Válvula de escape se recuperó el consumo de lácteos, pero se cayó la exportación y advierten por el tipo de cambio
Mientras el consumo de productos lácteos en el mercado interno muestra señales de recuperación, las exportaciones continúan en retroceso. Son dos caras de una misma moneda que hoy definen el escenario del sector

Por un lado, el mercado doméstico traccionó con más fuerza y registró una suba del 14,6% en el consumo total durante el primer cuatrimestre del año. Por el otro, las ventas externas cayeron en volumen, en litros equivalentes y en participación sobre el total producido. En volumen la merma fue del 8%.
Este retroceso en las exportaciones respondió, según explicaron en la industria, a que hoy exportar es “menos atractivo” que el año pasado. Entre las razones señalaron un tipo de cambio poco favorable, altos costos impositivos y menor competitividad frente a otros países.
“Estamos en los mejores momentos de los precios internacionales, realmente son los más altos de la serie histórica. Lamentablemente, para el sector el tipo de cambio no es favorable”, explicó Jorge Giraudo, director ejecutivo del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA). En ese contexto, agregó: “El negocio externo no es una alternativa y se canaliza más por el mercado doméstico”.
Según el informe mensual de OCLA, en el primer cuatrimestre del año las exportaciones de lácteos cayeron un 8% en volumen, subieron un 1,9% en valor y retrocedieron un 7,3% en litros de leche equivalentes. Las ventas externas representaron el 27,2% del destino total de la leche producida. En abril puntualmente se exportaron 27.151 toneladas por un valor de US$106,3 millones, una baja del 4,1% en volumen y del 5,5% en monto respecto a marzo.
En contraposición, el mercado interno empezó a mostrar una recuperación sostenida. Entre enero y abril pasado la oferta total fue de 4307 millones de litros, compuesta por 3263 millones de producción nacional, 40 millones de importaciones y un stock inicial de 1004 millones. De ese total 2618 millones se destinaron al mercado local, 886 millones a exportaciones y 803 millones quedaron como existencias finales. El consumo per cápita anualizado llegó a 194,1 litros, un 13,6% más que en igual período de 2024.
Sin embargo, esta canalización por el mercado interno generó preocupación en la industria, ya que ahora comienza la etapa del año en la que la producción de leche aumenta. “Si ese excedente no se canaliza a través de las exportaciones, inevitablemente se volcará al mercado interno, generando una sobreoferta que presionará los precios a la baja”, advirtió Giraudo.
Frente a este escenario, desde el sector destacaron la necesidad de medidas que le den mayor competitividad. “Estamos necesitando mejorar ese tipo de cambio por alguna vía, o una reducción impositiva de los costos de producción”, planteó Giraudo.
Una de las propuestas concretas que impulsa la industria es restablecer los reintegros, eliminados junto con las retenciones. “Están los impuestos como Ingresos Brutos, que incluso pesan más que el IVA, y el Impuesto al Cheque. Son tributos que no se pueden trasladar al comprador externo”, explicó.
Hoy, cuando una empresa vende al exterior una tonelada de leche en polvo a US$4200, ese valor es el precio final, sin posibilidad de cargar impuestos como ocurre en el mercado interno. Por eso, el sector pide que se recupere el mecanismo de reintegros. “Lo que estamos pidiendo es que ese reintegro vuelva, y que lo haga en plenitud: que devuelvan todos esos impuestos”, remarcó Giraudo.
También reconoció que una devaluación no parece estar en la agenda del Gobierno: “Sabemos que la devaluación no la quieren hacer, porque se traslada a precios y genera inflación”.
Desde otra perspectiva, el empresario Ércole Felippa, presidente del Centro de la Industria Lechera (CIL), consideró que la caída en las exportaciones durante 2025 debe leerse en relación a lo que fue un primer cuatrimestre excepcional en 2024. Explicó que el fuerte salto cambiario de ese momento coincidió con una profunda retracción del consumo interno, lo que permitió utilizar al mercado externo como “válvula de escape”.
Remarcó que la recuperación del mercado doméstico también influyó en la caída exportadora. Cuando mejora la demanda local se prioriza ese destino porque incluye productos de mayor valor agregado como yogures, postres, leches o flanes.
La recuperación del mercado doméstico también influyó en la caída exportadora. Cuando mejora la demanda local se prioriza ese destino porque incluye productos de mayor valor agregado como yogures, postres, leches o flanes
No obstante, advirtió que la menor actividad exportadora también refleja un problema de competitividad estructural. Si bien el precio internacional de la leche en polvo supera los US$4000 por tonelada, vender al exterior dejó de ser rentable. “El año pasado pasamos de un dólar de 360 a uno de 800, lo que hizo supercompetitiva la exportación. Hoy eso ya no está”, indicó.
Felippa subrayó que el problema no se limita al tipo de cambio, sino que también incluye “ineficiencias estructurales” de la cadena láctea y la carga tributaria. Detalló que, según el producto, los impuestos pueden representar hasta el 7% del valor, y que más de la mitad son provinciales y municipales. En el mercado interno, precisó, un producto de, a modo de ejemplo, $100 en góndola incluye entre un 38% y un 40% de impuestos, de los cuales la mayoría también corresponde a niveles por debajo de la administración nacional.
Fuente: Diario La Nación