Recuperación despegaron las ventas de lácteos en el mercado interno y la producción tuvo un importante salto
Según datos oficiales, el volumen producido de leche creció 10,9% en el primer trimestre de 2025; en tanto, en la colocación de productos en la plaza local hubo mejoras del 45% en leche en polvo, 13,3% en leche fluida y 11,5% en quesos; preocupación por la pérdida de competitividad

La producción de leche aumentó un 10,9% en el primer trimestre de 2025 frente al mismo período del año anterior, según datos de la Secretaría de Agricultura. Solo en marzo último hubo un salto del 15,9%. A eso se sumó un dato alentador: el sector acumuló 13 meses consecutivos con rentabilidad positiva. Sin embargo, en la actividad advirtieron que hay preocupación por lo que pueda suceder en el plano comercial, especialmente en materia de exportaciones, donde los buenos precios internacionales chocan con un tipo de cambio desfasado y una carga impositiva “asfixiante”, lo que hace que el negocio no sea competitivo.
El informe oficial atribuyó el repunte a condiciones climáticas favorables y a la mejora en el precio pagado al productor. “En este marco, el productor lácteo registra 13 períodos (mensuales) ininterrumpidos de rentabilidad positiva, siendo de 3,8% en febrero”, señaló el documento. También destacó que el financiamiento lanzado a mediados de 2024 por el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) —con una línea de $20.000 millones para robotización, sanidad y genética— incentivó inversiones que empiezan a mostrar resultados.
El mercado interno también acompañó. En enero y febrero de este año, las ventas superaron ampliamente las del mismo bimestre de 2024 en todos los productos lácteos: 45% en leche en polvo, 13,3% en leche fluida y 11,5% en quesos, según la Dirección Nacional de Lechería.
Desde el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), su coordinador, Jorge Giraudo, aportó otra mirada: “El negocio en el sector primario todavía sigue siendo viable”. Según explicó, aunque los precios al productor ajustaron por debajo de la inflación, los costos también lo hicieron. Eso permitió que las relaciones de precios con insumos clave como el maíz se mantengan. “Hoy, con un litro de leche se compran más de dos kilos de maíz”, ejemplificó. Señaló que los alquileres están, en muchos casos, por debajo de un quintal de soja por hectárea, lo que ayuda a mantener márgenes. “En promedio, el negocio anda bien”, resumió Giraudo, aunque aclaró que no todos los tambos viven la misma realidad. Los más grandes, eficientes y bien ubicados, logran ganancias sostenidas, pero los más chicos, con menos escala o con problemas estructurales, siguen con dificultades.
El mayor problema, advirtió, se encuentra en el frente externo. “El consumo interno, que el año pasado cayó un 15%, recuperó unos siete u ocho puntos gracias a la mejora del salario real. Pero el problema fuerte son las exportaciones”, señaló. A pesar de que los precios internacionales están en niveles históricamente altos —US$4200 la tonelada para la leche en polvo y US$4800 para la mozzarella—, el retraso cambiario afecta seriamente la competitividad.
“El Presidente dijo que no se va a resolver por vía devaluatoria. Entonces que mejoren las condiciones para competir”, pidió Giraudo. En ese sentido, reclamó la devolución de impuestos internos, la reducción de costos logísticos y laborales y un alivio fiscal. “Con una presión tributaria del 40% sobre el valor del producto, es muy difícil hablar de competitividad”, enfatizó.
Además, el cepo cambiario sigue golpeando al sector. “El dólar blend se eliminó y pasamos de $1100 a $1070. Ahora empezó a recuperarse y cerró en $1120, pero el sector necesita un dólar de al menos $1300 o algún tipo de compensación vía reintegros”, sostuvo Giraudo.
“Sí, hay rentabilidad en promedio, pero la situación es muy frágil. Si no se corrige el problema de competitividad, el escenario puede empeorar pronto”, remarcó.
Desde Caprolecoba, cámara que agrupa a los tamberos de la Cuenca Oeste bonaerense, Guillermina Mas, presidenta, coincidió en el diagnóstico. “La foto actual de la cadena es positiva. Para resaltar: 14 meses seguidos con rentabilidad positiva para el tambo promedio, si bien está por debajo de la rentabilidad de equilibrio de largo plazo. Deberíamos ir al 2019 para encontrar un período similar”.
Mas subrayó que tener una macroeconomía más estable es clave. “Siempre decimos que es la base para un sector como el nuestro”, dijo. Pero también encendió una señal de alarma: “El costo promedio de producción viene siendo superior al poder de compra teórico de la exportación, incluso con precios excelentes como los actuales”.
Finalmente, remarcó la importancia de que continúe la recuperación del consumo interno que comenzó a darse en el primer bimestre. Solo así, advirtió, la recuperación de la producción que empezó en noviembre de 2024 podrá transformarse en un crecimiento real y sostenido.
Fuente: Diario La Nación