Incertidumbre. Vicentin paga un compromiso con los empleados, pero no asegura abonar los salarios
En un día clave para la cerealera Vicentin, la incertidumbre persiste en torno al pago de salarios, aunque la empresa confirmó que cumplirá con la última cuota de la “Gratificación Extraordinaria No Remunerativa”.

Como se dijo, aún no hay certezas sobre el pago de los sueldos que los trabajadores esperan para el 10 de marzo. Esta situación se da en un contexto en el que la empresa asegura que se ha quedado sin caja y sigue en la búsqueda de financiamiento.
Todavía no se sabe qué ocurrirá con la firma tras la reciente decisión de la Corte Suprema de Santa Fe, que rechazó la homologación del acuerdo con los acreedores en el concurso iniciado hace cinco años. Ahora se espera la resolución de la Cámara de Apelaciones de Rafaela, que determinará el futuro del proceso concursal. Mientras tanto, la compañía intenta negociar nuevos acuerdos a fasón, pero fuentes cercanas a la firma aseguraron que la incertidumbre hace que estas negociaciones sean cada vez más complejas.
A mediados de diciembre pasado, en el marco de la negociación paritaria, el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) San Lorenzo y la Federación Aceitera acordaron con las empresas la actualización de la gratificación anual con un 122% de ajuste en la canasta salarial de 2024. Este pago debía realizarse en dos etapas: un adelanto el 10 de enero y su liquidación final al cierre de ese mes, mientras que la segunda parte se abonaría el 10 de febrero con su respectiva liquidación al finalizar el mes.
Sin embargo, Vicentin no pudo cumplir con el primer pago, lo que derivó en un paro del sindicato. Finalmente, se llegó a un acuerdo para saldar la deuda en cuatro cuotas: el 21 de enero (ya abonada), el 5 de febrero, el 20 de febrero y, la última, el 5 de marzo.
En diálogo con este medio, Daniel Succi, secretario general de SOEA, expresó su preocupación: “Según nos informaron, nos van a pagar la gratificación, pero hay temor sobre lo que pueda pasar con el pago de los salarios”. Mañana tendrán una reunión con la empressa en el Ministerio de Trabajo.
En diciembre pasado, en medio de la incertidumbre por la decisión de la Corte de Santa Fe sobre el futuro de la compañía, y ante la delicada situación financiera, la empresa propuso al sindicato realizar un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) para reducir las cargas sociales y sostener la caja por más tiempo. Sin embargo, esta propuesta fue rechazada en varias oportunidades por el gremio. Finalmente, a fines de enero, ambas partes acordaron un PPC que entró en vigencia con los sueldos de febrero, ya que para enero era demasiado tarde.
El esquema acordado estableció que se pagará el salario mínimo vital y móvil como remunerativo, mientras que la diferencia se abonará como no remunerativo, permitiendo así a la empresa evitar el pago de cargas sociales. En términos prácticos, el acuerdo implica que el 80% del sueldo se pague como no remunerativo y el 20% como remunerativo. A pesar de este alivio, la empresa todavía no tiene certeza sobre si podrá pagar los salarios correspondientes a marzo. Desde la compañía afirmaron que cumplirán con la gratificación, pero que están sin liquidez.
La única alternativa para continuar con la operación es conseguir adelantos en los pagos de los contratos a fasón que puedan concretar. Es decir, no solo deben asegurar nuevos acuerdos de molienda, sino también lograr que los clientes paguen por adelantado.
Vicentin tenía asegurados acuerdos a fasón hasta el 28 de febrero, pero ahora se encuentra en negociaciones para cerrar nuevos contratos. Aún no han sido confirmados. “Estamos trabajando para concretarlos”, indicaron desde la empresa.
La situación de incertidumbre en la empresa se arrastra desde diciembre cuando circulaban rumores de que la Corte fallaría en contra de la agroexportadora. Esto llevó a que los grandes actores que trabajaban con la cerealera dejaran de confiarle sus fasones por miedo a quedar atrapados en una eventual paralización de la empresa.
Para sobrellevar la situación, la empresa negoció con distintos actores, como la Unión Agrícola de Avellaneda y Bunge, logrando pequeños contratos a fasón que le permitieron seguir operando. Sin embargo, perdió una importante participación en la molienda de enero y febrero, ya que muchas empresas desconfían del futuro de Vicentin. Desde la empresa dijeron que les ofrecieron fasones a todos, incluso a Grassi, uno de sus acreedores y uno de los impulsores del cramdown.
La empresa opera con dificultades, trabaja a menos del 30% de su capacidad. “No estamos parados, pero estamos lejos de operar como deberíamos”, señalaron fuentes internas. La gran incógnita es si podrá asegurar nuevos contratos con pago adelantado para sostenerse financieramente.
Fuente: Diario La Nación