Sigue cayendo el stock de vientres en Argentina
Pese a las señales de mejora en algunos indicadores productivos, los datos del primer semestre de 2025 muestran que la ganadería argentina aún está lejos de ingresar en una fase de retención de vientres.

Por el contrario, persiste una dinámica de extracción elevada que compromete la posibilidad de recomponer el rodeo y, en especial, de aumentar el número de madres en producción, advirtió un informe del Rosgan Bolsa de Comercio de Rosario.
Entre enero y junio se faenaron 6.596.771 cabezas, cifra que supera levemente (+0,5 %) la registrada en igual período del año pasado. Aunque en el primer trimestre la actividad mostraba cierta moderación, en el segundo se aceleró, cerrando con una faena 3 % superior a la de 2024.
De ese total, el 47,2 % fueron hembras: una baja marginal frente al 48,1 % del año pasado, pero aún en niveles elevados.
¿Qué pasa con los vientres?
El análisis de la BCR hace foco en la faena de vacas y vaquillonas: en estos 6 meses se enviaron al frigorífico más de 3,1 millones de hembras (1.226.775 vacas y 1.884.058 vaquillonas). En términos relativos, esto representa 18,2 % del stock total de vientres, apenas por encima del 17,7 % del mismo período de 2024 y del 19,2 % en 2023.
Este nivel de extracción es incompatible con un escenario de retención: no sólo impide ampliar el número de madres, sino que, en la práctica, mantiene al sistema en una zona de estancamiento o incluso de descapitalización.
A pesar de pequeñas variaciones anuales, la tendencia desde 2019 muestra un stock de hembras en caída sostenida.
Ingresos vs. egresos
Al evaluar los flujos de ingreso y egreso del stock, la situación se vuelve más clara. En 2024, ingresaron al circuito productivo 7,31 millones de hembras, de acuerdo con el número de terneras registradas. En el mismo año, egresaron 6,65 millones de cabezas por faena. A eso debe sumarse la mortandad, que se estima en un 2,5 % anual, lo que suma otras 900.000 hembras fuera del sistema. Resultado: un total de 7,55 millones de egresos frente a 7,31 millones de ingresos, lo que marca un nuevo año de resultado negativo.
Este patrón no es aislado, dice el Rosgan: en los dos últimos ciclos hubo más egresos que ingresos de hembras, lo que profundiza la fragilidad estructural del stock. Si bien hubo años con saldo positivo, no fueron suficientes para revertir la tendencia general.
¿Es posible recuperar?
La mejora de los índices reproductivos aparece como una herramienta clave. En 2024, la relación entre terneros logrados y vacas en stock fue de 65,2 %, un repunte frente al 63,8 % del año anterior, pero todavía por debajo del pico de 66,7 % de 2022. Dado un stock estimado de 22 millones de vacas, cada punto porcentual adicional en el destete puede aportar más de 220.000 terneros/as, aproximadamente la mitad de ellos hembras.
Sin embargo, la pérdida de más de 900.000 vacas en los últimos dos años exige un aumento de al menos 8% en el porcentaje de destete para compensarse, algo que no se ha logrado en los últimos 15 años.
El informe concluye que la Argentina aún no ha entrado en una verdadera fase de retención de vientres. Aunque algunos indicadores mejoran, el nivel de extracción sigue siendo demasiado alto como para permitir una recomposición del rodeo. En este contexto, la única forma de revertir la pérdida acumulada es reducir drásticamente la faena de hembras, especialmente de vacas en edad reproductiva. De no hacerlo, el sistema seguirá hipotecando su capacidad futura de producción de terneros y, con ello, su sostenibilidad a largo plazo.
Fuente: Noticias Agropecuarias