activos y sus inversiones comprometidas”, denunció Naveyra
Además, señaló que la estructura de costos del agro en Argentina es cada vez más pesada debido a la alta carga tributaria. “Las retenciones, ingresos brutos, impuestos municipales y hasta el impuesto al débito y crédito suman una carga muy alta”, agregó. “La mayoría de los productores, ya sea por el amor a la tierra y a su producción, deciden volver a invertir. Pero cada vez son más los casos de aquellos que quedan en la mitad del camino con sus activos y sus inversiones comprometidas”, denunció Naveyra.
El agro espera que el Gobierno implemente más medidas para aliviar la carga impositiva y mejorar la competitividad. En tanto, desde la Fundación Barbechando destacaron las expectativas que hay sobre la estabilidad macroeconómica: “La inflación y la volatilidad del dólar generan incertidumbre, lo que dificulta la planificación y el acceso al financiamiento”. Naveyra insistió en la necesidad de políticas que generen confianza y permitan un crecimiento sostenido.
Por su parte, Furmento destacó que, si bien la reciente baja de retenciones fue una señal positiva, la rentabilidad del sector sigue limitada por los costos crecientes y la falta de incentivos. “El futuro del campo debería venir con el crecimiento de otras actividades, como la minería y el desarrollo de Vaca Muerta, además de un levantamiento del freno al sector agrícola-ganadero, que hoy está limitado por la presión impositiva y la falta de incentivos”, concluyó.
El sector agropecuario es clave para la economía argentina, pero enfrenta múltiples desafíos que requieren una respuesta urgente. La alta carga impositiva, la falta de infraestructura, la inestabilidad económica y los impactos del clima son obstáculos que limitan su desarrollo. Según Naveyra, la solución pasa por políticas que promuevan la inversión, la innovación y la sustentabilidad. “Es fundamental que el Gobierno y el sector trabajen en conjunto para mejorar la competitividad y garantizar un futuro próspero para el agro argentino“, finalizó.
Fuente: Diario La Nación