Diálogo racional y no con un excel el director nacional del INTA apuntó contra el Gobierno por su avance en el organismo
En la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado, Ariel Pereda, advirtió sobre el intento de modificar el esquema de gobernanza y explicó por qué es tan importante el rol del ente

A partir de la situación que se vive en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) por la posibilidad de que el gobierno de Javier Milei publique un decreto con reformas estructurales en el organismo, el director nacional, Ariel Pereda, advirtió sobre el peligro de modificar el esquema de gobernanza del organismo y pidió un debate racional para preservar su rol estratégico en el desarrollo agropecuario del país.
En el marco de una exposición del sector Científico y Tecnológico que se realizó en el Senado este miércoles en la Comisión de Ciencia y Tecnología, Pereda destacó el valor del INTA como “uno de los organismos de ciencia y tecnología con mayor territorialidad del país”, con presencia activa en todo el territorio argentino.
“En cada pueblito hay una agencia del INTA, una experimental, un investigador o un extensionista acompañando. Es una institución con 70 años de historia, sostenida por una política pública que ha perdurado en el tiempo, y eso no es poco”, señaló.
Pereda remarcó las particularidades del organismo, que por ley tiene como eje central la generación de conocimiento y tecnología para el sector agropecuario, “el sector productivo más importante del país”. Subrayó especialmente la singularidad de su modelo de gobernanza que tiene este ente. Según remarcó, el INTA está dirigido por quienes se benefician directamente de su trabajo, es decir, el sector productivo, que tiene mayoría en el directorio, mientras que el Estado —ya sea nacional o provincial— ocupa una minoría.
Por eso, y a partir de los avances del Gobierno, Pereda explicó ante los legisladores que es clave para garantizar que el INTA mantenga una orientación de largo plazo, independiente de los vaivenes políticos. Y mencionó que hoy está en riesgo. “El actual Gobierno propone modificar esa composición y otorgar la mayoría al Estado. Parece un cambio menor, pero no lo es. Lo que está en juego es la posibilidad de que el INTA se convierta en un organismo que va y viene según el color político de turno. Eso sería gravísimo para una institución científica”, alertó.
En este contexto, vale recordar que el Gobierno impulsa un plan de ajuste para achicar el INTA y restarle competencias al sector privado, para desarticular el modelo de gobernanza que rige desde hace décadas. Busca reducir a 8 la cantidad de integrantes en la mesa del Consejo Directivo, que hoy totalizan 10 entre representantes del sector público y el sector agropecuario.
De esta forma, desaparecerían los dos lugares que tienen las facultades de Agronomía de las universidades nacionales y las facultades de Ciencias Veterinarias. Ante estos avances, la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea) puso a disposición su lugar, ya que le ofrecieron una silla del Gobierno, pero no aceptó. Si bien no está confirmado, distintas versiones apuntan a que esta silla la podría ocupar la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).
A partir de esto, Pereda hizo hincapié en que se están evaluando otros cambios que apuntan a la centralización de la administración, lo que también podría perjudicar la eficacia de una estructura que hoy está profundamente descentralizada y adaptada a las realidades locales. También destacó el impacto concreto del trabajo del INTA en la vida cotidiana de los argentinos, mucho más allá de lo que se suele percibir. “No habría Malbec en la Argentina si no fuera por el INTA. Tampoco arroz en Argentina ni en Brasil. Las vacunas contra la fiebre aftosa, muchas variedades de hortalizas, incluso las sopas instantáneas que consumimos, son desarrollos tecnológicos del INTA”, enumeró con orgullo entre los logros del organismo.
Señaló, además, que el INTA es el principal obtentor de variedades vegetales del país, con un liderazgo indiscutido en innovación aplicada al agro. En la Antártida, por ejemplo, el INTA ha desarrollado tecnología propia para producir verduras de hoja verde, lo que permite mejorar la alimentación en condiciones extremas de “quienes hacen patria”.
Más allá de los aportes productivos, Pereda enfatizó el rol social del INTA en el sostenimiento de las economías regionales y la vida rural. “El INTA sostiene la producción, pero también la ruralidad. Ayuda a evitar la migración de familias enteras a las ciudades. Generamos valor en cada pueblo del país”, afirmó.
Ante los posibles cambios impulsados por los representantes del gobierno, el director nacional del INTA fue claro: “Estamos dispuestos a adaptarnos a los nuevos contextos, como siempre lo hemos hecho. No somos el mismo INTA de hace 70 años, ni de hace 20. Pero queremos que ese debate se dé con racionalidad, no sobre un excel. Queremos una discusión productiva y con diálogo, para seguir aportando a un sector que lo necesita y lo demanda”.
El pedido fue directo a los legisladores que estaban presentes en la sala. “El INTA es nacional, pero en cada provincia se lo siente propio. Por eso estamos acá, para decir que tenemos una institución sana, útil y con una larga trayectoria, que vale la pena proteger”, cerró.
Fuente: Diario La Nación