Informe un organismo internacional elogió la estrategia de la Argentina contra la fiebre aftosa
La Organización Mundial de la Sanidad Animal (OMSA) lo atribuyó a mejoras en los protocolos de vacunación, la calidad de las dosis administradas y a una activa participación del sector privado y el rol del Estado

En medio del debate para que ingresen vacunas veterinarias desde el exterior, la Organización Mundial de la Sanidad Animal (OMSA) presentó en París, Francia, su primera evaluación anual sobre tendencias, riesgos y desafíos en enfermedades animales a nivel global. Uno de los datos más significativos que se expuso a lo largo de estos días es que las enfermedades animales están apareciendo en zonas anteriormente no afectadas. Indicaron que casi la mitad (47%) son zoonóticas, es decir, tienen el potencial de transmitirse de animales a personas. Destacaron el caso de éxito de la Argentina en el control de la aftosa por mejoras en los protocolos de vacunación, la calidad de las vacunas administradas y a una activa participación del sector privado, bajo estricta supervisión del Estado.
Esta situación refuerza la urgencia de una visión integral de la sanidad bajo el enfoque “una sola salud”, que vincula la salud animal, humana y ambiental. El informe presentó dos casos exitosos de programas de vacunación contra la enfermedad: la Argentina y Turquía. Respecto de la Argentina señaló que durante brotes anteriores de fiebre aftosa en la Argentina la vacunación de bovinos y búfalos fue una estrategia importante. Este jueves se entregará a Brasil y Bolivia el certificado de países libre sin vacunación, en el contexto de la asamblea y foro.
Remarcaron que, como muchos países en Sudamérica, la Argentina había estado intentando controlar la fiebre aftosa durante décadas. “Sin embargo, a principios de la década de 1990 el país tuvo un avance en el manejo de la enfermedad. El primer cambio importante fue reemplazar el uso de vacunas basadas en saponina que contenían saponina derivada de plantas con vacunas adyuvantadas con aceite - los adyuvantes son los componentes añadidos a las vacunas para mejorar las respuestas inmunes”, destacaron.
Según el experto Sergio Duffy, de la Universidad de Minnesota, uno de los factores claves para que sucediera fue que el Senasa reforzó los estándares para la aprobación de vacunas. Además se incrementó el número de dosis protectoras necesarias para la aprobación de cada serie de vacunas, lo que mejoró significativamente la calidad de las vacunas utilizadas en el campo.
Indicaron también que es fundamental que las vacunas que se utilicen cumplan con las normas internacionales de la OMSA, que sean a base de virus inactivados y que la cepa o cepas del virus en la vacuna coincidan antigénicamente con las de la enfermedad que circula en el campo.
Precisaron que, en materia de fiebre aftosa, durante el período cubierto por el informe (enero 2024-mayo 2025), 18 países notificaron a la OMSA un total de 216 brotes de fiebre aftosa, incluidos 29 eventos epidemiológicos excepcionales. Dijeron que la mayoría de los brotes fueron causados por el serotipo O (57%), seguido de los serotipos SAT 1 y SAT 2 (16%). Cabe destacar que Sudáfrica registró la primera aparición del serotipo SAT 3 en una zona, mientras que China notificó la primera aparición del serotipo O. Se detectaron nuevas cepas en Sudáfrica (SAT 1), los Territorios Autónomos Palestinos (O) y las Comoras (SAT 1). También se registró una recurrencia de la enfermedad en 15 países, entre ellos Alemania, Hungría y Eslovaquia.
En ese sentido, la OMSA hizo un llamado a invertir en el fortalecimiento de los Servicios Veterinarios nacionales, mejorar la coordinación global y regional, y desarrollar sistemas eficaces de vigilancia de enfermedades. Esto incluye herramientas de diagnóstico avanzadas para diferenciar animales vacunados de los infectados, lo que permite un seguimiento preciso y transparencia comercial.
En el caso de fiebre aftosa señalaron que los servicios veterinarios son la columna vertebral de la prevención y el control de esta enfermedad, desempeñando un papel vital en la vigilancia, la educación de los productores, la garantía de prácticas comerciales seguras y la respuesta eficaz a los brotes. “Su eficacia depende de un fuerte apoyo gubernamental, con financiación y recursos adecuados para aplicar medidas de bioseguridad, realizar vigilancia e implementar campañas de vacunación donde sea necesario”, resumieron.
El informe, que también aborda desde la disponibilidad de vacunas hasta el uso de antibióticos, alerta sobre un escenario cambiante y desafiante, con impactos tanto en la salud animal como en la salud humana.
Se advierte que el acceso global a vacunas para la ganadería sigue siendo desigual, y los esfuerzos de erradicación enfrentan serias dificultades financieras y políticas. La OMSA, además, advirtió que ampliar la vacunación del ganado es una herramienta clave no solo para prevenir enfermedades, sino también para reducir los riesgos asociados a la resistencia antimicrobiana.
Fuente: Diario La Nación