Guerra comercial el choque entre EE.UU. y China, que subió a la soja al ring, abrió una caja de pandora y los analistas buscan dimensionar el impacto para la Argentina
Según los expertos, pese a que los precios reaccionaron a la baja, por diversos factores no se aguarda un efecto drástico en el mercado; el país podría beneficiarse, si se da la situación, de primas en los valores para la venta al gigante asiático

Pese a la reacción a la baja que tuvo la soja en la Bolsa de Chicago tras conocerse la decisión de China de aplicarle a Estados Unidos un arancel del 10% a su oleaginosa, entre otros productos, en represalia a la tasa de diez puntos, al 20%, que el presidente Donald Trump le impuso a los productos chinos, expertos consultados por LA NACION no visualizaron, por ahora, un fuerte efecto en el mercado, aunque señalaron que de por sí la guerra comercial es una mala noticia. Destacaron que estos aranceles chinos son menores al nivel de 25% impuesto en la anterior guerra comercial, en 2018, y que por esta época del año China, antes que sobre Estados Unidos, focaliza sus compras del grano en Sudamérica, básicamente en Brasil, y en una menor medida la Argentina. En el medio no se descarta una negociación considerando que el arancel chino entrará en vigor el 10 del actual. La soja argentina se podría ver beneficiada si, eventualmente, hubiera una mejora en las primas sudamericanas.
Ayer, en medio de la incertidumbre, la soja de la posición mayo bajó US$5,24 en Chicago, a US$371,66 la tonelada; en tanto, julio cayó US$5,23, a US$376,90 la tonelada. Hoy mayo retrocedió US$4,59 y julio, 4,41 dólares.
Carlos Pouiller, director de AZ-Group, señaló: “El arancel de 10-15% que impondrá China sobre algunos productos es mucho menor a los de la anterior guerra comercial; esto demuestra que el gobierno chino no quiere repetir el suceso”.
Trump impuso aranceles a las importaciones del 25% desde México y Canadá. En tanto, subió 10 puntos, hasta el 20%, a China. El gigante asiático respondió con el anuncio de un arancel del 10% a la soja, sorgo, carne vacuna y porcina, productos del mar, frutas, verduras y productos lácteos de Estados Unidos y un 15% a pollo, trigo, maíz y algodón.
En este marco, siguiendo su análisis, Pouiller indicó: “En esta época del año China prácticamente deja de comprar soja en Estados Unidos y se vuelca a Sudamérica, predominantemente a Brasil, porque, a esta altura, el país del norte ya ha vendido cerca del 90% de su saldo exportable de soja. Por eso, el anuncio no tendría un impacto importante en los precios; simplemente, puede encarecer un poco el ingreso de soja norteamericana al mercado chino”.
Para el experto, el mercado de Chicago “ya venía bajando porque los factores que la están impulsando son el ingreso de la cosecha de Brasil, que ya le permite exportar con fluidez grandes volúmenes, y las lluvias en la Argentina, que interrumpen el deterioro de los cultivos”. Apuntó: “Estos dos factores son los principales responsables de la reducción de precios”.
Paulina Lescano, analista del mercado de granos, recordó que China importa, según los años, en torno de 105 millones de toneladas de soja para procesar internamente. “De eso, el 70% desde Brasil, 24% de Estados Unidos y 4% de la Argentina, unos cuatro millones de toneladas [de la Argentina] en promedio”, precisó. “En soja lo que puede afectar es que siga pasando lo que está ocurriendo; precios en Chicago cayendo porque China importe menos soja desde Estados Unidos”.
Para Lescano, eso no significa necesariamente que los precios en el mercado local vayan a aumentar. “Primero, porque nosotros prácticamente no exportamos soja como grano, y en segundo término, porque los valores FOB surgen de primas y descuentos sobre Chicago. Si Chicago cae mucho, aunque las primas de Sudamérica aumenten, podemos ver que el valor recibido localmente no cambie, o inclusive baje algo como pasó en la guerra comercial anterior”, ilustró. Destacó que este año “Brasil está cosechando 170 millones de toneladas, un récord total y 50 millones de toneladas más de las que cosechaba en 2018, en la guerra comercial anterior”, agregó.
“Como análisis general, esta guerra arancelaria es una mala noticia para todos los países proveedores de materias primas –granos en particular– porque presiona hacia la baja los precios. Entonces, si bien es cierto que para Sudamérica aparecen opciones de ganar mercados allí donde EE.UU. aplique aranceles y donde haya represalias, si los precios de los granos sudamericanos no acompañan la caída de las cotizaciones de los productos estadounidenses no serán competitivos. Será necesario ver cómo evoluciona esta historia y cómo se reacomodan los precios relativos, ya que lo que importa es el precio final de cada producto puesto en destino, con fletes y aranceles incluidos”, dijo Adrián Seltzer, operador de la corredora Granar SA.
Consideró que lo que puede suceder como consecuencia de esto es que haya cambios en los destinos de las exportaciones, con Sudamérica vendiendo a compradores clásicos estadounidenses –esto ocurrió con Brasil y la soja tras la primera guerra comercial–, y con EE.UU. desembarcando, con valoes más baratos, en destinos clásicos de los granos sudamericanos. “En este contexto enrarecido, los que más tienen para perder son los productores estadounidenses”, dijo Seltzer.
En Granar indicaron que la medida de China no tendrá un impacto negativo inmediato sobre las exportaciones de Estados Unidos. Explicaron que éstas se concentran entre octubre y enero. “Ahora, por la lógica estacional, China concentra sus compras de soja en Brasil, que está en plena cosecha. Y, si bien para la Argentina, el mayor negocio vinculado con la oleaginosa está en su molienda y en las exportaciones de harina y de aceite, bien podría procurar concentrar sus ventas de poroto, que por ejemplo el USDA [Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, por sus siglas en inglés] proyecta en 4,50 millones de toneladas, hacia puertos chinos”, indicaron.
Lo que viene
En la corredora agregaron que en maíz los aranceles de Estados Unidos tienen un fuerte impacto sobre los precios porque México es el principal comprador mundial del cereal y el mayor destino para las exportaciones estadounidense. En tanto, señalaron que Canadá es el mayor demandante de etanol de Estados Unidos.
“Desde el punto de vista regional, Brasil y la Argentina, que comparten el podio de mayores proveedores mundiales de maíz, ahora deberían concentrar su atención sobre las represalias que podría adoptar México que, según informó hoy su presidenta, Claudia Sheinbaum, serían anunciadas el domingo. Ambos países cuentan con una oferta suficiente como para amortiguar eventuales restricciones en el ingreso del grano estadounidense. Igualmente, y siempre teniendo como referencia la paridad entre los precios estadounidenses y los sudamericanos, se deberían explorar iniciativas necesarias para que el grano sudamericano lograra ingresar en México de manera competitiva para ‘hacer ruido’ en el comercio entre países que tienen una larga frontera compartida”, indicó Granar.
Eugenio Irazuegui, de la firma Zeni, prevé mayores compras en soja de China sobre Sudamérica, lo que podría resultar positivo para la producción de la región.
“Con la entrada en vigencia de los gravámenes previamente anunciados por el presidente estadounidense, Donald Trump, el gobierno chino respondió con la imposición de aranceles a productos de la cadena agropecuaria. Con la aplicación de aranceles, los consumidores chinos sufrirán el encarecimiento de los bienes importados desde EE.UU. Además, recordemos que el gigante asiático es el mercado más importante para los productos agrícolas norteamericano y su mayor cliente de poroto de soja, la principal exportación de EE.UU. a China. A diferencia de lo ocurrido en 2018, hoy en día, China no es tan dependiente de Estados Unidos como procedencia de sus importaciones de granos; incrementó su abastecimiento desde Brasil”, dijo.
En este contexto, Irazuegui apuntó que lo más probable es que China redireccione aún más sus compras hacia el bloque sudamericano, principalmente Brasil. “Esto impacta negativamente en la plaza de Chicago y, en simultáneo, positivamente en las primas sudamericanas”, opinó.
Juan Manuel Uberti, analista de Grassi, habló de un “impacto negativo en todo sentido” tras los aranceles de la guerra comercial. Lo dijo no solo por las represalias, sino por un “posible menor comercio” y que “podría reestructurarse los flujos de comercio”.
Para Lescano, para la Argentina puede haber una oportunidad para la carne vacuna, considerando el arancel chino a Estados Unidos, aunque en este producto el país vende al gigante asiático casi el 70% de lo que exporta. “Trigo y maíz también pueden ser una oportunidad en volumen, aunque China viene bajando mucho sus importaciones de maíz”, dijo la analista.
Fuente: Diario La Nación