Conflicto en Medio Oriente la escalada bélica encarece los insumos y complica la campaña agrícola en la Argentina
Mientras el conflicto en Medio Oriente entre Israel e Irán suma tensión con la intervención de nuevas potencias, como Estados Unidos, los efectos ya comenzaron a sentirse en la producción agrícola de la Argentina.

Especialistas advirtieron tres efectos clave: encarecimiento de insumos, en particular los fertilizantes; mayor valor del petróleo y complicaciones en la logística internacional. La urea, clave para los cultivos de trigo y maíz, trepó en días de US$500 a más de US$570 por tonelada. En este contexto anticiparon un impacto directo en los costos de la siembra de maíz, que comenzará en septiembre próximo.
En detalle, el panorama para los productores todavía es mixto. Para el trigo, cuya siembra avanza durante junio y julio, parte de los fertilizantes ya fue comprado anticipadamente, donde quien planificó de antemano puede estar algo cubierto, pero hay todavía un porcentaje alto por adquirir. Expertos alertaron que con el maíz no ocurre lo mismo. Con una campaña que recién comienza a proyectarse, si no hay una mejora en los precios muchos podrían optar por reducir área o bajar inversión por hectárea.
“Previo al conflicto Israel-Irán la urea tenía una tendencia bajista. Pero, apenas se desató el conflicto, ante el primer ataque, automáticamente se congelaron las operaciones de ese fertilizante en particular. Ninguna empresa daba precio al distribuidor, eso fue en la inmediatez”, explicó Diego Napolitano, presidente de la Cámara Empresaria de Distribuidores de Agroquímicos, Semillas y Afines Bonaerense (Cedasaba) a LA NACION.
Según el ejecutivo, el conflicto impactó inmediatamente en este producto, llevándolo, en promedio, de unos 500 dólares a entre 550 y 570 dólares. Este aumento se explicó por dos factores: la fabricación de urea está vinculada al gas y el petróleo, y una parte significativa de esa producción sale al mundo a través del estratégico estrecho de Ormuz, en la región en conflicto.
Napolitano aportó otro dato relevante: “Profertil es el principal productor local, con un millón de toneladas de urea al año. Irán produce ocho millones, pero esa urea casi no llega a la Argentina. Sin embargo, cualquier interrupción global repercute, porque los precios se mueven internacionalmente”. Las importaciones rondan las 800.000 toneladas.
Advirtió que hay zonas productivas, como el norte de Buenos Aires, que demandan el fertilizante para el trigo. “El productor necesita ese insumo y ya está pagando más. Y todavía no sabemos si esto va a seguir escalando. Cabe recordar que, en el caso del trigo, los fertilizantes representan hasta el 30% del costo total del cultivo”, agregó.
En esa línea, Luis Mogni, analista de mercados de la consultora Somera SAS, afirmó: “Hay una reducción en la producción de urea de Egipto que se realiza con gas que le manda Israel, y ese suministro está cortado. Por eso habrá menor oferta y aumentos de precios”. Aunque este impacto llega tarde para el trigo, cuya siembra ya está avanzada, preocupa seriamente a quienes se preparan para el maíz.
La siembra de maíz comenzará en septiembre próximo y la compra de fertilizantes se hacen entre ahora y principios de agosto. En este cultivo, el uso de fertilizantes nitrogenados es esencial. Los expertos dijeron que, en un modelo de alta producción se requieren entre 150 y 160 kilos de nitrógeno por hectárea. Pero este año, al haber poco nitrógeno en el suelo, el aporte debería ser mayor, “justo cuando los precios se están disparando”.
Esta situación obliga a recalcular las dosis. “Tal vez en vez de aplicar lo recomendado se usen solo 100 o incluso 80 kilos. Eso baja el potencial de rinde y compromete los márgenes del productor”, explicaron las fuentes consultadas.
El segundo impacto tiene que ver con el petróleo, clave para la producción de agroquímicos y fertilizantes. “El aumento del precio del petróleo impacta directamente en los procesos energéticos involucrados en la fabricación de insumos, y puede que se incrementen sus valores y eso pone una tensión extra en los mercados”, sostuvo Mogni.
En tercer lugar, la logística internacional también está bajo presión. “Hace unos meses, los fletes estaban en US$2500 por contenedor entre Shanghái y Buenos Aires. Ahora están en US$5000, el doble”, indicó Napolitano. El alza en los costos logísticos, mas allá de los insumos agrícolas en sí, puede afectar especialmente a productos con bajo valor unitario: “Un producto que vale US$3 por litro va a sufrir mucho más la suba del flete que uno que vale US$30”.
Además, el directivo explicó que, cuando hay conflictos de este tipo, el mercado reacciona de forma casi inmediata. “No se espera a ver qué pasa, los precios se ajustan ‘por las dudas’. Esa reacción es automática y sensible”, advirtió.
Mogni coincidió: “Un conflicto largo siempre es complejo. No sabemos las ramificaciones. Si se suma la tensión en Medio Oriente al conflicto Rusia-Ucrania que aún no se resuelve, el panorama global es de una altísima incertidumbre y hay que mirar muy de cerca cómo va a venir el abastecimiento de insumos, es para prestarle mucha atención”.
Mogni dijo que un conflicto largo siempre es complejo: "No sabemos las ramificaciones. Si se suma la tensión en Medio Oriente al conflicto Rusia-Ucrania que aún no se resuelve, el panorama global es de una altísima incertidumbre y hay que mirar muy de cerca cómo va a venir el abastecimiento de insumos”
En cuanto a los fitosanitarios, Napolitano señaló que, por ahora, no se registran aumentos en los productos terminados. “Pero, si el conflicto se prolonga, lo que sí se verá afectado son los costos de flete. Ahí puede haber aumentos generalizados”, aseguró. Frente a este panorama volátil, indicaron, los productores deberán extremar el análisis de cada insumo y prepararse para un escenario que cambia día a día.
En este marco, Armando Allinghi, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (Ciafa), contó que en materia de fertilizantes nitrogenados Medio Oriente y Egipto exportan más del 40% de lo que se comercializa a nivel mundial.
“A futuro, el escenario se podrá modificar dependiendo de la duración o desenlace del conflicto. A través del estrecho de Ormuz pasa la urea y otros fertilizantes producidos en Qatar, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, y la costa este de Arabia Saudita. Esto afecta principalmente la producción, comercio y logística de urea, pero también tiene implicancias en otros productos fertilizantes fosfatados, ya que Arabia Saudita es un productor relevante a nivel global”, dijo Allinghi.
“Adicionalmente, los restantes productores del mundo de fertilizantes son cautos en sus exportaciones a la espera de la evolución del conflicto. En el segundo semestre habrá que entender el efecto precio y flujo de físico con disponibilidad para nuestro mercado y qué rol adoptará China como productor global que, en primera instancia, estaría en condiciones de complementar el volumen necesario”, agregó.
Fuente: Diario La Nación