Un semáforo demasiado naranja, como para detenerse y ponerse a pensar seriamente en la delicada situación de las economías regionales
Para el mes de febrero de 2025, el semáforo que avalúa la situación de las diversas economías regionales que tiene la Argentina mostró un escenario preocupante: había solo 2 actividades en verde, 9 en amarillo y nada menos que 8 en rojo. Rojo, por lógica, indica que las cosas no andan mal. Están paradas.

El semáforo analiza tres componentes para verificar la salud de una economía regional: negocio, producción y mercado. El primero evalúa la evolución del precio y el costo, tanto mensual como interanual. El segundo mide el área o stock, según corresponda, y la producción. Y el último, la evolución de las exportaciones y las importaciones de las producciones, así como el consumo interno.
Las actividades en rojo incluyen algodón, arroz, mandioca, cítricos dulces, hortalizas, mandioca, peras y manzanas, vino y mosto y yerba mate. Coninagro explicó que “el común denominador de estas economías que están en rojo es que siguen viendo dañado el componente negocio de su actividad, ya que los precios, en muchos casos han bajado o se atrasaron significativamente respecto a la inflación y a la suba de sus costos”.
“Esto se dio en un contexto de exportaciones que no traccionan precios por un tipo de cambio apreciado y un consumo interno que durante gran parte del último año estuvo debilitado. Este último factor está comenzando a revertirse a medida que los salarios recuperan poder de compra respecto a los alimentos, lo que permite visualizar una expectativa positiva para los próximos meses por este lado de la demanda”, expandió la explicación. Obviamente el informe fue confeccionado antes de la corrección cambiaria por la salida del cepo, que será evaluada en próximos estudios.
Según el documento, en el componente productivo, tanto en superficie/stock como en producción, hay comportamientos dispares. Sin embargo, resaltan algunas producciones que son muy dependientes del mercado interno, como la yerba mate o el vino, donde el incremento de producción (buena noticia) se ha combinado con un consumo debilitado, impactando de manera directa en los precios (mala noticia). Otras economías regionales tienen la exportación como vía de escape para que los incrementos de producción no se traduzcan en una presión significativa sobre el mercado doméstico.
Por este motivo, en el componente mercado la mayoría de las exportaciones fueron positivas. Sin embargo, como consecuencia de la normalización en el pago de las importaciones, la apreciación cambiaria y la apertura comercial, también evolucionaron positivamente las importaciones, que en algunos casos tuvieron un fuerte aumento.
Las actividades en verde incluyen maní y ovino. En estos sectores, la mejora en el componente negocio se debió a precios que aumentaron levemente por encima de la inflación, mientras que los costos evolucionaron por debajo.
En amarillo se ubican las 9 actividades restantes, que no han evidenciado una evolución marcadamente positiva ni negativa en los tres componentes que se relevan en el semáforo: componente negocio (precios y costos), componente productivo (área y producción) y componente mercado (exportaciones, importaciones y consumo).
Fuente: Bichos de Campo