Referente mundial es la máxima figura de la principal raza de carne y quedó sorprendido por lo que vio en la Rural
Es la máxima figura del Angus mundial. Representa la cuarta generación de criadores escoceses de una raza que, sin dudas, lleva en la sangre. La cabaña de su familia, Netherton, celebró el año pasado su centenario.

Y esta semana, William McLaren, recientemente elegido secretario General del World Angus Secretary —la entidad que nuclea a todas las asociaciones Angus del mundo—, cumplió un anhelo pendiente: por primera vez visitó la tradicional Exposición Rural de Palermo, el evento ganadero más emblemático del país y el lugar donde se exhibe lo mejor de la genética Angus argentina.
Aunque ya había estado en la Argentina en otras ocasiones, nunca había vivido de cerca la gran cita en el predio de La Rural. Y no oculta su entusiasmo. “Estuve mirando las filas de Angus y me impresionó mucho la uniformidad. Hay animales que, si estuvieran en mi remate de toros, serían los que más se venden”, asegura.
En diálogo con LA NACION, el criador habló sobre el valor diferencial de la genética argentina, los desafíos de la raza en un mundo que pide cada vez más calidad y trazabilidad y la necesidad de mantener el equilibrio productivo frente al avance tecnológico.
Dueño de la histórica cabaña Netherton, fundada en 1923, McLaren sigue la tradicción familiar. "Mi padre fue dos veces presidente de la Sociedad Angus y participaba en todos los foros, y yo también fui presidente. Mi hija forma parte del directorio con solo 25 años. Así que, en cierto modo, mi familia es como la raza Angus: una línea materna, una línea familiar. Siempre estuvimos en Angus”, dice.
McLaren remarca que el Angus argentino tiene una identidad propia que lo distingue en el mundo. “El Angus argentino es reconocido mundialmente por su fenotipo, por expresar muy bien las características propias de la raza, por su facilidad de engrasamiento y su amplitud”, señala al asegurar que “todo el mundo en el sector conoce eso”.
Sin embargo, considera clave que la Argentina se vincule más con otros modelos productivos en el exterior. “La Argentina debería viajar y conocer los distintos tipos de Angus que hay en el mundo. Así se pueden comprender las diferencias entre los rodeos y aprovechar la oportunidad para abrir nuevos mercados, porque hoy el mundo está abierto“.
Además, para el escocés la raza Angus todavía tiene mucho margen para crecer en el mercado internacional, especialmente en Europa continental, donde —salvo Francia— podría alcanzar una posición dominante. También ve oportunidades concretas para la Argentina. “Mi consejo sería enfocarse primero en América del Norte. Ya enviaron ganado allí y funcionó muy bien. Europa será más difícil”, explica. “Hay ganado argentino que está funcionando bien en Europa, pero llevará tiempo. En cambio, en América del Norte será más fácil”, agrega.
Además, destaca que la raza tiene una ventaja que no debe desaprovechar que es la fuerza global de la marca “Angus” . "Todo el mundo quiere comprar carne Angus. Ese es su mayor punto de venta. Es mundial. Creo que solo está por detrás de Coca-Cola“, afirma. Para el criador, el gran desafío de las asociaciones y los productores es sostener esa calidad en el tiempo. Y señala que algo similar a lo que ocurre en Estados Unidos podría replicarse en la Argentina: “Allá basta con decir que para que una carne sea certificada como Angus debe provenir de animales Angus, y así se excluye a todas las razas cruzadas de pelaje negro. Acá pasará lo mismo: van a querer comer carne Angus y la trazabilidad va a ser lo más importante. Esa será la forma de dejar atrás a los competidores”.
McLaren también se refiere al avance de la tecnología en la producción ganadera y advierte sobre sus posibles efectos si no se utiliza con criterio. ”La tecnología es muy buena, pero el problema es cuando los productores la usan mal, por marketing en vez de para mejorar los rodeos. Ese es nuestro riesgo”, sostiene. Y agrega: “Estar en el 1% superior de los datos de rendimiento no significa que ese animal sea el mejor para todo. Si te vas demasiado hacia un lado, perderás el equilibrio”, apunta.
Según su visión, muchas veces la presión sobre ciertos indicadores responde más a los intereses de grandes empresas que a las necesidades reales del productor. “La eficiencia alimenticia es importante, sí, pero termina beneficiando más al dueño del feedlot que al productor. El criador necesita un animal equilibrado, un término medio”, dice.
A pesar del contexto global de menor consumo de carne, McLaren se muestra optimista sobre el futuro de Angus. “Tal vez no en la Argentina, pero en el mundo se va a comer menos carne por cuestiones ambientales. Y cuando lo hagan, van a elegir calidad. Ahí es donde el Angus se va a destacar”, afirma.
Consideró que razas como Wagyu, pese a su alto marmoleo, no podrán competir globalmente. “Tiene una textura distinta, no es tan adecuada para el gusto sudamericano o europeo, porque es como manteca. Así que no creo que el Wagyu le quite espacio al Angus, salvo quizás en Australia. En el resto del mundo, no”, explica.
McLaren dice que se siente profundamente agradecido por todo lo que le dio su vínculo con la raza. “Me siento muy afortunado. El Angus me llevó a 28 países, y en todos veo que la gente quiere ser parte”, cuenta. Destaca, además, el espíritu colaborativo que une a los criadores del mundo: “Las asociaciones trabajan juntas, es como una familia global. Eso nos hace única frente a otras razas, que suelen estar más concentradas en un solo continente. El Angus está en todo el mundo”, concluye.
Fuente: Diario La Nación