Falta de acción fuerte crítica de productores contra el Senasa ante un nuevo brote de la aftosa porcina
La Federación Porcina Argentina (FPA) fustigó al organismo sanitario frente a los casos de Aujeszky; dijo que el año pasado presentó un plan de erradicación pero que el ente lo frenó
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Tras la reciente detección de un nuevo brote de la Enfermedad de Aujeszky (EA) en el criadero porcino Pacuca, perteneciente a la empresa Cabaña Argentina, la Federación Porcina Argentina (FPA) instó al Senasa a actuar con rapidez para implementar un plan de erradicación. Hablaron de barreras administrativas para importar vacunas y falta de laboratorios acreditados para producir o distribuir la vacuna aprobada en el país. En la entidad advirtieron que quieren evitar que la enfermedad siga afectando a un sector clave para la economía nacional: el impacto económico no está calculado, ya que se trata de un atraso productivo lo que se genera. La carne se puede consumir, dado que no afecta a los humanos.
En la Federación señalaron que la enfermedad, denominada la “aftosa porcina que el Senasa aún no se decide a erradicar, se encuentra de manera endémica y afecta a la producción porcina, pero al igual que la aftosa en los bovinos, es completamente inofensiva para el consumo humano y se soluciona de la misma manera: vacunando”. Hay alrededor de 1800 productores registrados que hacen movimiento de hacienda en el país, pero también hay granjas de traspatio sin estimar. Días atrás pidieron al Senasa un relevamiento de las granjas con casos recientes de la enfermedad para tomar precauciones, pero aún no obtuvieron respuesta.
Agustín Seijas, director ejecutivo de la Federación Porcina, indicó a LA NACION que a finales de 2023 el Senasa publicó informes epidemiológicos con el estado sanitario de las granjas, pero luego dejó de hacerlo. Por eso, ante los nuevos brotes solicitaron la información oficial que “no están compartiendo”. El brote registrado a finales de 2023, en Isowean, el establecimiento porcino más grande del país, encendió las alarmas. A pesar de contar con estrictas medidas de bioseguridad, el virus logró ingresar y dejó en evidencia la latencia de la enfermedad.
Al ingresar el virus a esa industria se solicitaron resoluciones urgentes al Gobierno, pero con el cambio de gestión y las restricciones a las importaciones que pesaban se retrasó el proceso. “Estamos realizando un plan de erradicación y acciones que es un complemento, a una resolución del Senasa, a través de la vacunación. No había laboratorios que tuviesen acreditados y registrados para traer la vacuna de manera normal. Ahora hay varios laboratorios que la están registrando. Estamos en un limbo de información y navegando a ciegas”, mencionó el ejecutivo.
“Necesitamos controlar la situación, con el plan de erradicación. Encontramos frenos administrativos por parte del Senasa, donde se están deteniendo a discutir el chiquitaje de pequeñas cosas y no se está viendo la película entera. Si esto no se frena, va a generar pérdidas económicas muy grandes”, resumió Seijas. En el ciclo I, de las granjas, es donde se genera la mortandad. En el ciclo III de engorde se puede hacer una vacunación y hacer faena controlada.
“Los lechones menores de siete días son los más vulnerables, con tasas de mortalidad que pueden llegar al 100%. Por este motivo, una vez que se sospecha o confirma un caso, la enfermedad debe notificarse obligatoriamente a las autoridades locales. La enfermedad es causada por un virus de la familia del herpes (PHV-1 o PRV), que puede permanecer inactivo en el sistema nervioso del cerdo durante largos periodos y reactivarse, provocando cuadros respiratorios, reproductivos y nerviosos. Puede sobrevivir hasta tres semanas fuera del animal y, en el caso de las cerdas gestantes, atravesar la placenta e infectar a los lechones. En la Argentina se considera una enfermedad endémica. Aunque el cerdo es su huésped principal, el virus puede tener injerencia en otras especies como vacas, caballos, perros y gatos, que pueden desarrollar síntomas nerviosos graves, inclusive la muerte. Por suerte, hasta el momento, no existe evidencia de transmisión a humanos”, indicaron en MSD Salud Animal, donde remarcaron que se puede erradicar mediante vacunación, buenas prácticas de manejo y eliminación de animales portadores de la enfermedad.
En la Federación dijeron que la situación se complicó aún más cuando los predios afectados se encontraron con la falta de vacunas para frenar de manera rápida y efectiva el brote. “Aunque el Senasa tenía aprobada una vacuna contra la EA, esta ya no se encontraba en producción y su stock era prácticamente inexistente. En respuesta a esta emergencia sanitaria, la Federación gestionó la importación de 1.200.000 dosis de la vacuna contra la EA con carácter de excepción, que se dio en un contexto de cambio de gobierno y restricciones para las importaciones”, precisaron. Dijeron que junto a su equipo técnico de sanidad la Federación desarrolló un Plan de Acciones para la Erradicación de la enfermedad.
Plan
Este plan fue presentado en agosto de 2024 ante las máximas autoridades del Senasa y ratificado en octubre del mismo año ante la Secretaría de Agricultura, que demostró la voluntad política de avanzar hacia la erradicación de esta enfermedad. No obstante, a la fecha, y pese a los nuevos brotes, incluyendo otro de los establecimientos más grandes e importantes del país, “el Senasa continúa discutiendo cuestiones administrativas que han demorado la puesta en marcha del plan y que evidencia la falta de control y eficiencia de la autoridad sanitaria ante una enfermedad que ha sido controlada en gran parte del mundo”.
Por eso, precisaron que “el sector productivo porcino encuentra en la falta de acción del organismo público una limitante crucial para poner en marcha el plan de erradicación, cuyo financiamiento será provisto exclusivamente por los mismos productores”. Agregaron que esta ineficiencia del Estado no solo impide el control de la situación, sino que también deja a las granjas sin vacunas disponibles para protegerse de una enfermedad que afecta directamente sus niveles productivos, causando pérdidas millonarias.
La Federación aclaró que, si bien la enfermedad es inofensiva para los consumidores, su impacto económico en la producción porcina es considerable. Resaltó que resulta urgente que las autoridades sanitarias avancen con celeridad para poner en marcha el plan de erradicación, evitando así que esta “aftosa” porcina siga afectando a un sector productivo clave para la economía nacional. Este jueves la Federación tendrá una reunión con las autoridades nacionales.
Fuente: Diario La Nación